Hace unos meses nos llegó al correo del blog una invitación por parte del Club Bier de La Vinoteca para dirigir una cata de cervezas en su establecimiento de la calle Esquiroz, en Pamplona. Gracias mis contínuas idas y venidas a esta ciudad conocía de sobras esta empresa, de hecho era junto con Manneken Beer uno de mis sitios cerveciles predilectos de Navarra, y no me habría importado desplazarme desde Zaragoza para ello, pero si encima tenemos en cuenta que estaba a apenas unas semanas de trasladarme a vivir a la capital navarra no había excusa posible para no aceptar participar activamente en este evento.
Ya establecido en Pamplona quedé con Rubén, la persona que había contactado con nosotros, para conocer más detalles sobre la cata, y a medida que me fue explicando mi interés crecía de forma exponencial. Tras una anterior temporada dedicada a las diferentes categorías cerveciles, llamada "Style Fighter", en este "Bier Chrome" su intención era comparar cervezas del mismo color pero distintos estilos, pretendiendo resaltar así lo distintas que pueden llegar a ser por muchas similitudes que tengan en apariencia.
En esta primera ronda iba a ser el turno de cervezas negras de estilos que tirasen más hacia la sequedad, hacia el torrefacto, es decir Porter, Stout, Schwarzbier, etc, y las marcas elegidas para este fin fueron:
- Anchor Porter (Porter)
- Samuel Smith's Imperial Stout (Russian Imperial Stout)
- Flying Dog Gonzo (Baltic Porter)
- To Øl Black Ball (Porter ¿extralupulada?)
- Southern Tier Mokah (Imperial Stout con café y chocolate)
- De Molen Rook & Vuur (Rauchbier)
Así, este pasado Jueves 24 a las 20:15 se celebró la cata. Reconozco que al principio estaba algo nervioso, me olvidé de algunas cosas de las que quería hablar y me precipité en otras, y es que había acudido mucha más gente de la que esperaba. No obstante ni siquiera habíamos terminado la primera cerveza, una rica Zeitgeist, y ya me sentía como en casa, las palabras salían solas. No soy quien para juzgar si fue ameno o interesante, eso más bien le corresponde a los asistentes, pero la verdad es que yo me lo pasé bien, y a pesar de que cuando ya ibamos por las últimas cervezas se desmadró un poco, daba la impresión de que la cosa estaba funcionando.
La selección de cervezas por parte de La Vinoteca me pareció realmente buena, quizá en el caso de la Schwarzbier o de la Baltic Porter habría optado por ejemplos más clásicos, pero estos hicieron el papel a la perfección y además eran más exóticos que una Kostritzer o una Baltika 6, que se puede encontrar en cualquier supermercado. Sobretodo fue muy interesante el poder probar la To Øl y la Southern Tier, marcas que no se ven todos los días, y De Molen Rook & Vuur, que pese a que quizá no tuvo una gran aceptación por los asistentes fue una de las que más me gustó de toda la cata. También quedé muy satisfecho con la organización: el orden y la presentación eran exquisitos, con 7 copas de cristal alineadas sobre un mantel, al que iban llegando cada poco rato tanto botellas como pequeños "pintxos" para llenar un poco el estómago y que no acabásemos todos por los suelos, y un modesto micrófono con el que poder hablar cuando la voz empezaba a fallar.
Así, entre charla, cervezas y algunas bromas fue pasando el tiempo y antes de que me diese cuenta ya habían pasado las 10 de la noche y era hora de ir recogiendo. Y si ya estaba contento por cómo había salido todo, me quedé absolutamente maravillado cuando, antes de que me fuese, apareció Rubén con un par de cajas que transportaban las 7 botellas que habíamos catado y una Tactical Nuclear Penguin, que querían regalarme en agradecimiento por haber aceptado su invitación, con las que me fui a casa pensando en la de cervezas que iba a poder disfrutar en mi nuevo lugar de residencia. Solo me queda, para acabar este resumen, dar las gracias por todo a los asistentes, a La Vinoteca en general, y a Rubén en particular.
PD: Se me había olvidado decirlo, pero las fotografías no son mías, sino un prestamo de los responsables de La Vinoteca. Gracias también por eso.