martes, 25 de diciembre de 2018

Kasztelan Pszeniczne Niepasteryzowane

MARCA: Kasztelan
MODELO: Kasztelan Pszeniczne Niepasteryzowane
ESTILO: Hefe-Weißbier filtrada (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Polonia

CARACTERÍSTICAS: Las cervezas Kasztelan se elaboran en la fábrica de Sierpc, una localidad de poco más de 30.000 habitantes en el centro de Polonia. Esta fue fundada en los años 70, pasó a ser una compañía independiente en 1991, y fue adquirida por Carlsberg en 2002, incorporándose al grupo en el que también están incluidas las cerveceras Okocim y Bosman. Conseguí algunas latas de cervezas polacas gracias a mis jefes David y Grazyna, quienes me trajeron unas cuantas de sus andanzas por este país, y entre ellas se encuentra esta (¡gracias!). Inicialmente no sabía que se trataba de una cerveza de trigo y cuando me la terminé tampoco estaba seguro de este aspecto, aunque no es su fidelidad al estilo sino su calidad lo que he intentado juzgar.

Es de color dorado brillante, muy filtrada, con torrente de burbujas que asciende a toda velocidad por la columna de líquido hasta formar un dedo de espuma blanca. Aroma sorprendentemente fresco y frutal, me ha impresionado. La malta juega un papel fundamental, con grano crudo, masa de pan y marcada manzana golden, aunque la levadura tampoco se queda atrás y libera notas de plátano maduro y suaves recuerdos lácteos. Se completa con delicado lúpulo floral y algo de cítrico, quedando un perfume muy completo.

En boca es sabrosa, con una textura muy agradable. Sabor dulce, delicado, se combinan malta, masa de pan, cereal crudo, intensa manzana golden, plátano maduro de la levadura y un punto de cítricos que casa muy bien con la efervescencia. Se seca un poco al final, se acentúan los cítricos, sale un suave amargor floral y ligera especia picante. Regusto dominado por la levadura, se apaga poco a poco y deja una muy buena sensación. No esperaba gran cosa de ella y la verdad es que al final me ha parecido una cerveza bastante resultona, repetiría con gusto. 

NOTA:

viernes, 21 de diciembre de 2018

Harviestoun Ola Dubh Special Reserve 12

MARCA: Harviestoun
MODELO: Harviestoun Ola Dubh Special Reserve 12
ESTILO: Old Ale añejada en barrica de whisky Highland Park 12 Year (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia

CARACTERÍSTICAS: La serie Ola Dubh (Aceite Negro en gaélico) de Harviestoun encaja perfectamente en lo que llamaríamos "clásicos modernos". Las tres referencias de esta serie, Special Reserve 12, 16 y 18, son fruto de una colaboración iniciada en el año 2007 entre Harviestoun y la destilería Highland Park, famosa por el fuerte ahumado de turba de sus whiskies. Para la elaboración de esta que comento hoy simplemente cogen su conocida Old Engine Oil, aunque algo subida de grados, y la añejan durante 6 meses en barrica que previamente ha contenido Highland Park 12 Year Old single malt. La compré hace unos meses en un supermercado de la zona, y el frío polar de la semana pasada me animó a abrirla para calentar el final de un domingo.

El nombre está muy bien escogido, es negra como el petróleo, aunque es un color brillante, muy atractivo. Tiene una fina capa de espuma beige marronácea de burbuja gruesa, muy porosa, que se reduce al mínimo. Su aroma es dulce y licoroso, con profunda malta tostada, caramelo intenso, sirope y frutas oscuras, entre ellas moras, pasas y ciruelas muy maduras. Se perciben también notas de regaliz negro y cacao, muy bien integradas, junto con recuerdos de Pedro Ximenez. Además no podía faltar el ahumado de la turba, cálido y agradable, con un toque de barbacoa y un reconfortante punto de alcohol. Es un aroma muy interesante y complejo, en él se puede encontrar lo que se quiera.

