MODELO: La Trappe Quadrupel
ESTILO: Quadrupel (10% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos
CARACTERÍSTICAS: No muy a menudo se puede comprar una cerveza de este calibre por menos de 3 euros, así que cuando la ví en Makro no me lo pensé ni un instante, al igual que tampoco tuve duda alguna de con quien iba a disfrutarla: todas las papeletas las tenía mi compañero de blog Sir Asf, que decidió venir a hacerme una visita a Zaragoza. La Trappe es otra de las 7 marcas de cerveza Trapense, y además la única con esa denominación que no se encuentra en Bélgica. Goza de un merecido prestigio entre los cerveceros de todo el mundo por lo que, a pesar de ser la primera vez que probaba el modelo Quadrupel, sabía que la cata iba a ser realmente agradable.
La presentación ya da una buenísima primera impresión, con esa botella tan similar a las de vino (no fueron pocos los conocidos que, al encontrarlos de camino a casa con la botella en la mano, me preguntaron a dónde iba con ese vino), tapón de corcho y una etiqueta en tonos morados. Al abrirla, un intenso aroma a malta te golpea en la cara, un olor algo dulzón y especialmente penetrante. Se puede apreciar al servirla una espuma similar a la de las demás trapenses, moderada y que desaparece pronto, dejando nucleos en el centro de la copa. El color es marrón oscuro, cobre, con reflejos rojizos al trasluz, y junto con los demás aspectos externos de la bebida hace que te olvides de que ese líquido esconde 10º de alcohol, mucho más que la gran mayoría de las cervezas.
Y llega el esperado momento de saborear esa cerveza de lujo, con un cuerpo completo que abarca tanto boca como orofaringe, un gusto ligero a regaliz al principio y un intenso sabor a malta muy caramelizado, quizá con matices que recuerdan a melocotón, que dura largo rato, permitiendo así disfrutar de la bebida no solo durante el trago, sino varios segundos después. Posee un dulzor leve, que además es de agradecer, y participa en la difícil tarea de enmascarar su alta graduación, cosa que consigue a la perfección, resultando así una buenísima cerveza, de sabor especialmente equilibrado.
La presentación ya da una buenísima primera impresión, con esa botella tan similar a las de vino (no fueron pocos los conocidos que, al encontrarlos de camino a casa con la botella en la mano, me preguntaron a dónde iba con ese vino), tapón de corcho y una etiqueta en tonos morados. Al abrirla, un intenso aroma a malta te golpea en la cara, un olor algo dulzón y especialmente penetrante. Se puede apreciar al servirla una espuma similar a la de las demás trapenses, moderada y que desaparece pronto, dejando nucleos en el centro de la copa. El color es marrón oscuro, cobre, con reflejos rojizos al trasluz, y junto con los demás aspectos externos de la bebida hace que te olvides de que ese líquido esconde 10º de alcohol, mucho más que la gran mayoría de las cervezas.
Y llega el esperado momento de saborear esa cerveza de lujo, con un cuerpo completo que abarca tanto boca como orofaringe, un gusto ligero a regaliz al principio y un intenso sabor a malta muy caramelizado, quizá con matices que recuerdan a melocotón, que dura largo rato, permitiendo así disfrutar de la bebida no solo durante el trago, sino varios segundos después. Posee un dulzor leve, que además es de agradecer, y participa en la difícil tarea de enmascarar su alta graduación, cosa que consigue a la perfección, resultando así una buenísima cerveza, de sabor especialmente equilibrado.
(Finalmente he conseguido hacer una fotografía de esta cerveza de una calidad más o menos aceptable. Hasta el momento empleábamos la del compañero Catador del blog Buena Cerveza, al que le agradezco el préstamo)
Guau, que puntuación. Me ha llamado la atención un hecho del sabor...no llega a ser excesivamente empalagosa?¿ A ver si encuentro por algún sitio de por aquí (cosa que dudo mucho)
ResponderEliminarExquisita. Ya te lo dije en su momento, pero me pareció una cerveza del todo genial. Expondré mi opinión más elaborada en su momento, pero de momento decir que me supo como un buen vino, con un sabor cercano al del moscatel. Buenísima.
ResponderEliminarBuenas, compañeros. La Quadruppel he tenido la suerte de probarla en varias ocasiones y siempre en su versión de 75cl. Los del monasterio holandés tienen una curiosa clasificación de cervezas y si os fijáis, su Tripel no tiene nada que ver con otras Tripel trapistas.
ResponderEliminarPero bueno, a lo que iba. Que estáis invitados a La Ronda #3, que este mes pago yo.
Ya está propuesta la invitación (informal) a la Ronda de este mes. Hay tiempo de sobra para pensárselo: el último viernes de mes (día 29) es fecha límite de publicación.
El tema de esta Ronda es la Cata de cervezas: ¿qué cervezas escogeríais para dar a catar a gente que desee aprender acerca de la cerveza?
Puedes ver las normas de esta Ronda en la invitación.
Espero gustosamente tu consumición. Un saludo y a por ella.