viernes, 10 de febrero de 2012

Cata de Cervezas Gisberga en Líquidos

El pasado Diciembre Ignacio de Líquidos anunció la presentación en su tienda de las cervezas Ibon, una de las dos micros aragonesas (aunque por el momento no tiene instalaciones propias y se elabora en Tyris) que han aparecido recientemente, pero pese a que me invitó a esta y me habría encantado acudir, mis obligaciones me lo impidieron. Por suerte, pocas semanas después de este evento se ha organizado nuevamente una pequeña cata informal, en esta ocasión para presentar las cervezas Gisberga, la otra cervecera de nuestra comunidad, a la que sí que he podido asistir.


Las cervezas Gisberga toman su nombre de la que fue durante el siglo XI, junto con su marido Ramiro I, la primera reina de Aragón. La persona al cargo de su elaboración es Ferrán Ferrer, miembro de la familia Ferrer que gestiona desde hace más de 80 años las bodegas Valonga, situadas en la comarca oscense de La Litera. Según tengo entendido, en un inicio el proceso de fabricación se llevaba a cabo en Ca l'Arenys bajo el asesoramiento de los responsables de esta estupenda fábrica catalana, pero desde hace ya unos meses las cervezas Gisberga se han sumado a los productos que salen de la finca de Valonga, junto con el vino, las nueces y el aceite.

De las dos cervezas que elaboran, Trigo y Porter, comenzamos la exposición con la primera, como es lógico, mientras Ferrán nos relataba su experiencia personal en el campo cervecil, desde su comienzo con el homebrewing, al igual que la mayoría de los productores, hasta su salto al ámbito profesional. En cuanto a la cerveza, la verdad es que no está nada mal, es ligera y refrescante, bastante centrada en los cítricos, y sin errores que recriminar. No obstante en mi opinión le falta algo de cuerpo y quizá redondearse un poco más, parece quedar a medio camino entre una Weizen alemana y una Wit, sin terminar de definir. De todas formas, reconozco que con las cervezas de trigo soy un poco exigente, no puedo evitarlo.

Si bien la de Trigo me pareció correcta y agradable pero tampoco me volvió loco, la Porter son palabras mayores. ¡Qué barbaridad de cerveza! Sin duda bebe de las Porter británicas más clásicas, con un contenido alcohólico muy moderado, de 4'8% ABV, pero a la vez es muy sabrosa, cargada de notas de cacao, café, torrefacto, regaliz, etc, respaldadas por un cuerpo robusto. La impresión general sobre ella fue realmente buena, y dentro de los habituales de estos eventos en Líquidos todos coincidimos en su alta calidad. Personalmente, bien a gusto bebería esta cerveza de forma regular puesto que nada tiene que envidiar a otras marcas de mayor reconocimiento.

Poco más sucedió esa tarde, estuvimos charlando un buen rato, Ferrán nos mencionó su intención de lanzar al mercado una nueva cerveza a corto-medio plazo (aunque prefirió no revelar de qué tipo sería), y tras dar la enhorabuena a este por sus cervezas y las gracias tanto a él como a Ignacio por la invitación huí a mi casa, pensando ya en adquirir alguna botella para reseñar aquí... eso sí, cuando solucione mis eternos problemas de espacio.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Visita a Cantillon, en Bruselas

Cumpliendo con lo que he anunciado alguna vez a lo largo del último mes, el pasado fin de semana huí a Bruselas, con la intención además de visitar la fábrica de una de mis marcas favoritas, Cantillon, cuyas instalaciones están situadas en la parte oriental del distrito de Anderlecht. Alberga también en su interior el Museo Bruselense de la Gueuze así que si alguien esta dubitativo acerca de si pasarse o no por allí, ya tiene dos motivos.

Lo primero que me encontré al abrir la puerta del edificio de la calle Gheude fue un batallón de gente disfrutando de una pequeña copa de Lambic; eso me bastó para saber que me iba a gustar la visita. Una vez superada la pequeña aglomeración de personas me atendió una señora amabilísima tras un mostrador, que me indicó que el precio de la visita eran 6 euros, incluyendo un par de copas de dos Cantillon distintas. Una vez hube pagado me alcanzó un folleto de 10 páginas, que todavía conservo, que incluye un breve resumen de la historia de la fábrica y una pormenorizada guía de los distintos procesos de la elaboración, preparada para poder leerlos a medida que paseas por las polvorientas habitaciones donde se produce esta cerveza. Además explicó de forma rápida y concisa varios conceptos básicos sobre los distintos tipos de Lambic y las diferentes Cantillon, aunque reconozco que no pude evitar distraerme con los distintos productos que allí vendían, desde sus propias cervezas a muy buenos precios (por poner ejemplos, Vigneronne o St. Lamvinus 8 la botella de 75 cl y Rosé de Gambrinus, Kriek, Gueuze o Iris por debajo de 6 ) hasta camisetas, mermeladas y demás parafernalia.