En boca llama la atención la baja carbonatación, que potencia su textura oleosa. De cuerpo medio/alto, exhibe intensa malta tostada y sirope de caramelo de principio a fin, a lo que se suman inicialmente moras, pasas y suave ciruela. En seguida entra un marcado gusto a cacao, pan integral y más discreto café. Hacia el final sale el intenso ahumado de la turba, dulce y delicado. El regusto es eterno, repleto de humo, con el calor del alcohol y notas de chile. Por suerte no es de estas cervezas que te dejan la mandíbula temblando con el alcohol mientras te saturan con sabores extremos que luchan por ser los protagonistas, sino que va haciéndose hueco sin que te des cuenta y de repente te encuentras degustando una maravilla. Delicada, compleja y equilibrada, ejemplo de buen hacer.

NOTA:

domingo, 16 de diciembre de 2018

Morland Old Speckled Hen

MARCA: Morland
MODELO: Morland Old Speckled Hen
ESTILO: Pale Ale (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Inglaterra

CARACTERÍSTICAS: La cervecera Morland & Co fue fundada en 1711 en West Ilsley, en Oxfordshire, por John Morland, aunque en el siglo XIX las instalaciones se trasladaron a Abingdon. Durante su larga existencia la empresa ha absorbido varias fábricas locales, expandiendo largamente su influencia, hasta que en el año 2000 fue comprada por la macrocervecera británica Greene King. Dentro de su catálogo esta cerveza que comento hoy es la referencia más popular. Se elaboró por primera vez en 1979 para celebrar el 50º Aniversario de la apertura de la fábrica de coches de MG en Abingdon, y su nombre hace referencia a un antiguo coche que se utilizaba para circular por la misma al que llamaban Owld Speckl'd Un.

A pesar de lo mucho que me gustan las cervezas clásicas hasta la fecha no había podido probar esta Pale Ale casi legendaria, aunque sí su versión dorada. Esta luce un color marrón rojizo brillante y es cristalina, se podría leer un libro a través del vaso. Genera poca espuma al servirla, apenas un dedo, pero esta es muy resistente, de color beige y con burbuja muy heterogénea. En nariz no se sale un ápice de lo esperable y se presenta con un aroma de dulzor medio dominado por malta tostada y caramelo, acompañadas de nueces, más suave toffee y de fondo frutos rojos y naranja. El lúpulo juega un papel muy típico, y aporta un discreto carácter herbal, mineral y quizá con algún deje terroso. Sospecho que más o menos así huele el champú de Elizabeth II.

En boca más de lo mismo: bloque de dulce malta tostada, caramelo, frutos secos y leve azúcar moreno, con notas de mantequilla bien integradas, quedando en un segundo plano suaves recuerdos de frutos rojos. A pesar de que es una Pale Ale con cuerpo el trago es largo y amable. Final de amargor seco, sobrio, con lúpulo herbal y terroso, marcadas notas minerales que hacen imposible confundir el origen de la cerveza, y un agradable punto cítrico. Cierra con un regusto largo, mineral, herbal, con sutiles recuerdos de cáscara de naranja y notas de caramelo de fondo. Muy rica y sin ninguna sorpresa, lo que a priori no tiene por qué ser algo malo. Posiblemente no sea la mejor opción para los locos de las innovaciones cerveciles y los sabores extremos, pero si lo que quieres es medio litro (o más) de buena cerveza británica para pasar una tarde tranquila en casa o como lubricante para una conversación interesante, ataca sin miedo.

NOTA:

martes, 11 de diciembre de 2018

Mönchshof Historisches Märzen

MARCA: Mönchshof
MODELO: Mönchshof Historisches Märzen
ESTILO: Märzen (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Después de 5 años vuelvo a atacar las cervezas de Kulmbacher con esta botella que me traje de mi viaje fugaz a Munich, cautivado por su elegante etiqueta... y por lo mucho que suelo disfrutar las referencias de esta marca. Se trata de una Märzen que forma parte de una nueva línea de Mönchshof llamada Manufaktur, en la que el maestro cervecero Herrman Nothhaft mezcla tradición y modernidad. Está elaborada con lúpulos Hallertauer, Perle y Tradition, es sometida a un lagerung a 1ºC, y fue premiada con la medalla de oro de los World Beer Awards 2016 en la categoría "Alemania". Además ese mismo año también recibió la medalla de oro de los Mieningers Craft Beer Awards, aunque no sé si "craft" es el término que mejor define a una fábrica del volumen de Kulmbacher.

El aspecto de esta Märzen es casi el de una Keller, de color bronce amarillento, bastante turbia, con una escasa espuma blanca de burbuja fina. En nariz es una delicia, domina malta dulce, masa de pan, galleta y toffee, también se encuentra mucha miel, algo de caramelo y un leve toque de almíbar. Se fusiona con frutas, la más destacable pera madura, y más suave plátano y manzana. El conjunto se completa con el lúpulo, que aporta un delicado aroma floral que se ensambla muy bien con los esteres de la levadura. 

En boca es sutil pero firme, con un cuerpo consistente. Abre el trago la malta dulce, masa de pan y mucha galleta, a lo que se suman marcadas notas de plátano y suave levadura. La textura sedosa acompaña a un final de amargor calmado, largo, con intensos recuerdos de miel, lúpulo floral, una medida acidez cítrica y un punto de especias. Al rato se seca un poco, se vuelve algo más verde, notas terrosas se vuelven más evidentes y puede resultar algo menos amable, aunque sin dejar de ser una Märzen dulce, de trago largo y fácil de beber. No he sido capaz de encontrarle fallos, me ha parecido una cerveza deliciosa... ojalá hubiese cogido alguna botella más.  

NOTA:

domingo, 2 de diciembre de 2018

Sagres Bohemia Bock

MARCA: Sagres
MODELO: Sagres Bohemia Bock
ESTILO: Bock (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Portugal

CARACTERÍSTICAS: Mis sensaciones con la serie Bohemia de Sagres (que tengo que agradecer a mis padres el poder probarlas, ya que fueron ellos quienes me las trajeron de sus vacaciones en Extremadura y Portugal), son un poco contradictorias. Algunas me han parecido bastante buenas, como por ejemplo la Bohemia original, mientras que otras como la Hoppy Weiss, que reseñé hace poco, se quedaban cortas. La que comento hoy, supuestamente del estilo Bock, se queda a mitad de camino y deja satisfecho pero queda algo que no acaba de cuadrar.

Esta es una cerveza bastante oscura para ser una Bock, casi negra, con un tenue color rubí al trasluz. Tiene una espuma beige grisácea, muy compacta y abundante, pero que en pocos minutos se reduce a medio dedo. En nariz me impresionó positivamente, se presenta con mucha malta tostada dulce y caramelo, azúcar moreno, marcados recuerdos de ciruelas e higos y algo de toffee y pan integral. Se suman suaves notas de chocolate, un mínimo toque de regaliz negro, y por fín el lúpulo, no demasiado aromático, con un carácter herbal y ligeramente cítrico. Pintaba bien, sobretodo para ser una marca industrial.

El paso por boca es agradable, tiene un cuerpo medio y mucho sabor. Domina malta tostada, acompañada de algo de caramelo, aunque no es tan densa como sugería el aroma, que casi apuntaba a Doppelbock. Hay más presencia de frutos secos, sobretodo nueces, pan de centeno, y menos de fruta madura, que se limita casi en exclusiva a ciruelas. Al final sale un amargor cítrico y especiado, un poco artificial, con una acidez dulzona que recuerda al sirope de limón y se queda en el largo regusto, donde se funde con un leve calor alcohólico. Reconozco que está buena, de hecho tanto que si te despistas puede colar y acabas metiendo la pata en El Comidista, pero tiene ese dulzor que no acaba de cuadrar y que se acentúa a medida que pasa el tiempo, lo que le hace perder algún punto. Ha sido interesante probar las Bohemia de Sagres, ¡gracias padres!

