jueves, 1 de enero de 2015

Arévaka Negra Miel

MARCA: Arévaka
MODELO: Arévaka Negra Miel
ESTILO: Braggot (6'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: A pesar de la inexplicable simpatía que tenía por la marca, mi primer contacto con las cervezas Arévaka no fue tan satisfactorio como esperaba y me quedé con ganas de probar alguna otra de sus elaboraciones para ver si eran más de mi gusto, y así de paso poder hacer una crítica mejor en este blog. Al final me decidí por su Negra Miel, una original cerveza que el autor encuadra dentro del estilo Braggot, consistente en una mezcla de miel y malta fermentadas junto con diferentes especias y hierbas propia del Norte de Europa, cuyos origenes se remontan hasta el siglo XII.

Con una expectación tremenda por no saber a qué me iba a enfrentar, abrí la botella mientras me preparaba un libro con el que acompañar la tarde. Al servirla vi un líquido de color negro azabache, rubí al trasluz, que genera una espuma gris escasa pero persistente, manteniendo en todo momento un par de milímetros sobre la superficie. Desde el primer momento llama la atención la intensidad del tostado del cereal, para nada esperada, atacando al olfato con potentes notas de malta asada y café, con un toque de miel, infiltradas por torrefacto, carbón, leve aceituna negra y un punto de ahumado. De fondo, sin demasiado protagonismo, se encuentran frutas del bosque y ligero caramelo, que moderan la agresividad del perfume. La originalidad era indudable, pero a estar alturas tenía serias dudas de si me iba a gustar la cerveza.

En boca resultó ser tan áspera como me temía. Comienza con malta y suave caramelo, y en seguida entran intensas notas de torrefacto, café espresso, y suaves humo, goma quemada y regaliz negro. Poco a poco la sequedad deja entrar algo de mora, arándanos, miel y suave azúcar moreno, para al final dirigir al conjunto a un amargor marcado, cafetoso y ahumado, con olivas negras y leve pino y limón. Queda en el largo regusto un profundo recuerdo de miel de brezo, que supone el broche final de esta cerveza tan peculiar. Me ha resultado difícil de valorar por ser un estilo en el que no tengo ninguna experiencia, y por lo tanto no puedo comparar, pero la sensación definitiva ha sido muy positiva. El tostado tan marcado es un poco excesivo para mi gusto y además se come gran parte de la miel; de todas formas al final la cerveza se asimila con bastante facilidad y antes de darse uno cuenta el vaso está vacío. Posiblemente se puede ajustar algo la receta, pero mientras tanto no me importaría tomar alguna de cuando en cuando. Gracias a mis padres por haberme regalado la botella, por cierto.

NOTA:

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