Una vez superados estos trámites nos pusimos en marcha y pudimos ver, con no poca admiración, la sala de mezcla, la trituradora y las calderas de cocción, la tina de enfriamiento, etc. Especialmente agradable fue el paso por el granero, donde se almacenan los diferentes cereales y el característico lúpulo viejo que se emplea en en la elaboración de las Lambic, y que inundaba la estancia con un aroma embriagador, aunque nada comparado con el que producía la zona de almacenamiento de barriles, en la que se puede apreciar como la espuma de la fermentación llega incluso a derramarse por la superficie de estos.

Las últimas paradas antes de la ansiada degustación fueron, como alguno habrá podido intuir, la zona de embotellado, donde estaba la máquina que enseño en la fotografía y a la que perfectamente se le pueden adivinar por lo menos 30 años de existencia, y la bodega, en la que habitualmente se almacenan para que maduren hasta 60.000 botellas... ¡quién las pillara!. Tras esta agradable visita me lancé de cabeza a por las cervezas prometidas, y entre las que ofrecían me decante por la Gueuze y la Kriek, aunque con la ventaja de haber pactado con mi hermano que él pediría Rosé de Gambrinus, gracias a lo cual pude disfrutar de las tres. Por supuesto no abandoné la fábrica sin agenciarme una botella de la marca, que en los próximos días reseñaré.



"El tiempo no respeta aquello que se hace sin él"

martes, 7 de febrero de 2012

La Trappe Bockbier

MARCA: La Trappe
MODELO: La Trappe Bockbier
ESTILO: Bock Trapense (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos

CARACTERÍSTICAS: La legislación antieclesiástica que se impuso en Francia a finales del siglo XIX, y que amenazaba a distintas órdenes religiosas, provocó la salida del país de Sebastian Wyart, uno de los monjes del monasterio francés de Sainte-Marie-du-Mont, en busca de refugio en el extranjero. Lo encontró en el Brabante Septentrional, cerca de Tilburg, y allí en el año 1881 fundó la Abadía de Nuestra Señora de Koningshoeven, en el seno de la cual dio sus primeros pasos la que es actualmente la única cervecera Trapense fuera de Bélgica. Exactamente 120 años después, en el 2004, vio la luz su Bock, primera cerveza de este estilo de origen Trapense a la que le voy a dedicar la reseña de hoy.

De color rubí negruzco, es imposible no ver la mano belga en esta cerveza puesto que al servirla forma una capa de espuma beige amarillenta de una solidez difícil de ver en este estilo alemán. Al olfato es cuanto menos curiosa, de su previsible base de malta oscura y caramelo emerge un llamativo perfume de frutas tropicales, naranja de sangre, leve cacao, y un afilado toque de clavo y aromático lúpulo floral, que si bien no es incompatible con las Bock sin duda le da una originalidad importante.

Un cuerpo consistente dirige el trago, cargadísimo de malta e intensas notas de cacao, bien respaldado por ciruelas, té negro y suave melocotón y naranja. A medida que avanza se va secando, el dulzor de las frutas maduras se difumina y gana en presencia el cacao, con recuerdos de café de fondo, para terminar con un amargor no especialmente intenso aunque sí áspero y muy largo, salpicado de hierba, cacao y especias picantes. Muy interesante interpretación belga del estilo, algo más sólida y menos frutal de lo habitual, con determinadas características que delatan su origen, pero pese a mi pasión por lo clásico creo que es una cerveza realmente buena a la que merece la pena darle una oportunidad.

NOTA:

viernes, 3 de febrero de 2012

Bière Aux Chataignes - Bièra Amb Castanha

MARCA: Canardou
MODELO: Bière Aux Chataignes - Bièra Amb Castanha
ESTILO: Red Ale con castañas (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Esta cerveza la encontré por pura casualidad en una pequeña bodega de Biscarrosse, y como podéis imaginar lo primero que captó mi atención fue la etiqueta... más llamativa imposible. Está elaborada por la Brasserie du Canardou ("canard" significa pato en francés), una pequeña cervecera situada en la región de Aquitania en activo desde 1997 que comercializa 7 cervezas más, todas de producción ecológica.

A diferencia de la botella, su presentación en copa no es muy prometedora, la escasa espuma beige que forma ni siquiera persiste durante el acto de servirla, encontrando desde el inicio un líquido color marrón roble totalmente desprotegido. El aroma sin duda es agradable, con una mezcla de malta tostada y caramelo, acompañado de higos, muy leves frutos secos y un afilado toque de naranja, albaricoque y flores, sin embargo resulta demasiado tenue y sugiere, además acertadamente, que va a ser una cerveza de trago muy ligero.

Y así es: en boca destaca la poca intensidad de los sabores, que se corresponden con exactitud a lo encontrado por el olfato. De nuevo malta y caramelo conforman el núcleo, mientras las frutas, a la vez que refrescar, parecen acentuar la carencia de cuerpo, dejando en un segundo plano una acidez basal. Poco a poco surge un suave amargor con un punto de flores y especias que no consigue cambiar el ritmo de esta cerveza, quedando algo unidimensional, en mi opinión su principal problema. En cuanto a las castañas, al igual que pasaba con Pietra es un dato totalmente anecdótico, se puede intuir su presencia pero con bastante imaginación.

NOTA:




Actualizado por Sir Asf:
CARACTERÍSTICAS: Tenía muchas ganas de hincarle el diente a esta cerveza de tan genial etiqueta. Hay quien dice que la cervecera du Canardou elabora sus cervezas con patos franceses como ingrediente principal. Pero quienes lo dicen están locos. La botella es un regalo de Ana, a la que agradezco muy mucho el detalle.

Luce un color anaranjado oscuro, levemente turbio, algo más cristalino en su base. La espuma es blanca y no tiene mucha duración. Termina formando una capa fina y sedosa casi imperceptible. Despide un aroma curioso que me recordó a la manzana de caramelo. También se perciben tintes de malta torrefacta, toque herbal y floral, con frutas maduras en menor medida.

En boca es muy ligera y algo espumosa. La primera impresión es que faltan matices. Destaca el carameelo, la malta tostada y una nota cítrica algo seca, aunque en seguida se pierden. El alcohol no tiene presencia y las castañas se las han inventado.

Coincido bastante con Embracing. No es un horror de cerveza pero no está a la altura de su etiqueta.

NOTA:


jueves, 2 de febrero de 2012

Aventinus Weizen-Eisbock

MARCA: Aventinus
MODELO: Aventinus Weizen-Eisbock
ESTILO: Eisbock (12% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Uno de los estilos alemanes más extremos, si no el que más, son las Eisbock, cuyo nombre deriva del proceso de congelación parcial al que se somete a la cerveza en las últimas fases de la elaboración. De esta forma, puesto que el agua es lo primero en congelarse, al retirarla se concentran tanto los sabores como el alcohol, obteniendo así cervezas de una graduación difícilmente alcanzable de otra manera. No habíamos comentado por el momento ninguna cerveza de este tipo, y es que no abundan en la Península; sin embargo, la marca que reseño hoy se pegó varios meses del 2011 en las estanterías de los Alcampo, habiéndome permitido disfrutarla en más de una ocasión (y de dos, y de tres, y de cinco) a lo largo del año pasado.

Esta Eisbock se distingue de las típicas en que, al igual que su hermana Weizenbock, contiene entre sus ingredientes trigo. Esta característica no escapa al olfato, que percibe intensos aromas de plátano aportados por este cereal que se combinan con un torrente de chocolate con leche, y algo más ligeras notas de ciruelas y sirope de caramelo. Sus 12º de alcohol se intuyen, aunque tampoco pasan de allí pues se esconden entre los recuerdos de naranja y flores, quedando todos los componentes perfectamente integrados, como si de un perfume se tratara.

Queda tiempo para las emociones fuertes, y en el sabor el alcohol es algo más prominente, aunque de todas maneras suficientemente controlado como para permitir deleitarse disfrutando de una cerveza densa y cremosa. En realidad es bastante similar a la Aventinus original pero como si hubiesemos metido el medio litro habitual en una botella de 33cl; ataca con fuerza la malta achocolatada junto con el trigo, en forma de plátano maduro, y ciruelas pasas en una combinación tan resultona como la del aroma, que desprende suaves notas cítricas y de manzana verde. Al final del trago la especia y el alcohol reafirman la potencia de esta cerveza, y en su sedoso paso por la garganta deja una agradable calidez, mientras chocolate, canela y dátiles impregnan la boca. Todo un peso pesado tanto dentro de las cervezas de trigo como entre las Eisbock, redonda como pocas, y además una elección inmejorable como postre en un día tan frío como los que vivimos ahora mismo.

NOTA:

lunes, 30 de enero de 2012

Delirium Christmas

MARCA: Delirium
MODELO: Delirium Christmas
ESTILO: Brune (10% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: No me resistí a incluir en el pedido navideño a este elefante rosa con sombrero de Santa Claus. Tras probarla un par de veces más, Delirium Tremens bajó puntos en mi escala de genialidad, pero ya que Nocturnum me había dejado buen sabor de boca agarré con ganas esta navideña tan especial.

Al servirla en copa tulipa forma una capa de espuma abundante, pero que no tarda en volatilizarse formando un fino anillo beix burbujeante que casi desaparece. Me empiezo a preguntar si esto es habitual en las cervezas navideñas, después de lo acontecido con Winterkoninkske. Su color es de un rosáceo oscuro diáfano, como el de un vino rosado más apagado de lo habitual.

Emite un aroma floral y afrutado, a frutas maduras, cereza, caramelo y un toque de licor. Se percibe olor a especias y lúpulo. En boca es ligera y espumosa. De nuevo destaca la cereza, el caramelo y las especias, apoyados por el alcohol que intensifica el sabor. Tras la marea dulce, deja la boca hormigueante y seca, con matices ligeramente picantes y amargos.

En conjunto una cerveza muy agradable, superior a la Delirium Tremens y bastante al nivel de Nocturnum.

NOTA:



Actualizado por Embracing Darkness:

CARACTERÍSTICAS: Despedida definitiva para las cervezas de Navidad, no puedo decir que no haya disfrutado pero la verdad es que ya me apetecía cambiar de aires y recuperar el contacto con otros tipos de cerveza, que en breves volverán a aparecer por acá. Para este momento tenía reservada la de Huyghe, cuyas cervezas parecen tener tantos fanáticos como detractores, probablemente debido a que tienden un poco a forzar con el alcohol y a algunos les pueden resultar algo excesivas. Precisamente esto me ha pasado en esta ocasión, y además lo veía venir ya desde el primer momento.

El aspecto es impecable, de color granate anaranjado cubierta con una bella capa de espuma beige, pero al olfato ya intimida un poco. El núcleo es muy apetitoso, compuesto por una mezcla de malta, caramelo y frutas en abundancia, sobretodo naranja, albaricoque y manzana, y que deja en un segundo plano notas de frutas del bosque, aunque si algo llama la atención es la cantidad de clavo que inunda el aroma, y que ayuda a tapar un punto de alcohol bastante potente.

En boca tiene cuerpo más que suficiente, rebosante de notas de caramelo, toffee, albaricoque, cerezas y ciruelas que cargan cada trago de sabor, pero por desgracia un exceso de especias, en forma de jengibre, pimienta y clavo desafían a un equilibrio que la fuerte presencia del alcohol acaba por romper. A partir de este momento el picante y los recuerdos de licor toman el control y delegan a un segundo plano a la mayoría de matices de malta y frutas oscuras, dejando un final enólico que recuerda al ron negro. Mira que por lo general me gustan las Delirium pero esta en concreto me ha resultado algo cargante, y sobretodo poco nivelada e integrada.


NOTA:

sábado, 28 de enero de 2012

Presidente

MARCA: Presidente
MODELO: Presidente
ESTILO: Pale Lager (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: República Dominicana

CARACTERÍSTICAS: Un nuevo claro para descansar, por fin. En esta ocasión eché mano de una de las cervezas Presidente que mi colega Javier Fernández me trajo de la República Dominicana, todo un detalle. Ya había probado esta cerveza hace un tiempo, sin resultados espectaculares, por lo que no esperaba demasiado. No obstante aproveché el presente y me la serví muy fría, casi helada, siguiendo el consejo de los amigos dominicanos.

La cerveza Presidente viene a ser la marca cervecera más grande y conocida de la República Dominicana, que data de 1935. Encontramos un perfil similar en gran cantidad de países, con Budweiser, San Miguel o Heineken, por ejemplo, asemejándose su campaña de marketing e intenciones de producción a estas.

Luce un color dorado y cristalino, casi transparente, en el que se aprecian gran cantidad de burbujas subiendo a la superficie. Completa la imagen una corona generosa de espuma blanca que al rato reduce su tamaño, aunque se mantiene en cantidad. Aspecto muy común en cervezas de este estilo.

Muy común es también en su aroma, un comprendio de malta y lúpulo muy suaves, con presencia de caramelo y cereal. En boca el sabor es sencillo, sin demasiada intensidad (propiciado, evidentemente, por la temperatura gélida a la que es servida), con malta y lúpulo y final seco. Es irremediablemente refrescante, pero no tiene matices ni intensidad. En su versión menos fría pierde todavía más.

Cantidad sobre calidad, como suele pasar con estas marcas gigantes. No obstante, de nuevo, agradezco mucho el detalle de Javi trayéndolas desde la república. ¡Haya salud!

NOTA: