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martes, 14 de julio de 2009

Hopus

MARCA: Hopus
MODELO: Hopus
ESTILO: Ale Dorada Fuerte (8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: La fábrica Lefèbvre fue fundada en 1876 en el valle del Sena, en Valonia por Jules Lefèbvre. No fueron pocas las dificultades que tuvieron sus descendientes para mantenerla debido al expolio de metal que sufrió durante la primera guerra mundial para abastecer al ejército alemán y la restricción de un máximo de o'8º de alcohol en sus cervezas durante la segunda, sin embargo pudieron seguir con su actividad y en la actualidad es la sexta generación la que lleva el timón de esta cervecera, productora de marcas tan famosas como Barbãr. Hopus, sin embargo, parece más difícil de conseguir, pero yo tuve la suerte de que una persona grotescamente musculada me la trajese como regalo junto con una Chimay Blue, de la que hablaré más adelante. Debo de apuntar que el regalo fue sugerido y financiado por Cristina, así que muchísimas gracias a ambas.

Hopus es, dentro de las Ale Belgas, una cerveza bastante peculiar debido a su alto contenido en lúpulo, hasta cinco variedades diferentes de esta planta la componen, y esto por supuesto repercute en sus propiedades. Además, gracias a una entrada de fivixx de Etiquetas de Cerveza me enteré de otra originalidad de esta marca, que es que se sirve en copa y los posos aparte en un vaso de chupito. Al hacerlo, se puede ver una cerveza de color dorado brillante, turbio, con una enorme capa de espuma blanca y cremosa a la que llega un auténtico torrente de burbujas desde el centro de la copa. El aroma no es especialmente intenso, sobretodo si comparamos con otras cervezas belgas, pero es muy adecuado, con un claro dulzor y un firme toque de acidez cítrica dada por el limón, quedando en un punto intermedio entre estos dos olores. Al instante aparecen los lúpulos herbales, sedosos pero ocupando por completo las fosas nasales, leves aromas florales y notas a miel. Para mi gusto, impecable en este aspecto.

El sabor es relativamente similar al de Duvel, de comienzo frutal con importantes notas de manzana verde y cáscara de naranja, y con la acidez cítrica presente en el aroma que progresivamente se va haciendo más herbal gracias a los lúpulos. El alcohol está camuflado con maestría, pero lo que no pasa desapercibida es la malta, que completa el trago y nos conduce hasta un regusto de amargor marcado debido a la gran cantidad de lúpulo, y que deja la boca seca pero con un agradable toque herbal que permanece largo tiempo. Una muy buena cerveza, equilibrada, aunque reconozco que no es apta para todos los públicos, y original sin duda alguna, lo que me ha llevado a darle la nota máxima.

NOTA: