domingo, 10 de diciembre de 2017

Franconia

Este año ha sido un poco complicado laboralmente, y no he tenido más remedio que retrasar las vacaciones a finales de octubre, fechas incompatibles con la disponibilidad de mi acompañante más habitual. Así, aproveché para hacer un viaje de temática cervecil y, teniendo en cuenta que mi amigo Miguel Ángel sigue por allá, tomé la decisión de repetir la visita a Munich y de paso explorar Franconia. Además tuve la suerte de que al viaje se pudo sumar mi padre, con el que hacía ya muchos años que no disfrutaba de unas vacaciones, y juntos embarcamos a tierras bávaras.

Tras pasar 3 días en Munich fuimos a Franconia, región que desde hace tiempo tenía muchas ganas de conocer y que, por si alguien no lo sabe, es la región del mundo con más cerveceras por habitante. Nuestro primer destino fue Núremberg, una preciosa ciudad medieval aunque reconstruida casi desde sus cimientos tras el final de la II Guerra Mundial. La cerveza de los bares de esta ciudad no tiene nada que ver con la que se encuentra en Munich sino que predominan marcas como Tucher y Spalter, aunque ocasionalmente uno se puede topar con algún grifo de Augustiner. En los supermercados se ven multitud de marcas franconas, la mayoría totalmente desconocidas para mí, aunque no cogí ninguna porque tenía previsto visitar una de las mejores tiendas de bebida de Núremberg: Landbierparadies.

Este comercio se encuentra a escasos 10 minutos andando al Sur de la estación central de Núremberg, y se trata de un local relativamente grande abarrotado de cajas de plástico con botellas de cerveza de marcas de Franconia, y que seguramente abarcarán más de 100 fábricas distintas. También se pueden comprar vasos y jarras de dichas cerveceras, además de algunos licores locales. Los precios son los habituales de las tiendas no turísticas de Baviera, alrededor de 0'8 euros la botella de medio litro, aunque las escasas referencias artesanales creo que eran bastante más caras. En cuanto a la atención, a pesar de que el dueño sólo habla alemán estuvo muy dispuesto a la hora de recomendarme cervezas entre ese interminable arsenal.

Otro local de Núremberg del que también quiero hablar es Altstadthof Brauerei, localizado en pleno centro histórico. Esta fábrica y cervecería fue la primera en recuperar un estilo de cerveza tradicional de la ciudad, las Rotbier, cervezas de baja fermentación y color rojizo cuyos orígenes se remontan a la Edad Media. Allí paramos a descansar al final de un largo día y pudimos disfrutar de una jarra de su sabrosa cerveza por alrededor de 3 euros, si no recuerdo mal, en un ambiente tranquilo y relajado (excepto para la camarera, sólo una para atender alrededor de 40 personas). Ofrecían además la posibilidad de llevarse botellas de 1 litro de distintas variedades para beber en domicilio, además a un precio muy ajustado.

Evidentemente, estando a menos de una hora en tren no nos ibamos a quedar sin ir a Bamberg, ciudad de gran importancia por haber sido su conjunto declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, y además hogar de un estilo de cerveza muy peculiar que ya ha pasado en varias ocasiones por el blog: las Rauchbier. Yo llevaba mucho tiempo queriendo visitarla y la verdad es que no me decepcionó ni a nivel cervecil ni tampoco arquitectónico aunque, a diferencia de Núremberg, la vi demasiado preparada para el turismo y le quitaba un poco de autenticidad.

A diferencia de lo que esperaba, las Rauchbier no se veían por todas partes sino que había que buscarlas un poco. Por suerte yo sabía perfectamente donde buscar, y al primer sitio que fuimos a hacer un descanso fue a la mítica cervecería Schlenkerla. El sitio es un auténtico laberinto y a veces resultaba difícil saber donde meterse, pero la cerveza... no exagero si digo que la Märzen de Schlenkerla tirada por gravedad desde barrica de madera es una de las 10 mejores cervezas de mi vida. También hay una pequeña tienda dentro del local donde comprar sus diferentes variedades a un precio bastante razonable, aunque hay que tener en cuenta que varias de ellas sólo se venden en una época determinada del año. Yo iba con la esperanza de poder coger alguna botella de su novedad, Fastenbier, pero no hubo suerte...

