martes, 13 de abril de 2010

Silva Strong Dark Beer

MARCA: Silva
MODELO: Silva Strong Dark Beer
ESTILO: Dunkel Lager (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Rumanía

CARACTERÍSTICAS: Quizá Silva no este en cuanto a popularidad al nivel de otras marcas rumanas como Ursus o Timisoreana, pero no es en absoluto difícil de encontrar, sobretodo en la zona de Transilvania, pues fue en el corazón de esta región donde se comenzó a fabricar. La amplia mayoría de las cervezas de esta país están bajo el poder de macros internacionales, y en este caso concreto forma parte de Heineken.

De color marrón pardo, algo rojizo, forma una considerable cantidad de espuma beige, pero esta desaparece al instante dejando apenas unos posos. Al olfato sorprende un poco pues emite aromas propios de cervezas más oscuras que esta, con dulce malta torrefacta, muy prominente ahumado y madera, algo de tabaco y suave café negro, adornado con una pizca de lúpulo herbal. De todas maneras, todos estos matices se presentan con tan poca intensidad que no se aprovechan todo lo que se habría podido.

El principal problema llega si nos metemos con el sabor, porque la falta de carácter de este reduce mucho el nivel. Se aprecian notas de malta tostada de dulzor moderado acompañadas de un leve ahumado y aún más esquivos recuerdos de madera, pero es algo aguada y de cuerpo prácticamente nulo. El final es largo y poco amargo, con ahumados, café y un prominente toque herbal que queda en el regusto. Un poco aburrida por la limitada fuerza del trago y los aromas, pero puede pasar para acompañar una comida.

NOTA:

jueves, 1 de abril de 2010

Berliner Kindl Jubiläums Pilsener

MARCA: Berliner Kindl
MODELO: Berliner Kindl Jubiläums Pilsener
ESTILO: Pilsener (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: En la segunda mitad del siglo XIX surgieron en Berlin las cerveceras Berliner Kindl y Schultheiss, y su existencia transcurrió por separado más de 100 años hasta que en el año 2006 se fusionaron en una única empresa. Esto no ha supuesto una menor variedad de productos comercializados como pasa con cierta frecuencia, sino que actualmente elaboran hasta 10 modelos de cerveza distintos, entre ellos 2 Pilsener (desconozco cual es la diferencia entre ambas), y esta que voy a comentar es una de ellas.

Según me comentaron esta es una clásica cerveza de sesión en Berlín, y como tal me enfrente a ella. Al servirla se aprecia un color dorado cristalino, totalmente transparente, con una buena cantidad de espuma blanca, pero bastante fugaz. El aroma es intenso, muy directo y penetrante, destacando malta de dulzor mínimo, cereales y notas de pan, acompañadas por un suave perfume herbal que abarca todo con mucha suavidad. Se aprecian una importante de acidez cítrica y un amargor consistente, en absoluto parecido a las Pils alemanas que he comentado anteriormente donde el dulzor es la tónica.

El sabor tampoco es en absoluto complejo, no pierde el tiempo en florituras, y sin embargo no se hace aburrido ni pesado en momento alguno. Comienza con un importante soplo cítrico para que al instante se añada la malta, de nuevo notas de pan, levísimos recuerdos de manzana verde, un mínimo punto dulce y finalmente queda el trago completado por los lúpulos herbales, que aportan un considerable amargor que dura hasta el final, formando un regusto largo y amargo que llega a ser incluso algo astringente. Algo agresiva pero sin embargo equilibrada y agradable, buena cerveza de sesión para refrescar el gaznate en una posible visita turística a la capital germana.


NOTA:

lunes, 29 de marzo de 2010

Original Oettinger Export

MARCA: Oettinger
MODELO: Original Oettinger Export
ESTILO: Dortmunder (4'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Continúo con el germantástico envío de Michael, que va menguando a velocidades preocupantes, con el modelo Dortmunder de la marca Oettinger. Los datos sobre la fábrica están recopilados en la reseña de la Pilsener de esta marca que me traje de Wacken en verano, así que sin más dilación paso a describir la cerveza en sí.

Dorada cristalina, con una escasa y breve espuma blanca, a pesar del constante flujo de burbujas a la superficie. Al olfato se presenta con timidez, con dulces notas de malta y lúpulo floral, estas últimas algo prominentes, sobre una suave base de miel, con quizá un muy secundario punto de acidez picante y aromas de manzana casi imperceptibles.

El sabor es dulzón, comienza con malta y miel suave, ya de primeras con muy poco carácter, bastante monótona, y se añaden leves matices florales. Este conjunto es basicamente lo que se puede encontrar hasta el final, con imaginación se podría añadir alguna nota de limón o picante, pero mínimas de todas maneras. El regusto el largo y dulce, algo pastoso, de amargor inexistente, con notas florales y algo de galleta. Sosa y aburrida, sin ganas, lo que le sobra de azúcar le falta de fuerza en el trago, verdaderamente decepcionante.

