MODELO: Litovel Schwarzbier Premium
ESTILO: Schwarzbier (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: República Checa
CARACTERÍSTICAS: La marca Litovel empezó sus actividades en 1893 en la ciudad checa que le da nombre, aunque la propia empresa afirma que su historia se remonta hasta 1291, cuando había en la localidad hasta 57 microcerveceras. La prosperidad de las mismas les llevó en 1770 a elaborar cerveza en un único edificio comunal, lo cual fue clave para la fundación definitiva de la empresa cien años después. Según su página web, son ahora 7 cervezas distintas las que elaboran y fue la Schwarzbier la que me envió Michael.
Es de color marrón muy oscuro, casi negro, con reflejos rubí, y que forma un dedo de espuma beige que desaparece al instante, quedando sin embargo un buen remanente. El aroma es muy sugerente aunque no demasiado intenso, dulce y sedoso, con muchos tostados, donde predomina con claridad el café y también destacan notas ahumadas. Se entrelazan con estos matices herbales y leves recuerdos de chocolate y olivas, con un instante final algo vinoso. Quizá una mayor consistencia lo mejoraría, pero no está mal.
El sabor, por su parte, solo se puede calificar como una catástrofe, comienza con poca fuerza, aguado, con más notas de café y malta tostada, que se ven eclipsadas por un intenso gusto a regaliz, excesivamente dulce y que se vuelve incluso peor a mitad del trago, tan extremo que hace imposible disfrutar la bebida. Al final del trago se llega tan saturado por el dulzor que apenas se pueden apreciar levísimos recuerdos herbales, tabaco y café escondidos en un final largo y plano. Totalmente descompensada, probablemente la peor que he probado de este estilo, casi a la altura de la espantosa Sládkův Měšťan.
Es de color marrón muy oscuro, casi negro, con reflejos rubí, y que forma un dedo de espuma beige que desaparece al instante, quedando sin embargo un buen remanente. El aroma es muy sugerente aunque no demasiado intenso, dulce y sedoso, con muchos tostados, donde predomina con claridad el café y también destacan notas ahumadas. Se entrelazan con estos matices herbales y leves recuerdos de chocolate y olivas, con un instante final algo vinoso. Quizá una mayor consistencia lo mejoraría, pero no está mal.
El sabor, por su parte, solo se puede calificar como una catástrofe, comienza con poca fuerza, aguado, con más notas de café y malta tostada, que se ven eclipsadas por un intenso gusto a regaliz, excesivamente dulce y que se vuelve incluso peor a mitad del trago, tan extremo que hace imposible disfrutar la bebida. Al final del trago se llega tan saturado por el dulzor que apenas se pueden apreciar levísimos recuerdos herbales, tabaco y café escondidos en un final largo y plano. Totalmente descompensada, probablemente la peor que he probado de este estilo, casi a la altura de la espantosa Sládkův Měšťan.
puedes encontrar el resumen a la ronda 24.
ResponderEliminargracias.