Para comer decidimos seguir los consejos de Rubén y Iñaki, que recomendaron salir de la parte turística e ir a otra de las cervecerías clásicas de Bamberg: Spezial. La verdad es que fue todo un acierto y, a pesar de que pedimos comida casi a ciegas por no ser capaces de entender la mayor parte de las palabras de la carta, disfrutamos una barbaridad. El local además era muy tranquilo, sin un solo ruido. En cuanto a la cerveza de esta fábrica, también me pareció excelente, quizá algo más delicada que la de Schlenkerla y con un ahumado menos intenso. Yo sigo prefiriendo esta última, pero no me resultaría raro que haya quienes sean más partidarios de Spezial.

A grandes rasgos esto sería la parte relacionada con la cerveza de las divertidas vacaciones que pasamos en Baviera. Para terminar la reseña voy a dejar una lista de las referencias que más me gustaron del viaje, en orden alfabético y no de preferencia:

- Aecht Schlenkerla Rauchbier Märzen (barrica de madera).
- Augustinerbräu Dunkel (grifo). 
- Hetzelsdorfer Fränkisches Vollbier (botella)
- Hofbräu Original (grifo).
- Hofbräu Winterzwickl (botella). 
- Leupser Dunkel (botella).
- Scheyern Kloster-Export Dunkel (botella).
- Schleicher Rauchbier (botella).
- Spezial Märzen (grifo y botella)
- Tegernseer Hell (botella)

domingo, 19 de noviembre de 2017

Neder Kellerbier

MARCA: Neder
MODELO: Neder Kellerbier
ESTILO: Kellerbier (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Otra de las cervezas que probé durante mi estancia en Franconia fue esta de la Brauerei Neder, comprada al azar en Landbierparadies. Se trata de una fábrica fundada en 1554 en Forchheim, una ciudad de 30.000 habitantes entre Bamberg y Núremberg. En 1882 fue comprada por Sebastian Neder, y en la actualidad está bajo la dirección de su bisnieto Hilmar Neder, su tataranieta Astrid Neder-Haub, y cuentan con Rainer Kalb como maestro cervecero. Elaboran en 10 cervezas distintas que abarcan gran número de estilos clásicos diferentes, entre ellas esta Kellerbier.

De color dorado mate, es bastante cristalina, algo poco habitual en este estilo. Escasas y perezosas burbujas de gas alimentan una capa de espuma blanca poco duradera, que en varios minutos se reduce a un anillo adherido al vidrio. El aroma es de intensidad media/baja, y consiste en una mezcla de malta dulce, mantequilla (¿diacetilo?), grano y más suave masa de pan, envueltas en frutas maduras como manzana asada, membrillo y algo de pera, quedando los dos grupos al mismo nivel. Se detecta además un potente aroma de miel, y leves notas de lúpulo floral, consiguiendo un conjunto delicado pero muy agradable.

El sabor es claramente más potente, aunque la complejidad es limitada. Arranca con mucha malta, cereal sin tostar y algo de levadura. La textura es densa, aunque algo aliviada por la carbonatación que pica en la lengua. En seguida se suben al carro frutas como las descritas en el aroma, para concluir en un final de amargor medio con un toque cítrico apagado, algo de especia picante, un mínimo punto de alcohol y un recuerdo como de granero que nos puede dar la pista del estilo al que pertenece esta cerveza. Es una cerveza rica y se bebe con facilidad, pero la verdad es que ni encaja del todo con las Kellerbier ni me ha acabado de entusiasmar. No creo que sea como para buscarla, en mi opinión en Franconia hay infinitas opciones mejores.

