MODELO: Pietra Bière Ambrée
ESTILO: Ambrée con castañas (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia
CARACTERÍSTICAS: En 1992 los corsos Armene y Dominique planeaban volver a su tierra natal, pero para ello necesitaban un proyecto empresarial que poder desarrollar allí, y su gran idea fue el fundar una cervecera en Córcega, eso sí, cuyos productos reflejasen el espíritu de la isla. Tras cuatro años de estudios e investigaciones nació Pietra, una cerveza elaborada con uno de los frutos corsos más típicos, la castaña, y cuyo nombre proviene del pueblo natal de Dominique.
Conseguí esta botella en una tienda de productos artesanales de Donosti, bastante intrigado sobre el sabor de una cerveza de castañas, y lo cierto es que no es como me esperaba. Al servirla se aprecia un líquido de color madera, anaranjado, con una muy moderada capa de espuma, no del todo blanca. El aroma es muy intenso, se intuye sin acercarse a la copa, con un primer contacto de malta tostada dominante, con una suave base de caramelo que se acopla a unos discretos matices algo dulces, a los que no estoy acostumbrado, que probablemente provendrán de la harina de castaña, y al instante el lúpulo herbal se hace evidente, aunque sin destacar demasiado sobre el conjunto, junto con una importante presencia metálica.
El sabor también tiene una fuerza considerable, comienza con malta tostada y caramelo a la par, con un dulzor perfectamente controlado, se añaden nueces, el lúpulo herbal y hacia el final sí que es algo más prominente el gusto aportado por las castañas (que, por cierto, no saben a castaña, supongo que por ser harina de castañas lo empleado en la elaboración) que en el aroma. El final es dulzón, con notas de caramelo, castañas, un muy suave deje de alcohol que conduce a un regusto dulce, un tanto seco, con recuerdos de frutos secos. Buena cerveza aunque por desgracia nada destacable, me esperaba algo exótico y no es el caso.
Conseguí esta botella en una tienda de productos artesanales de Donosti, bastante intrigado sobre el sabor de una cerveza de castañas, y lo cierto es que no es como me esperaba. Al servirla se aprecia un líquido de color madera, anaranjado, con una muy moderada capa de espuma, no del todo blanca. El aroma es muy intenso, se intuye sin acercarse a la copa, con un primer contacto de malta tostada dominante, con una suave base de caramelo que se acopla a unos discretos matices algo dulces, a los que no estoy acostumbrado, que probablemente provendrán de la harina de castaña, y al instante el lúpulo herbal se hace evidente, aunque sin destacar demasiado sobre el conjunto, junto con una importante presencia metálica.
El sabor también tiene una fuerza considerable, comienza con malta tostada y caramelo a la par, con un dulzor perfectamente controlado, se añaden nueces, el lúpulo herbal y hacia el final sí que es algo más prominente el gusto aportado por las castañas (que, por cierto, no saben a castaña, supongo que por ser harina de castañas lo empleado en la elaboración) que en el aroma. El final es dulzón, con notas de caramelo, castañas, un muy suave deje de alcohol que conduce a un regusto dulce, un tanto seco, con recuerdos de frutos secos. Buena cerveza aunque por desgracia nada destacable, me esperaba algo exótico y no es el caso.
A mi me decepcionó un poco en su momento, quizás porque puse muchas esperanzas en ella (esperaba matices más marcados de castañas). Antes de ésta nunca había tomado cerveza de castañas ni lo he vuelto a hacer después, así que me gustaría probar otras por ver si están mejores o que. Un saludo!
ResponderEliminarMe pasó exactamente lo mismo al principio, pero una vez salido de la decepción me di cuenta de que la estaba disfrutando bastante y al final la impresión fue "buena", aunque tendrían que cambiarle muchas cosas para que me interesase en conseguirla de nuevo.
ResponderEliminarYo no le noto castaña por ningún lado el sabor me recuerda un poco a la tulimbardine 1488 (pero con mucha menos madera
EliminarPues para mí fue un amor a primera vista, claro que la ocasión no permitía medias tintas. Agosto de 2011, recién desembarcado en el puerto de Bastia a 39º C. cayó en mi gaznate como el nectar refrescante y aromático que compendia todas las virtudes de esa isla maravillosa. A partir de ahí y en los 25 días de viaje, el amor se acrecentó más y más hasta la dura separación, que aconteció tristemente al acabarse la reserva que traje en el maletero del coche, poco después del regreso.
ResponderEliminar