MODELO: Pannepot 2009 Old Fisherman's Ale
ESTILO: Quadrupel (10% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Últimamente es bastante habitual la historia de varios amigos que comenzaron haciendo cerveza en casa y que al final sus productos han acabado teniendo un reconocimiento unánime a nivel internacional. Ese es el caso de los responsables de alguna marca que ya hemos comentado aquí, como por ejemplo Nøgne Ø, o sin ir más lejos Pannepot de De Struise, que es la cerveza que voy a comentar hoy.
Es previsible que una Quadrupel sea muy turbia, esta sin embargo va más allá, al nivel de una Imperial Stout. Es de color marrón muy oscuro, y la protege de la oxigenación una buena capa de espuma beige, mezcla de burbuja fina y gruesa. Al olfato roza la perfección, con una brutal entrada protagonizada por un dulce torrente de caramelo y malta tostada, e intensas notas de bizcocho y frutas maduras: ciruelas negras, dátiles, y más secundario plátano. Aún sin ser lo que más destaca, el chocolate parece envolver el conjunto con delicadeza, permitiendo la entrada de clavo, pimienta y un soplo de alcohol que evoca al ron negro.
El sabor es una auténtica pedrada, haciendo de Pannepot una de las cervezas más duras de este estilo que me he llevado a la boca, y también de las más densas. Sin compasión desde el comienzo del trago, aparecen nuevamente malta tostada y caramelo, acompañadas de intensísimo cacao, que juega un papel más importante que en el aroma, muchas frutas maduras y té negro. Se añaden al final canela, clavo y otras especias que le imprimen un fuerte gusto picante, para desembocar en un amargor marcado, bastante enólico, donde son llamativos un toque de café, algo de regaliz negro y leves recuerdos avinados. Es especialmente seca, con un regusto a licor, frutas dulces y azúcar quemado, dejando así durante largo rato el recuerdo del delicioso sabor de esta cerveza. Perfectamente equilibrada pese a su fuerte carácter y de una complejidad encomiable, no quiero ni imaginarme como será Pannepot Reserva.
Es previsible que una Quadrupel sea muy turbia, esta sin embargo va más allá, al nivel de una Imperial Stout. Es de color marrón muy oscuro, y la protege de la oxigenación una buena capa de espuma beige, mezcla de burbuja fina y gruesa. Al olfato roza la perfección, con una brutal entrada protagonizada por un dulce torrente de caramelo y malta tostada, e intensas notas de bizcocho y frutas maduras: ciruelas negras, dátiles, y más secundario plátano. Aún sin ser lo que más destaca, el chocolate parece envolver el conjunto con delicadeza, permitiendo la entrada de clavo, pimienta y un soplo de alcohol que evoca al ron negro.
El sabor es una auténtica pedrada, haciendo de Pannepot una de las cervezas más duras de este estilo que me he llevado a la boca, y también de las más densas. Sin compasión desde el comienzo del trago, aparecen nuevamente malta tostada y caramelo, acompañadas de intensísimo cacao, que juega un papel más importante que en el aroma, muchas frutas maduras y té negro. Se añaden al final canela, clavo y otras especias que le imprimen un fuerte gusto picante, para desembocar en un amargor marcado, bastante enólico, donde son llamativos un toque de café, algo de regaliz negro y leves recuerdos avinados. Es especialmente seca, con un regusto a licor, frutas dulces y azúcar quemado, dejando así durante largo rato el recuerdo del delicioso sabor de esta cerveza. Perfectamente equilibrada pese a su fuerte carácter y de una complejidad encomiable, no quiero ni imaginarme como será Pannepot Reserva.