NOTA:
 

domingo, 12 de noviembre de 2017

Spezial Rauchbier Lager

MARCA: Spezial
MODELO: Spezial Rauchbier Lager 
ESTILO: Dunkel Lager ahumada (4'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Fundada en 1536 por Linhard Grosskopf en Bamberg, hogar de las Rauchbier, Spezial es, junto con Schlenkerla, una de las fábricas más populares centradas en este estilo. Antes de visitar esta ciudad ya contaba con la recomendación de dos miembros de La Cofradía del Lúpulo de comer en el restaurante de esta marca (gran decisión, sin duda), y después de disfrutar allí de sus fantásticas cervezas decidí comprar una botella para poderla beber con calma en el apartamento que había alquilado en Núremberg. A pesar de que son 5 las variedades que elaboran yo sólo pude encontrar su Lager, y es la que voy a reseñar hoy.

Es de color pardo rojizo, anaranjada, bastante transparente, recubierta por una espuma blanca de burbuja fina con una retención considerable. El aroma es intenso pero sin saturar, comienza con malta tostada y algo de fruta madura como ciruelas o manzana asada. Envuelve el conjunto una carga potente de caramelo que se funde con un ahumado algo dulce, cálido, que recuerda al de la salsa barbacoa. Tiene además un punto especiado que refuerza esta sugestión.

En boca es similar, y gracias a esta tendencia al dulce y su textura cremosa queda una cerveza muy redonda. La entrada es de malta tostada, grano, pan negro, algo de bizcocho, y más suaves frutas oscuras y notas de azúcar moreno. Fondo de caramelo, nuevamente se fusiona con el humo, que es sin duda la nota dominante a medida que avanza el trago. Final de amargor leve, dominado por el dulce ahumado, con un leve carácter cítrico y algún deje de hierba y especias. Una cerveza fantástica, fuertemente ahumada, no tan extrema como Schlenkerla pero me atrevería a decir que más fina y equilibrada. Obligatoria para los amantes de las cervezas de este estilo, y recomendada para quienes las elaboraciones de Schlenkerla se les hacen cuesta arriba por su pesadez.

NOTA:

domingo, 5 de noviembre de 2017

Morlaco Beer Estafeta

MARCA: Morlaco Beer
MODELO: Morlaco Beer Estafeta
ESTILO: Russian Imperial Stout con regaliz y avena(8'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Tras bastante tiempo con Naparbier como los únicos representantes de la fabricación de cerveza en Navarra, entre el 2012 y el 2014 se crearon varias fábricas de cerveza en esta Comunidad: Sesma Brewing, Txikita y Morlaco. Esta última fue fundada por 3 treintañeros, Asier, Borja y David, ingenieros de profesión y apasionados de la cerveza de vocación, quienes decidieron compatibilizar su actividad laboral con la elaboración de esta bebida. Para encontrar sus recetas se inspiraron en lo conocido durante el tiempo que habían pasado trabajando en el extranjero. Una vez conseguidas las características que buscaban sólo faltaba una imagen para la marca, así que decidieron emplear elementos que pudiesen identificar la ciudad de Pamplona: el toro, el pañuelico y la txapela. La expansión de esta marca por la Comunidad Foral ha sido fugaz, y ya nos hemos acostumbrado a ver sus botellas tanto en diferentes comercios como en eventos diversos. Además recientemente se ha sumado al equipo, como nuevo maestro cervecero Akui, de Akui Garagardo, sin duda una incorporación provechosa.

La cerveza que comento hoy se trata de una Imperial Stout con regaliz y avena que lleva el nombre de una de las calles más famosas por las que transcurre el encierro: Estafeta. La he tomado en diversas ocasiones, y siempre me había parecido una de sus mejores cervezas, pero esta ha sido la primera vez que la pruebo tras el cambio de receta. En copa pinta estupenda, exhibe un color negro como la pez, totalmente opaco, y con una gran cantidad de espuma beige marronácea, de aspecto cremoso y muy resistente, manteniendo siempre un mínimo de un dedo de grosor. Su aroma es muy interesante, y combina potencia y complejidad. Lo que más llama la atención es la gran cantidad de torrefacto, con intensas notas de café espresso y un marcado ahumado que casi se acerca al propio de las Rauchbier, sobre una base de regaliz negro, sirope de caramelo, cacao y pan integral, consiguiendo un conjunto de dulzor muy limitado. El lúpulo juega un papel secundario, como corresponde al estilo, pero se intuyen unas leves notas herbales y cítricas que casan a la perfección con el resto de matices.