NOTA:

martes, 27 de noviembre de 2018

Hofbräu Helles Vollbier

MARCA: Hofbräu
MODELO: Hofbräu Helles Vollbier
ESTILO: Münchner Hell (5'1% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Una norma básica a la hora de comprar cerveza en Alemania es, cuando no se conocen las cervezas disponibles, elegir las que tengan etiquetas de aspecto más antiguo. Siguiendo esta regla rara vez se lleva uno malas cervezas a casa, y de cuando en cuando encuentra maravillas. La última vez que estuve en Munich la apliqué en un Orterer y entre las botellas que compré estaba esta, que además es producida por una fábrica tan buena como Hofbräuhaus. Hace un par de semanas, ya en España, la abrí al final de un día agotador con el convencimiento de ir a disfrutar de una rica cerveza clásica.

Es de un amarillo blanquecino, totalmente cristalina, sin apenas burbujas en la columna de líquido. Genera una espuma blanca cremosa, no muy abundante pero bastante resistente y que queda adherida al vidrio. En nariz es bastante potente, combina malta sin tostar, mucha masa de pan, suave galleta y cereales, junto con frutas entre las que destaca manzana asada y un delicado punto de limón. El lúpulo tiene un papel discreto, aporta un leve toque floral, mientras que la levadura, ligeramente especiada, resulta bastante evidente. Tan buena impresión como cualquier Helles bávara.

En boca se presenta con un cuerpo medio y una textura sedosa muy agradable. Por desgracia el sabor no está a la altura de lo que esperaba de una cerveza de esta marca y de esta región. En la entrada domina la malta, aunque con menor densidad de lo que sugería el aroma, y se suman notas algo más moderadas de cereal, leve pan blanco y manzana golden, con algo más de acidez en esta ocasión. De trago largo, al final se seca un poco, se aligera el cuerpo, salen más cítricos, lúpulo herbal, cáscara de limón y bastante especia picante. Menos redonda de lo que me esperaba y con un final quizá demasiado áspero y abrupto. Me habría gustado algo más de presencia de la malta en boca, y también algo más de cuerpo. Disfrutable sin duda, pero se le puede exigir más. En esta ocasión mi norma de selección de cervezas ha fallado, nadie es perfecto.

NOTA:

martes, 20 de noviembre de 2018

Morlaco Beer San Cernin

MARCA: Morlaco Beer
MODELO: Morlaco Beer San Cernin
ESTILO: Golden Ale con trigo (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: San Cernin, o San Saturnino, es el patrón de Pamplona y el nombre de uno de los tres burgos a partir de cuya fusión en 1423 se formó la capital navarra. Este lugar emblemático de la ciudad es otro de los que los amigos de Morlaco Beer seleccionaron para denominar a una de sus referencias, una Golden Ale con malta de trigo. Representan en la etiqueta al Gallico que corona la torre del reloj de la Iglesia de San Cernin peleándose con el morlaco vestido de obispo. Esta cerveza no la había probado hasta ahora, me gustan tanto Navarrería o Estafeta que si estas se encuentran en las estanterías me cuesta dar oportunidades a sus otras elaboraciones, pero Akui tuvo el detalle de regalarme una botella hace escasamente un mes.

Esta es una Golden Ale que hace honor al nombre del estilo, con un color dorado pajizo, brillante, ligeramente velada al trasluz. La cantidad y el aspecto de la espuma es perfecto, 3 dedos al servirla y en pocos minutos queda sólo 1 dedo, con burbujas de tamaño medio pero muy compactas. En nariz es fresca, con una cantidad generosa de lúpulo que le aporta un aroma herbal y cítrico, con algún deje mineral y tropical, sobre una base de malta limpia, manzana, membrillo y suave toffee. Un punto de clavo y pimienta blanca le dan un agradable picante que refuerza la sensación del lúpulo, y cierra muy bien el conjunto.

En boca se presenta con cuerpo ligero, aunque bien mantenido por una carbonatación viva. En la entrada se presenta con malta, grano crudo y trigo, que se mezclan con frutas como manzana, limón, suave uva blanca y grosella. El trago se cierra con un amargor potente pero controlado, con hierba fresca, incluso algo de pino, cáscara de limón, suave pomelo, especias como las mencionadas en el aroma y un deje mineral. Al final queda una cerveza suficientemente compleja como para entretenerse catándola, pero también directa y muy refrescante. Es perfecta para meses estivales, además su baja graduación alcohólica permite tomar un par sin demasiado problema. Me ha gustado mucho.
NOTA: