MODELO: Guineu Antius
ESTILO: Bitter Ale (3'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España
CARACTERÍSTICAS: Sigo con las Guineu con la cuarta de las que me mandó Ramón de Cervezalandia, al que una vez más le agradezco el regalo, como premio del concurso que organizó en verano del 2011. Antius lleva el nombre de una colonia dentro del municipio de Callús, en la comarca barcelonesa de Bages, y se encuadraría dentro de las Pale Ale británicas, estilo del que habría disfrutado más en botella de 50 cl pero que no obstante jamás me veréis haciendole ascos... y menos aún si proviene de unaa marca que aprecio tanto como es el caso de Guineu.
Forma al servirla una espuma beige, de apariencia compacta, que rápidamente se disuelve y deja al descubierto un líquido de color dorado anaranjado, sin apenas turbidez, regado de rápidas y constantes burbujas. El aroma muestra una gran potencia, percibiendo el olfato una mezcla a partes iguales de malta y frutas maduras, sobretodo melocotón y mango, impregnado en almíbar y caramelo, y acompañado por un agudo toque de lúpulo floral. Es dulce para lo que cabría esperar en una Bitter, incluso se asemeja en cierta medida a una Ale Belga, pero no obstante es agradable y no parece en absoluto descontrolada.
Con el primer sorbo se elimina cualquier tipo de recelo y la contundente presencia del lúpulo deja claro que no sigue el estilo belga, puesto que ya desde el inicio crea un firme amargor y potencia el albaricoque y la naranja, a la vez que esconde parcialmente las notas de melocotón y caramelo. A medida que avanza se hace más patente la carbonatación, quizá un poco excesiva aunque no llega a molestar, y ganan fuerza los cítricos y las flores aportados por el lúpulo, que acaban dando paso a un final algo áspero, ácido y especiado, tras el cual quedan en la boca agradables recuerdos de limón y pino. Es suficientemente agresiva como para poder pasar por una Pale Ale americana, hasta me atrevería a sugerir la posibilidad de que al menos uno de los dos tipos de lúpulo empleados sea más propio de esta región que de Inglaterra, sin embargo esto no es sino un punto de originalidad que sumar a una muy buena cerveza.
Forma al servirla una espuma beige, de apariencia compacta, que rápidamente se disuelve y deja al descubierto un líquido de color dorado anaranjado, sin apenas turbidez, regado de rápidas y constantes burbujas. El aroma muestra una gran potencia, percibiendo el olfato una mezcla a partes iguales de malta y frutas maduras, sobretodo melocotón y mango, impregnado en almíbar y caramelo, y acompañado por un agudo toque de lúpulo floral. Es dulce para lo que cabría esperar en una Bitter, incluso se asemeja en cierta medida a una Ale Belga, pero no obstante es agradable y no parece en absoluto descontrolada.
Con el primer sorbo se elimina cualquier tipo de recelo y la contundente presencia del lúpulo deja claro que no sigue el estilo belga, puesto que ya desde el inicio crea un firme amargor y potencia el albaricoque y la naranja, a la vez que esconde parcialmente las notas de melocotón y caramelo. A medida que avanza se hace más patente la carbonatación, quizá un poco excesiva aunque no llega a molestar, y ganan fuerza los cítricos y las flores aportados por el lúpulo, que acaban dando paso a un final algo áspero, ácido y especiado, tras el cual quedan en la boca agradables recuerdos de limón y pino. Es suficientemente agresiva como para poder pasar por una Pale Ale americana, hasta me atrevería a sugerir la posibilidad de que al menos uno de los dos tipos de lúpulo empleados sea más propio de esta región que de Inglaterra, sin embargo esto no es sino un punto de originalidad que sumar a una muy buena cerveza.