domingo, 26 de agosto de 2012

VG Noster Quercus Ale

MARCA: VG Noster
MODELO: VG Noster Quercus Ale
ESTILO: Pale Ale (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Muchas cervezas me han llegado últimamente por parte de la familia Rodríguez, y por lo que parece el flujo no da visos de ir a interrumpirse puesto que la semana pasada me sorprendieron nuevamente con las tres botellas de la alavesa VG Noster (y antes de que se me olvide, muchas gracias a Ana, Cristina y Fernando), cervecera situada en el polígono industrial de Subillabide que fue fundada por Karlos Delgado en el año 2008. Si algo me llamó la atención cuando descubrí la existencia de esta marca, y supongo que no me pasó solo a mí, fue el diseño de sus botellas, y es que pese a que no soy nada entusiasta de las pretensiones de artículo de lujo que algunas marcas intentan dar a sus cervezas hay que reconocer que derrocha elegancia por sus cuatro costados.

Poco importa, no obstante, el diseño si el contenido no merece la pena, pero al servirla su imagen no se deteriora y presenta un líquido de un intenso color rojo parduzco que al chocar con el vidrio da origen a una espectacular espuma compacta, que aparece con rapidez y se mantiene sin problemas. El primer contacto con el aroma fue bueno, parecía bien provisto de malta y frutas maduras, intenso y a la vez delicado; sin embargo, en menos de un minuto daba la impresión de estar bebiendo otra cerveza, porque el agradable perfume se vio sustituido por uno bastante más simple, consistente en malta tostada acompañada por una dosis generosa de lúpulo cítrico y herbal, ligeramente manchado de especias picantes. 

En boca el lúpulo crea un intenso amargor y acidez que, sin embargo, no parece encontrar su sentido y se limita a acaparar el sabor e impedir que aflores más matices, desprendiendo notas de pomelo, limón y más suave hierba, con un punto de resina. Totalmente eclipsada por esto queda la malta, acompañado el tostado por un sabor difícil de definir pero que en algún momento me recordó a minerales o a cuero, que tiene problemas para compensar el lúpulo, hasta que al final del trago se dispara un amargor marcado, algo astringente, cargado de cítricos  y piña. He leído alguna crítica buena de esta cerveza, sin embargo en mi opinión hay varios aspectos que tienen que solucionarse: la malta no está funcionando como debería, el lúpulo me parece descontrolado y probablemente haga falta contrarrestar tanto amargor y acidez aumentando la proporción de alguna variedad más frutal, y el precio, a 3 euros la botella, no me parece ni mucho menos razonable.

NOTA:

5 comentarios:

JAB dijo...

Estoy de acuerdo contigo en bastantes cosas. Probé esta cerveza este verano junto con otras dos variedades de la misma cervecera vasca. Esta fue la que menos me gustó de la 3. Cierto es lo que comentas de la acidez, y de la descompensación, aunque no la describiría como tan acusada como para darle una valoración tan baja. El tema de la imagen de sofisticación y de producto de alta gama es algo que tampoco termina por convencerme, más aún si el producto no llega a la altura deseada después de probarlo, y para más inri el precio que tiene ciertamente no es barato, no. Salu2!

Pivní Filosof dijo...

Parece que la "Cerveza Gastronómica" ha recibido esa denominación porque sirve solo para cocinar :)

Embracing Darkness dijo...

JAB:

La valoración baja es mezcla de varios factores, y yo creo que en parte también tiene parte de culpa el marketing. Me explico: si esto me lo venden como una cerveza sin más pretensiones, igual pienso que no está muy conseguida pero que aún se puede terminar la botella; sin embargo si me la catalogan como una cerveza excepcional cuya calidad es difícil de igualar, si no lo es hay bastantes probabilidades de que el desencanto sea mayor. Pero vamos, también puede ser cuestión de gustos.

Max:

xDDD Es ciertamente terrorífica esa moda, todavía no he encontrado ninguna marca que se autocatalogue como tal que sea capaz siquiera de acercarse al nivel de cervezas perfectas para comer, pongamos una Chimay Grand Rèserve o una Westmalle Tripel. Curioso.

Saludos a ambos

Eduardo Deleuze dijo...

Generalmente cuando se describen sabores a cuero es porque la cerveza está oxidada. No afirmo que éste sea el caso pero es una posibilidad. Saludos!!

Embracing Darkness dijo...

No me daba la impresión de que fuese el cuero típico del óxido, me recordó a este material pero de otra forma. No obstante, no cabe duda de que la posibilidad que comentas existe.

Gracias por el apunte, Eduardo