sábado, 22 de junio de 2013

Munich

Que tengo tanta debilidad por Alemania como por las cervezas de este país no es un secreto, creo que quedó bastante bien reflejado en las anteriores reseñas de un par de escapadas que hice a Düsseldorf y a Colonia. Por esto mismo, resulta curioso que hasta este año nunca hubiese pisado la región de este país, y probablemente del mundo, más prolífica en lo que a cervezas respecta: Baviera. El viaje lo había decidido hace ya unos cuantos meses, cuando mi amigo Miguel, uno más en la larga lista de titulados superiores que no ha tenido más remedio que huir al extranjero, me invitó a pasar unos días en su nueva casa en el centro de Munich. Así, a finales de Abril cargué mi maleta de toda la comida nacional (más concretamente navarra) que me vi capaz de cargar, y me fuí a Bilbao para coger el avión que me llevaría a la capital bávara.

Nada más llegar me quedó clara una cosa: Munich ES cerveza; habiendo apenas salido de la zona de recogida de equipajes se encuentra la primera cervecería con marca propia, Airbräu, que no llegué a probar por temas de agenda, pero de la que me han llegado relativamente buenas referencias, al menos para ser una cerveza del aeropuerto. Una vez en el centro de la ciudad, paseando hasta la hora en la que mi amigo salía de trabajar, comprobé que eso solo era un anticipo a lo que me esperaba, puesto que todo el Altstadt está sembrado con cervecerías y supermercados donde se pueden encontrar las 6 cervezas clásicas de la ciudad (Augustiner-Bräu, Franziskaner, Hacker-Pschorr, Löwenbräu, Paulaner y Spaten), junto con innumerables botellas de otras marcas, principalmente bávaras, aunque también hay hueco para importadas. Estas últimas no parecen tener demasiado éxito entre la población, ya sea por el orgullo que profesan hacia sus propias cervezas o por que su precio triplica, como mínimo, a las locales.

Además de visitar la hermosa ciudad, plagada de sitios interesantes que visitar, hasta el punto de que es físicamente imposible abarcarla en una semana, también quería aprovechar para disfrutar de su amplia tradición cervecera. No obstante, aunque no me hubiese interesado este tema habría resultado complicado no empaparse de esta cultura, puesto que allá donde vayas encuentras un Biergarten estratégicamente emplazado, al que resulta difícil resistirse. Es uno de los más famosos, y con seguridad lo mencionarán en todas las guías de la ciudad, pero veo necesario recomendar, por si acaso, el de la Chinesischer Turm, en el Englischer Garten. Eso sí, en este tipo de establecimientos hay que asumir que nos va a costar entre 3 y 4 euros cada jarra de 0'5 litros, y alrededor de 7'5 euros el Maß.

¿Y qué pasa si hace mal tiempo, hecho que no es excepcional en Baviera? Pues tan fácil como ir a cualquiera de las muchas cervecerías de la ciudad o, por qué no, a las oficiales de las 6 marcas de Munich. En este viaje yo visité únicamente dos: nada más llegar fui a descansar y comer algo a la Hofbräuhaus, donde devoré un par de Weisswurst con salsa de mostaza y miel acompañadas con medio litro de Hofbräu Original; y una noche a mitad de las vacaciones, tras una breve incursión en la Frühlingsfest, disfruté en la Weisses Bräuhaus de un par de Schneider Weisse Meine Hopfenweisse de barril, tan deliciosas como podéis imaginar.

Sin duda hay muchas cosas que hacer, y muchas maß que beber, en la capital bávara; no obstante, si se tiene ganas de más, las posibilidades son infinitas. Una de las opciones que más apetecible me resultó fue la de sacar el Länder Ticket, que permite viajar en tren durante todo el día en el estado de Baviera por alrededor de 10 euros, y así poder visitar interesantes lugares de los alrededores. Entre ellas estarían varias fábricas de cerveza mundialmente famosas como Andechs o Weihenstephaner, la bella y ahumada ciudad de Bamberg o, por lo que me decidí finalmente, el espectacular Tegernsee, situado en los Alpes bávaros, a una hora en tren de Munich. Ese día hicimos una excursión de un par de horas que terminaba en la cima de una pequeña montaña, donde nos esperaba, cómo no, un Biergarten. Allí devoramos un delicioso Schnitzel, mientras yo me rehidrataba con la marca local, Tegernsee, de la cual no me volví a separar en el resto del día. Tras bajar otra vez al pueblo, volvimos a recuperar energías en el Biergarten de la Brauhaus  Tegernsee, donde probamos las ricas Helles y Dunkel de la marca antes de iniciar el regreso a la capital.

Con esto concluyo el resumen de los aspectos cerveciles de mi visita a Munich, viaje que en mi opinión es imperdible para todo amante de la cerveza, y más que recomendable también para los que no tienen tanto interés en este tema... aunque, eso sí, es mejor llevar la cartera llena. Yo tuve además la suerte de contar, además de con Miguel, con la compañía de un bávaro fanático de la cerveza, el genial Martin, que me aconsejó con mucho acierto sobre las cervezas a probar. Quiero terminar simplemente con una lista de las mejores que he probado allí, por si alguien se aventura a viajar allí y le apetece probar alguna:

- Aecht Schlenkerla Rauchbier Märzen.
- Andechs Doppelbock.
- Augustiner-Bräu Lagerbier Hell, Augustiner-Bräu Maximator, Augustiner-Bräu Pils.
- Hacker-Pschorr Stern-Weisse.
- Hofbräu Original.
- Paulaner Original Münchner Dunkel.
- Schneider-Weisse TAP 5: Meine Hopfen-Weisse, Schneider-Weisse TAP 6: Unser Aventinus.
- Tegernsee Dunkel Export, Tegernsee Spezial, Tegernsee Tegernseer Hell.
- Unertl Weissbier.

Y nada más me queda por decir, salvo agradecer a Miguel y a Martin su hospitalaria hospitalidad. ¡Prost!

4 comentarios:

Unknown dijo...

La próxima vez no dejes de ir al Hirschgarten. Augustiner de tonel a 6.50€ el maß y un ambiente fantástico en el que se dice que es el biergarten más grande de Baviera y uno de los más antiguos de Munich :). Por lo demás, tomo nota de las excursiones :D.

Embracing Darkness dijo...

Queda apuntado Diego, mil gracias. Me sorprendió lo que cambia la Augustiner Helles allí al compararla con la que tomamos en España, pasa de ser una de las mejores cervezas del mundo a convertirse en una lager buena, pero no extraordinaria. ¿También lo has notado?

Un saludo

Unknown dijo...

No te sé decir porque nunca he tomado Augustiner en España :-D . Lo que si te puedo decir es que yo soy de beber con frecuencia pero en cantidades muy pequeñas, y aquí no han sido ni 1 ni 2 veces las que han caído 2 litros o más de esa cerveza, y para que eso pase y no me canse a la segunda ronda...

Todavía no he probado la botella, pero servida de tonel como hacen en muchos de los sitios oficiales (que no son pocos) me parece riquísima :)''' . Quizá que la fábrica esté en la propia ciudad hace que llegue excepcionalmente fresca, no sé...

Embracing Darkness dijo...

Ay, qué envidia me estás dando... :P