El cambio de receta se hace más evidente en boca, ha desaparecido ese dulzor que había en la anterior y el grano tostado se despliega en todo su esplendor, emulando a lo detectado al olfato. Entrada de malta muy tostada, cereal oscuro y frutos secos, invadida al instante por el torrefacto, que seca la boca y la inunda de café, regaliz y humo. Cuerpo medio-alto, el paso por boca es sedoso gracias a la avena, que además modera bastante la dureza del grano. Hacia el final se suma cacao en polvo, que se introduce poco a poco, antes de derivar en un final de amargor marcado, de nuevo con café, regaliz negro, cacao, lúpulo cítrico y herbal que se agarra a los lados de la boca, y un agradable calor alcohólico que se intuye en la garganta y se nota en el estómago. Otro acierto de esta fábrica, una Imperial Stout cañera por la gran cantidad de torrefacto pero perfectamente controlada, a mitad de camino entre referencias clásicas y bombas de alcohol estadounidenses. No sólo mejora la anterior Estafeta, que ya era buena, sino que la pone entre las mejores referencias nacionales de este estilo y además a un precio muy competitivo.
NOTA:
 

jueves, 2 de noviembre de 2017

Leupser Dunkel

MARCA: Leupser
MODELO: Leupser Dunkel
ESTILO: Dunkel Lager (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: La cantidad de referencias franconas totalmente desconocidas para mí que me encontré al visitar Landbierparadies de Núremberg durante mis vacaciones en Baviera hizo que me resultase imprescindible solicitar la asistencia del amable (aunque monóglota) dependiente, y esta fue una de sus recomendaciones. Se trata de la Dunkel de Gradl, una fábrica cuya historia se remonta a finales del siglo XVII, emplazada en Pegnitz, un pueblo de unos 15.000 habitantes localizado al Norte de Franconia.

Al no tener disponible en el apartamento una jarra alemana, que es donde habría preferido disfrutar de esta cerveza, la serví en copa, pudiendo apreciar un líquido de color granate, cristalino, ligeramente anaranjado al trasluz. La carbonatación es escasa y pausada, y alimenta una membrana de espuma grisácea de burbuja microscópica. El aroma es muy denso y penetrante, aunque no tan centrado en el dulce como sucede en otros estilos. Tiene un tostado muy marcado, con cereal, almendras asadas, leves recuerdos de grano de café e incluso flirteando con el ahumado, aunque también tiene bastante caramelo y de esa forma compensa la sequedad. Acaba de redondear el lúpulo, cítrico, herbal y ligeramente terroso.

En boca tampoco es nada sencilla y está repleta de sabor, con tanta carga de tostados como sugería su aroma pero mucho menos caramelo. La entrada está dominada por la malta, de dulzor muy limitado, con almendra tostada, intenso cacao y pan de centeno, quedando muy de fondo algo de toffee, lo justo para mantener la estructura. El paso por boca es ligero, y a medida que avanza se suma un toque de cítrico y hierba que refuerza la sensación de sequedad. Final de amargor marcado, con lúpulo noble alemán, cacao suave, grano tostado y leves trazas de humo y café. Me ha encantado, es delicada pero compleja, fácil de beber y a la vez tan interesante como para hacerlo con atención. Repetiría cada día.

NOTA:

domingo, 29 de octubre de 2017

Morlaco Beer Navarrería

MARCA: Morlaco Beer
MODELO: Morlaco Beer Navarrería
ESTILO: American Pale Ale (5'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Desde la primera vez que probé las cervezas de Morlaco allá por el 2014 ha habido muchos cambios en esta marca, tanto a nivel de recetas como de imagen. Uno de los últimos fue la incorporación como maestro cervecero de Akui, un italiano afincado en Pamplona con una larga trayectoria en la elaboración de cerveza, tanto en domicilio como más recientemente de forma profesional con su marca Akui. De hecho, fue él quien me regaló algunas botellas de las nuevas hornadas para que las probase, y hoy comento la primera que he abierto: Navarrería. Esta cerveza debe su nombre a uno de los burgos que conformaban la ciudad de Pamplona en la Alta Edad Media, y a la vez hace alusión a una de las plazas más populares de esta localidad, que es además uno de los mejores lugares para socializar zurito en mano.

Servida en copa luce un bello color naranja con reflejos entre ocre y amarillo. La espuma blanca jabonosa no es demasiado abundante, aunque la retención es buena y persisten unos milímetros adheridos al cristal. En nariz es potente, y cuadra perfectamente con lo esperable del estilo. Irrumpe un aroma dirigido por el lúpulo americano, con frutas tropicales en abundancia acompañadas de algo de hierba e incluso algún matiz resinoso. Quedan de base malta dulce, caramelo y algo de bizcocho, que soportan con firmeza la carga del lúpulo.

El sabor sigue a la perfeccion el patrón marcado por el aroma, y el resultado final es fantástico. De cuerpo medio, dirigen la entrada malta, cereal y suave caramelo. Rápidamente se ve asaltada por la importante carga de lúpulo americano, aunque en esta ocasión lo que parece predominar son las notas de hierba, pino y resina, dejando a frutas como naranja y mango en un segundo plano. Final de amargor marcado y astringencia considerable, en el que destacan cítricos, pino y algo de especia picante, para dar paso a un regusto eterno que acaba de forjar el lúpulo en la boca. Una APA de libro, directa como exige el estilo pero con suficiente complejidad para mantener la atención durante toda la botella. Una mejoría más que clara respecto a la receta anterior, y sin nada que envidiar a otros referentes del estilo, tanto nacionales como extranjeros.
NOTA:

sábado, 28 de octubre de 2017

Weißenoher Altfränkisch Klosterbier

MARCA: Weißenoher
MODELO: Weißenoher Altfränkisch Klosterbier
ESTILO: Kellerbier (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: La Abadía de Weißenohe, una pequeña población bávara a mitad de camino entre Núremberg y Bamberg, fue construida alrededor del año 1050. Entonces funcionó como monasterio benedictino, y probablemente también en esa época se empezó a elaborar cerveza allí, siendo considerada en algunos textos como la cervecera más antigua de Franconia. En 1803 todos los edificios excepto la iglesia pasaron a manos privadas y, tras un intento fallido del antiguo maestro cervecero para sacar adelante el negocio, fue adquirida en 1827 por Friedrich Kraus. La cervecera ha seguido desde entonces bajo la dirección de la misma familia, habiendo pasado ya por cinco generaciones.

En las próximas semanas voy a presentar varias de las cervezas que probé durante mis vacaciones en Baviera, pero curiosamente esta botella la compré en Zaragoza hace unos meses. Es de color marrón anaranjado, ocre apagado al trasluz, con una turbidez importante. Está cubierta por una espuma blanquecina escasa, apenas medio dedo, de burbuja microscópica. El aroma es muy intenso y denso, con toneladas de caramelo, sirope, toffee, malta fuertemente tostada, y abundantes frutas oscuras como ciruelas e higos, casi rozando el dátil. Se suma una suave base de bizcocho y mantequilla, notas de azúcar moreno, algo de té árabe, un mínimo toque de canela, y un agradable perfume cítrico y ligeramente herbal del lúpulo noble alemán. 

Al olfato parecía muy contundente y pesada, casi como una Doppelbock, pero en boca resulta bastante más ligera y no tan dulce. No por ello decepciona, tiene cereal de sobras, malta tostada, pan de centeno y nueces, a lo que progresivamente se van sumando recuerdos de piel de naranja, suave albaricoque y algún deje de limón. Final terroso, con un moderado amargor herbal y un punto de cítricos y clavo, dejando una agradable y sabrosa sequedad que incita a seguir bebiendo. Una muy buena cerveza, de corte clásico pero nada aburrida y bastante original. El estilo no me queda del todo claro... en algunas páginas la califican como una Kellerbier y es cierto que tiene bastantes elementos que recuerdan a este tipo de cervezas, así que como tal la voy a etiquetar. 

NOTA: