jueves, 9 de abril de 2020

Rondadora / La Montnegre English Barley Wine

MARCA: Rondadora / La Montnegre
MODELO: Rondadora / La Montnegre English Barley Wine
ESTILO: Barley Wine envejecido en barrica de vino (10.5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Esta cerveza incluida dentro del kit de cata de Rondadora es fruto de la colaboración entre esta fábrica y La Montnegre, una cervecera fundada en 2016 en la comarca del Maresme. Se trata de una Barley Wine envejecida 6 meses en barrica de roble francés que ha contenido vino tinto de la bodega Batán de Salas, de la D.O. Somontano, y que fue galardonada en el año 2018 con la medalla de oro en su estilo en el Barcelona Beer Challenge.

Es muy oscura, de un color caoba brillante muy atractivo. Como suele pasar con las cervezas que pasan por barrica, la cantidad de espuma que genera es escasa, aunque queda adherido al vidrio un anillo beige. En nariz lo primero que me llamó la atención es que destaca bastante carácter cítrico y especiado del lúpulo, incluso con algún toque de pino. No obstante en cuanto la cerveza se asienta este pasa a un segundo plano, detrás de dulce malta tostada, bollo, suave sirope de caramelo e intensas notas de ciruelas. Por último se nota el papel de la barrica, con cálidos recuerdos licorosos, uvas pasas e incluso algo de vainilla (a pesar de que este matiz es más propio del roble americano). La verdad es que tiene de todo, y bien integrado a pesar de que la cantidad de lúpulo parece considerable. 

En boca tiene lo que le pido a una Barley Wine británica: sobriedad y calidez. Empieza formal,  con muchos frutos secos, sobretodo nueces, y cereales. En seguida sale el dulce aunque no satura el trago, con abundante malta tostada, caramelo oscuro, ciruelas y uvas pasificadas. Al final vuelven a ganar presencia los tostados, se forma un amargor medio aunque seco, y es en este punto donde se despliegan las notas licorosas de la barrica, con vainilla, suaves recuerdos de vino dulce y un leve toque de madera, junto un punto moderado de cítricos y pimienta aportado por el lúpulo. Regusto prolongado, con la calidez del alcohol y el dulzor de la barrica. Una buena elaboración, equilibrada y compleja, como para prestarle atención mientras se bebe. El único inconveniente que le veo es el precio, aparentemente alrededor de 6 euros, ya que hay opciones igual de buenas por poco más de la mitad.

NOTA:

lunes, 6 de abril de 2020

Laugar Aupa Tovarisch

MARCA: Laugar
MODELO: Laugar Aupa Tovarisch
ESTILO: Russian Imperial Stout con avena (12% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Creo que se puede afirmar sin miedo a equivocarse que Cataluña fue región pionera en el movimiento de cerveza artesanal nacional. Sin embargo el Norte de España le siguió bastante de cerca, teniendo ahora un número más que considerable de fábricas firmemente asentadas y de gran reputación. Dentro de estas no se puede pasar por alto Laugar Brewery, fundada en Gordexola (Bizkaia) en el año 2014 por cinco colegas de Barakaldo, y que tan solo 6 años después se codea con cerveceras de tanto prestigio como De Molen, Alvinne o Dry & Bitter tanto en festivales como en colaboraciones.

Aupa Tovarisch es una de sus referencias más populares, y cuenta además con varias versiones añejadas en barricas de diferentes licores que han recibido muy buenas críticas. Yo comento hoy la edición normal, una cerveza de las más oscuras que he visto, tan densa como aceite de coche, que al servirla se cubre por medio dedo de una espuma marrón levemente anaranjada. En nariz es muy completa, destacan los tostados, café, torrefacto e incluso humo seco, de madera quemada o tabaco. Se entrelaza con una generosa ración de cacao y regaliz negro, mientras que queda de base malta oscura, sirope de caramelo, muy marcadas notas de uvas pasas y recuerdos licorosos. El lúpulo está también presente, sobretodo mineral aunque en algún momento parece que quiere salir un leve carácter herbal.

El cuerpo es completo, sin embargo se las ingenian para que el paso por boca sea fácil, dejando eso sí una carga de sabor bestial. Se presenta con una textura sedosa muy agradable, posiblemente virtud de la avena, y libera intensas notas de malta muy oscura, caramelo quemado, cacao y más suave sirope, acompañadas por frutas del bosque maduras. El café parece envolver todo el trago, en un registro más dulce al principio y que luego se seca a medida que salen los tostados y un punto ahumado. Final amargo, buena carga de lúpulo cítrico, mineral y algo herbal, eclipsado en seguida por recuerdos licorosos, cacao, especia picante y humo que conformarán el largo regusto. Hacía tiempo que no caía en mis garras una Imperial Stout tan redonda y bien equilibrada, de las mejores referencias modernas de este estilo que he probado. Para beber lentamente, pero no por que se haga difícil sino para que dure más. 

NOTA:

lunes, 30 de marzo de 2020

Alvinne Phi

MARCA: Alvinne
MODELO: Alvinne Phi
ESTILO: Flanders Red Ale (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: La primera vez que probé una cerveza de Alvinne fue en el 2012, cuando Gabriel de Zombier tuvo el detalle de enviarnos varias botellas coincidiendo con la apertura de su tienda online. Esa experiencia fue tan interesante como desconcertante, y desde entonces me siento capaz de identificar cualquier cerveza de Alvinne a ciegas, dada la personalidad que le da la levadura Morpheus a todas sus elaboraciones. Dentro de su extenso repertorio tiene una trilogía a cuyas referencias han dado el nombre de 3 letras griegas: Omega, Phi y Sigma. La que comento hoy es la segunda, con un 40% de trigo, que sirve como base para la elaboración de la reputada Cuvée Sofie.

A pesar de que se describe como Blonde su color es más pardo que dorado, muy transparente y limpia. Esto permite que se vea a través del líquido una carbonatación tremenda, que genera medio dedo de firme espuma blanca de burbuja pequeña. El aroma es el característico de la levadura Morpheus; avinado, balsámico, algo mineral, parecido, quizá, al de Rodenbach Grand Cru. De fondo queda el dulzor de la malta con cereal crudo, pan blanco, algo de frutos rojos maduros, todo ello regado por notas de establo, heno y especia picante, sobretodo pimienta.

A pesar de que los elaboradores no concretan el estilo, a mí me recuerda mucho a una Flanders Red. Desde el principio del trago es ácida sin paliativos, especiada y con toneladas de manzana verde, limón, más suave lima y pomelo. Con el avance salen los balsámicos, intensos recuerdos de vino y más mineralidad. Junto a los balsámicos viene un dulzor de fondo en forma de galleta, malta, suave miel y masa de pan que equilibra el conjunto. Final seco, áspero, con un regusto avinado eterno, te acuerdas de ella horas después. Quizá no sea del gusto de todo el mundo, estos estilos pueden ser difíciles, pero aquellos que se les encienda la mirada con sólo escuchar los nombres de Rodenbach o Liefmans no deberían perderse esta gran cerveza.

NOTA:


martes, 24 de marzo de 2020

Amager / Surly Todd the Axe Man

MARCA: Amager / Surly
MODELO: Amager / Surly Todd the Axe Man
ESTILO: India Pale Ale americana (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Dinamarca

CARACTERÍSTICAS: Amager Bryghus es la única cervecera que se encuentra localizada en la isla con la que comparte nombre, en la zona sur de Copenhague. Fue fundada en el año 2007 por Morten Valentin Lundsbak y Jacob Storm en un almacén que antes era propiedad de la Iglesia de la Cienciología, y actualmente es una de las fábricas danesas más conocidas a nivel internacional. Hace algunos años inundaron España con su Sinner Series, compuesta por 7 cervezas representando los 7 pecados capitales, y desde entonces se les ha visto bastante menos en las estanterías de las tiendas especializadas. Respecto a la cerveza que comento hoy, es una IPA con Mosaic y Citra que se elaboró por primera vez colaboración con Surly Brewing de Minnesotta, y que estos últimos han incorporado definitivamente a su catálogo habitual. Su nombre es un pequeño homenaje a Todd Haug, antes maestro cervecero de esta fábrica, quien es también guitarrista de Vulgaari y de Powermad.

Es una cerveza de color amarillo pajizo, pese a lo cual es totalmente opaca. La carbonatación es muy importante, pese a lo cual tan solo queda algo de espuma blanca adherida a la pared del vaso y algo cubriendo en parte la superficie. El aroma es una pasada, realmente delicioso, con grandes cantidades de lúpulo que se manifiestan en forma de maracuyá, mango y melocotón en almíbar, aunque también dejando hueco para cítricos, sobretodo lima, cáscara de limón y más suave naranja. La malta queda de fondo con un dulzor limitado, notas de masa de pan, y un punto de jengibre algo picante.

Por desgracia la sensación que tuve al probarla es que en boca se queda corta. Desde el principio presenta mucha carbonatación, recuerda al sidral. Empieza con algo de malta, pan blanco, suave cereal, y en seguida el lúpulo despliega potente lima, cáscara de limón, mucho pino, hierba, resina, y leves notas tropicales. De cuerpo medio, cierra con un amargor marcado, cargado de cítricos, pino y resina, un generoso golpe de especias como pimienta blanca y jengibre, mucho mineral y la calidez del alcohol. Regusto largo, áspero, cítrico, herbal y mineral. Al principio me pareció un poco descompensada, pero si se vacía entera la botella la levadura apacigua al lúpulo y queda más resultona. No obstante es una cerveza que no me mata, todo el protagonismo se lo lleva el lúpulo y no le veo que tenga nada más debajo.

NOTA:

martes, 17 de marzo de 2020

Karg Weizen-Bock

MARCA: Karg
MODELO: Karg Weizen-Bock
ESTILO: Weizenbock (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Los orígenes de la cervecera Karg datan de hace aproximadamente un siglo, pues fue en 1912 cuando su fundador, Andreas Karg, adquirió la fábrica Hirschvogel en Murnau, una localidad situada al Sur de Munich junto al lago Staffel. Andreas se jubiló en el año 1960, y a partir de entonces de tres de sus hijos, Centa, Franziska y Andreas, tomaron el relevo. Sin embargo, a partir de 1976 se hizo cargo del negocio familiar Franz Schubert Jr, fruto del matrimonio de la primogénita Rosina Karg con Franz Schubert. Por último, para concluir esta especie de telenovela germana, desde el año 2005 la 4º generación se ha incorporado también a la empresa familiar. Dentro de las 7 cervezas que elaboran actualmente, todas de trigo, hoy ataco su Weizenbock, que conseguí en Líquidos de Zaragoza allá por Navidades.

Es de color pardo brillante, más anaranjada en base, con una generosa espuma beige de aspecto delicioso, como crema, alimentada por una carbonatación constante. El aroma es muy potente y viene repleto de esteres en forma de plátano maduro y más suave manzana golden. Se acompañan de una buena ración de chocolate con leche y galleta, leve caramelo, recuerdos de dulce de leche y malta de tueste ligero. De fondo queda bastante cereal y tostados, con un deje terroso que va de la mano con algo de clavo. Tiene lo esperable de una Weizenbock, pero sin alcanzar la contundencia de las reputadas Aventinus o Aloysius.

El trago no resulta tan goloso como esperaba, y quizá incluso le falte algo de redondez. En la entrada predominan malta, dulce de leche, toffee, y más suave chocolate con leche, haciendo que al principio pueda incluso resultar algo empalagosa, aunque en seguida se corrige al aumentar la temperatura y permitir que otros sabores más sobrios compensen el dulzor. El plátano maduro se presenta también exuberante en boca, acompañado de leve miel, un punto de canela e incluso algo de alcohol especiado. Final de amargor considerable, sirve para compensar el dulzor aunque solo en parte, ya que el alcohol tira en dirección contraria. Regusto largo con plátano, minerales y miel que se arrastran desde el amargor final. Aunque desafía el equilibrio creo que es una buena cerveza. No tendría problema en repetir si me la ofreciesen, pero dentro de este estilo llegan a España referencias de tan alto nivel que no le encuentro mucho sentido a buscar esta en concreto.

