MODELO: Brewdog Tokyo* (2nd Edition)
ESTILO: Russian Imperial Stout con jazmín y arándanos (18'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia
CARACTERÍSTICAS: Primera cerveza que comento de estos punks escoceses conocidos por esa microcervecería llamada Brewdog. Y menuda primera cerveza. Esta imperial stout (o como reza su etiqueta: "intergalactic fantastic oak aged stout") está inspirada ni más ni menos que en el Space Invaders, el juego arcade de recreativa de los años ochenta. Había probado pocas cervezas de este estilo, pero siempre con un resultado impecable. Por eso y por los tremendos 18 grados que incluye esta bebida, le tenía especiales ganas. Por cierto, es un regalo del compañero de blog Embracing, de hace ya bastante tiempo.
En la copa se muestra de un color negro muy profundo, opaco, sin carbonatación aparente. Un caldo tremendamente atractivo en el que se perciben sedimentos flotando, y sobre el que se posa una capa intermedia de espuma color beix, con burbujas finas, que duran todo el trago. El aroma impacta en la nariz como un racimo de hostias. Es así.
Una inicial bocanada alcohólica, como de licor, acompañada de frutas negras, lúpulo y en menor medida café, junto a una gran cantidad de matices que bailotean sin dejarse identificar demasiado. Una carta de presentación que asusta a la par que invita a lanzarse al trago, que por supuesto, es impresionante. Un inicio fuerte, donde los dulces toman el protagonismo. Hay demasiados matices que se entremezclan: malta torrefacta, galleta, café, chocolate, vainilla y lúpulo, en un segundo término. La garganta se seca y se queda con un regusto potente, quizás un pelín empalagoso.
En un principio parece que el trago va a estar empañado por el alcohol, pero es quizás lo primero que deja de percibirse. Como era de esperar, un cuerpo fortísimo y una mezcla de matices inmensa. Estoy deseando beberla de nuevo, y lanzarme a las demás variedades de Brewdog. Muy buena cerveza, un ejemplar idóneo para sustituir esa copa de cognac después de una cena tremenda.
NOTA:
Actualizado por Embracing Darkness:
CARACTERÍSTICAS: Cualquiera diría antes de probarla que esto no es cerveza sino petróleo, tanto la viscosidad del líquido como su color negro opaco parecen más propios de este material. No obstante su aroma se encarga de desmentir la posible confusión y con una potencia admirable cubre todo el espectro que cabría esperar en una Imperial Stout, comenzando por cacao, regaliz negro y sirope de caramelo reconcentrado pero también perfumes más ariscos como es el torrefacto, el café negro y la madera. Todo esto parece bañado en frutas oscuras, azúcar moreno y coñac, e incluso se pueden apreciar notas vinosas que pueden recordar al Oporto, dándole así a la cerveza un dulzor un tanto inusitado para el estilo.
Estaba claro que iba a ser una Stout pesada y densa, y estaba preparado para ello, lo que no me esperaba es que su sabor estuviese tan cargado de fruta, sospecho que proveniente de los arándanos que figuran entre sus ingredientes, y el marcado carácter floral aportado por el jazmín. No obstante los chumachos de Brewdog manejan estos componentes con gran habilidad y consiguen que no saturen, dejando suficiente espacio para café solo, cacao, suaves notas de madera y vainilla, y regaliz negro, que a medida que avanza el trago se hace demoledor. Bajo el dominio de éste transcurren los últimos instantes, acompañado por azúcar quemado y humo, dejando un cálido regusto propio de un licor oscuro, aunque controlando los 18º a la perfección (lo que no parece fácil). Una cerveza completísima y muy profunda, tanto por calidad como por originalidad merece la pena el desembolso.
Estaba claro que iba a ser una Stout pesada y densa, y estaba preparado para ello, lo que no me esperaba es que su sabor estuviese tan cargado de fruta, sospecho que proveniente de los arándanos que figuran entre sus ingredientes, y el marcado carácter floral aportado por el jazmín. No obstante los chumachos de Brewdog manejan estos componentes con gran habilidad y consiguen que no saturen, dejando suficiente espacio para café solo, cacao, suaves notas de madera y vainilla, y regaliz negro, que a medida que avanza el trago se hace demoledor. Bajo el dominio de éste transcurren los últimos instantes, acompañado por azúcar quemado y humo, dejando un cálido regusto propio de un licor oscuro, aunque controlando los 18º a la perfección (lo que no parece fácil). Una cerveza completísima y muy profunda, tanto por calidad como por originalidad merece la pena el desembolso.