NOTA:

Chimay Rouge/Première

MARCA: Chimay
MODELO: Chimay Rouge/Première
ESTILO: Dubbel Trapense (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: En 1863 se terminó de construir la abadía Scourmount, en el municipio belga de Chimay, por los monjes trapenses. Ya desde un principio, como los campos de la zona donde se había construido este edificio no eran fértiles en absoluto, se dedicaron a la producción y comercialización de quesos y cerveza... y ciertamente, no les fue mal puesto que en la actualidad es la cerveza trapense más consumida del mundo y sus quesos gozan de una reconocida fama en Bélgica.

La fabricación de Chimay se ha caracterizado siempre por ser puntera en lo que a tecnología se refiere, pero eso sí, sin olvidar las directrices de elaboración que llevan empleando desde sus inicios. Así pues, emplean desde 1950 una célula como base para su levadura, que utilizan de forma exclusiva, y en la década de los 80 aplicaron la informática a su industria, con óptimos resultados.

Chimay Première es la primera cerveza que fabricaron, una Ale trapense, de lo cual pueden presumir menos de 10 marcas en el mundo, y con una segunda fermentación en botella. En un inicio se vendía exclusivamente en botella de 75 cl con tapón de corcho, pero la que yo he degustado es en botella de 33 cl. Al servirla, hay que hacerlo con cuidado, y veremos una cerveza de color marrón pardo, turbia, que forma una espuma densa cuyo volumen se reducirá rápidamente, quedando un archipiélago blanco grisáceo en el centro de la copa. Irrumpe un aroma dulce, cargado de malta y caramelo, con intensos recuerdos de melocotón, albaricoque y manzana golden, más leve naranja, y un buen surtido de especias picantes, tan agradable que lo pondría sin dudarlo un segundo como esencia de mi habitación.

Su sabor es tambien fuertemente afrutado, con un toque de cítricos pero predominando con claridad frutas dulces y maduras, abarcando el mismo espectro que en el aroma. Por supuesto la malta no se esconde y surge bien acompañada por caramelo, toffee, dando una densidad al trago casi perfecta. Las especias, principalmente clavo y canela, son aquí incluso más llamativas; se combinan a la perfección con la acidez antes mencionada y con el profundo calor del alcohol, evocando un buen ron venezolano, y le dan a la cerveza el punto de agresividad que necesita. Un equilibrio ejemplar y sin renunciar al sabor, pocas Dubbel hay en el mundo que puedan mirar a la cara a esta... y encima tenemos la suerte de poder conseguirla con facilidad.

NOTA:



Actualizado por Sir Asf:

CARACTERÍSTICAS: Aprovechando los últimos días antes de las vacaciones de Semana Santa, y la idea de hacer una ensalada de patatas de receta belga, me agencié una Chimay Roja para acompañar la cena (siempre se acierta con estas cervezas), ya que aún no había hablado de ella por aquí.

Esta Ale Belga ostenta un color cobrizo, bastante turbio, sobre el que se posa una esponjosa capa de espuma beix que no va a durar excesivamente, pero que se mantendrá en menor medida durante todo el trago. Se aprecia un olor dulce y afrutado, a melocotón, malta y pasas. Durante el trago se expande en la boca un sabor floral completo, donde destacan las frutas maduras, el caramelo y un leve amargor que equilibra la forma al final. El choque con el paladar genera espuma, donde destaca levemente la concentración alcohólica, evocando el sabor de un coñac añejado, pero aportando unas características cerveciles únicas.

Es más suave que su hermana Azul, con menos alcohol y menor intensidad en el sabor. No obstante mantiene un nivel muy alto, y es una elección fantástica.

NOTA:




jueves, 25 de marzo de 2010

Zischke Kellerbier Original

MARCA: Zischke
MODELO: Zischke Kellerbier Original
ESTILO: Kellerbier (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Esta es la otra Kellerbier que me envió Michael, de la cervecera Königsbacher que comenzó su historia en 1689 en Koblenz, localidad alemana situada a ambos lados del Rin. Me habría gustado guardar las dos cervezas de este estilo hasta que hiciese algo más de calor pero las ganas y la fecha de caducidad me lo impidieron, y es que aunque no me supuso ningún inconveniente beberlas en invierno parecen idóneas para el verano.

Es una cerveza color miel especialmente turbia, de carbonatación muy leve, casi sin espuma ni burbujas, bastante parecida a Schmucker. El aroma comienza malta dulce e impresionantes notas florales como protagonistas, secundariamente se aprecian miel, frutas tropicales y un suave deje herbal, y aún más disimulados melocotón y naranja. Exquisito, gracias sobretodo al lúpulo floral que da al aroma unos matices deliciosos.

Los sabores son suaves, casi demasiado, con una leve base de miel y malta, una importante acidez cítrica del limón que recuerda al sidral y abarca casi todo el trago, y muy limitados matices florales y frutales, pero pese a todo mantiene el cuerpo intacto. El final es largo y delicado, con un mínimo amargor herbal, y un regusto larguísimo que mantiene el sabor en la boca. No impresionante, pero perfectamente correcta y disfrutable cerveza.


NOTA:

martes, 23 de marzo de 2010

Chimay Blue/Grande Réserve

MARCA: Chimay
MODELO: Chimay Bleu/Grande Réserve
ESTILO: Brune Trapense (9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS:
La historia de la Abadía Scourmount está recogida en la entrada de la Chimay Roja, por lo que me ahorraré los párrafos y pasaré a hablar sobre esta excelente variedad de Chimay: Chimay Azul.

Desde el momento en que la botella es abierta se respira un olor a gloria, a levadura fresca, malta y especias. El primer trago es sencillamente sublime, y poco a poco se va percibiendo un sabor delicioso y potente, una combinación excelente de dulces y amargos, dejando matices realmente interesantes a cada trago, con aromas caramelizados. Los 9 grados de alcohol la convierten en la más poderosa de las Chimay. Aunque no llegan a embriagar, sí que toman presencia al cabo de un rato, aligerando la mente y relajando el cuerpo.
La espuma es espesa y abundante, y se desliza por la copa a medida que ésta se va quedando vacía. Es una cerveza de color marrón oscuro.

Una elección excelente, una riquísima cerveza que puede estar presente en cualquier momento, aunque disfrutarla a solas o con gente que sepa disfrutar una cerveza fuerte, acompañada de quesos y con un rato tranquilo y largo por delante, es uno de los placeres capitales que se pueden experimentar.
(Nótese media cerveza de puntuación más que la Chimay Roja. Opiniones personales)


NOTA:



Actualizado por Embracing Darkness:

CARACTERÍSTICAS: Tras tres interminables meses de estudiar como un bosquimano escogí el producto estrella de la que es probablemente la marca Trapense más popular para celebrar mi ansiado final de examenes, y además así aproveché para estrenar la copa que la gigantesca Ana me consiguió de forma misteriosa. Era consciente de que esta reseña no iba a ser precisamente fácil, así que busqué un ambiente tranquilo donde pudiese concentrarme exclusivamente en la bebida, y tras poner algo de música me lancé a ello.

Es una cerveza marrón oscura, casi negra, que se torna de color pardo apagado si la colocamos al trasluz, y forma una cremosa y duradera capa de espuma beige de burbuja muy fina. Al olfato es simple y llanamente perfecta, repleta de matices desde el primer instante, comenzando con la aparición de la dulce malta y muchísima fruta, de donde destacaría sobretodo ciruelas y peras, aunque también se aprecian aromas de naranja, mora y un suave deje a plátano aportado por el trigo empleado en la elaboración. Como base se puede encontrar caramelo y chocolate con leche, con bastante moderación, y el alcohol se intuye entre el plátano y especias picantes bastante evidentes. Mucho más disimulada es la presencia del lúpulo, relegado a un plano completamente secundario.

En el sabor lo primero que percibo son manzanas y quizá peras, para abrir paso al instante al bombazo de malta tostada, ciruelas maduras, denso chocolate con leche y suave caramelo, acompañadas por un punto importante de especias picantes, clavo y canela. Más adelante se añade un punto de acidez cítrica y algo de alcohol, que aparece con fuerza pero sin exceso, y se fusionan a la perfección con un final largo, muy frutal y donde el alcohol ataca directamente a la garganta, dando una sensación muy placentera. Perfectamente equilibrada, una cerveza de lujo para disfrutar con calma y apreciando los innumerables detalles que ofrece.

NOTA:

domingo, 21 de marzo de 2010

La Ronda #22: Espantos Tempranos

Invita el Filósofo a la Ronda de Marzo, que nos acerca cada vez más al segundo aniversario de la iniciativa, y aprovechando la propuesta del mes anterior, le da la vuelta consiguiendo un tema que puede suponer divertidas respuestas por parte de los participantes:

¿Cuál fue la cerveza, o tipo de cerveza, que al probarla por primera vez no les gustó para nada? ¿Cuál fue su reacción en aquella oportunidad? ¿Y cuánto tiempo tardaron en volver animarse a probarla y en qué circunstancias?

Me vienen a la cabeza varias cervezas que me horrorizaron al principio y a estas alturas me siguen pareciendo insoportables, entre ellas La Bière du Demon, acerca de la cual ya he mostrado mi profundo desagrado recientemente, la desafortunada Grolsch Het Kannon, y Amsterdam Maximator, de muy alta graduación, al igual que las otras dos.

Sin embargo, voy a optar por comentar una cerveza que, pese a no parecerme una mala cerveza, por su extremado dulzor no me gustó nada la primera vez que la probé, la dopplebock EKU 28. Un año después de esa mala primera experiencia, notando cierta evolución en mis gustos cerveciles decidí probar de nuevo, pareciendome de nuevo excesivamente dulce y costándome una barbaridad terminar la botella. Ahora han pasado ya 2 años desde ese último intento, he seguido aprendiendo sobre cervezas, y me siento otra vez con ganas de enfrentarme a ella, eso sí, sin ninguna intención de dar más oportunidades si el resultado vuelve a ser negativo.