NOTA:

martes, 10 de marzo de 2020

Krušovice Černe

MARCA: Krušovice
MODELO: Krušovice Černe
ESTILO: Schwarzbier (3'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: República Checa

CARACTERÍSTICAS: Tenía la impresión de que habían pasado pocas Schwarzbier por aquí, pero revisando el archivo del blog he visto que no es así en absoluto, simplemente resulta que una parte importante de las representantes que he probado no me han dejado muy satisfecho. Esto me hace plantearme si quizá sea que el estilo no encaja demasiado con mis gustos, aunque también es verdad que disfruto mucho las referencias más clásicas como Köstritzer o Mönchshof, así que es posible que todo haya sido cuestión de mala suerte. El caso es que Krušovice me pareció una apuesta bastante segura para volver a atacar algo del estilo, no es la mejor cervecera checa pero por lo general hacen las cosas como se debe, así que me llevé a casa esta botella esta botella que encontré en Líquidos las pasadas Navidades.

Es una cerveza negra brillante, opaca, cubierta por una espuma beige de burbuja microscópica que se reduce con rapidez, quedando un anillo firmemente adherido al vidrio. Al acercar la nariz me di cuenta de que echaba de menos las Schwarzbier, al ser recibido por un perfume fresco, delicado, con malta tostada, chocolate negro y café del grano torrefacto, adornado por aromático lúpulo herbal y mineral. Nada que ver con la potencia y profundidad de cervezas negras de alta graduación, esto apunta a sencillez, a beber sin complicaciones. 

Como es habitual en boca es muy ligera, de textura casi acuosa; el medio litro se puede hacer corto, y además la baja graduación alcohólica ayuda. La entrada es fácil, con un dulzor moderado en forma de chocolate, suave malta, café solo marcado, y un ahumado muy ligero que se hace algo más prominente al final. Cierra con un amargor medido, lúpulo mineral y levemente herbal, un toque de acidez especiada y discretas notas de regaliz que parecen dirigir el regusto. Muy fácil de beber y con pocas cosas que objetar, sigue el estilo con rigor. Si se están buscando emociones fuertes posiblemente no sea esta (ni ninguna del estilo) tu mejor opción. Sin embargo, si lo que se quiere es disfrutar del torrefacto sin complicarse la vida, adelante con total tranquilidad.

NOTA:

lunes, 2 de marzo de 2020

Rodenbach Alexander

MARCA: Rodenbach
MODELO: Rodenbach Alexander
ESTILO: Flanders Red Ale macerada con cerezas (5'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Rodenbach Alexander se empezó a elaborar en 1986, coincidiendo con el 200 aniversario del nacimiento de Alexander Rodenbach, uno de los fundadores de la fábrica. Cuando la empresa fue adquirida por Palm NV se dejó de elaborar, y no fue hasta el año 2016 cuando recuperaron esta receta en forma de edición limitada, aunque parece que finalmente se ha incorporado al catálogo de la marca. Consiste en la mezcla de un 33% de cerveza joven y el resto madurada durante 2 años en fudre de roble, macerada con cerezas.

Es una cerveza mate, de color rojo marronáceo y muy turbia. Si a esto le sumamos una espuma blanca muy escasa, que se limita a un anillo adherido a la copa y algún resto de la misma en el interior, la verdad es que el aspecto no es el más apetecible. Por suerte con Rodenbach no hay lugar para la desconfianza, y el aroma deja claro desde el primer instante que nos encontramos ante una cerveza de máximo nivel. El conjunto es agridulce, con un fondo cítrico y herbal muy fresco, como asidrado, en contrapunto al núcleo de malta tostada, frutos secos, pan negro, suave caramelo y gran cantidad de frutas rojas, sobretodo cereza y frambuesa, también algo de fresas, e incluso bayas y arándanos. Claros recuerdos de madera y Brettanomyces, notas de limón y leve heno, cerrando así un perfume complejo y muy atractivo.

En boca es extremadamente refrescante. Entra con mucha fruta, y ahí es evidente la cereza belga, sin olvidar tampoco a los otros frutos rojos. Después el dulzor gana peso con malta, algo de caramelo, toffee, quizá notas de higo. Tras esta curva surge la acidez que será la tónica predominante al final, asidrada, balsámica, y que seca las encías. En ella se encuentra mucha cereza, como no puede ser de otra manera, recuerdos de vino rosado, manzana verde, notas de granero y levadura salvaje. Regusto eterno, con cereza, frambuesa y levaduras, dejando una aspereza un poco quemante en la garganta. Es una cerveza extraordinariamente compleja y muy bien equilibrada, adjetivos que servirían para describir también a otras referencias de la marca. Para los que disfrutan de las Flanders Red Ale, esta es una de las que no hay que dejar escapar.

NOTA: