MODELO: Flying Dog Raging Bitch
ESTILO: India Pale Ale americana (8'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos
CARACTERÍSTICAS: Comencé a comentar las cervezas de Flying Dog con dos que no son, ni mucho menos, las mejores que elaboran, y en una de esas reseñas Max me recomendó Raging Bitch, su cerveza de celebración del 20 Aniversario. Quedó apuntado en mi memoria y cuando acudí a Líquidos a por mi dosis cervecil mensual, ante la duda de si repetir una Snake Dog IPA o probar ésta, decidí hacer caso al Filósofo y me la llevé a casa.
Al servirla en copa se presenta tan espectacular como el genial diseño de la etiqueta, bajo una abundante capa de espuma amarillenta cremosísima se oculta un líquido naranja oscuro, parduzco, de turbidez algo velada. Por si fuera poco, le basta el aroma para conquistarte, un conjunto exquisito de malta dulce y leve caramelo como base, y sobre ella intenso maracuyá, mango y curaçao, más secundarias y perfectamente acopladas melocotón, naranja y piña en almíbar, completado con un marcado toque de miel, flores y suave picante. Parece exagerado, pero me resultó simple y llanamente perfecta, y en cierto modo me recordó a las Witbier.
En boca es una oda al equilibrio cervecil, con un sabor bastante similar a lo percibido por el olfato: malta y caramelo de fondo, de nuevo se ven desbordados por frutas tropicales con un rico punto de naranja y recuerdos similares a cilantro, conformando un delicioso sabor dulce y ácido por igual. En vez de la brusquedad común a muchas IPA, en este caso los lúpulos Amarillo consiguen introducirse con discreción, transformando poco a poco ese dulzor en un amargor que acaba siendo de una intensidad importante, repleto de cítricos y flores, fuertemente especiado y que abre hueco para que se evidencie la levadura. Termina con un regusto amargo, muy lupulado, perfectamente nivelado y de duración ilimitada, consiguiendo una cerveza fácil de beber pese a sus casi 9º de alcohol y sin embargo suficientemente compleja. Al primer trago me pareció impecable, a los pocos minutos "solo" excepcional, así que finalmente la voy a dejar como casi perfecta... aunque puede que me arrepienta. De todas maneras me pregunto como sería recién salida de fábrica, pues a esta botella no le quedaba demasiado tiempo hasta la fecha de consumo preferente.
Al servirla en copa se presenta tan espectacular como el genial diseño de la etiqueta, bajo una abundante capa de espuma amarillenta cremosísima se oculta un líquido naranja oscuro, parduzco, de turbidez algo velada. Por si fuera poco, le basta el aroma para conquistarte, un conjunto exquisito de malta dulce y leve caramelo como base, y sobre ella intenso maracuyá, mango y curaçao, más secundarias y perfectamente acopladas melocotón, naranja y piña en almíbar, completado con un marcado toque de miel, flores y suave picante. Parece exagerado, pero me resultó simple y llanamente perfecta, y en cierto modo me recordó a las Witbier.
En boca es una oda al equilibrio cervecil, con un sabor bastante similar a lo percibido por el olfato: malta y caramelo de fondo, de nuevo se ven desbordados por frutas tropicales con un rico punto de naranja y recuerdos similares a cilantro, conformando un delicioso sabor dulce y ácido por igual. En vez de la brusquedad común a muchas IPA, en este caso los lúpulos Amarillo consiguen introducirse con discreción, transformando poco a poco ese dulzor en un amargor que acaba siendo de una intensidad importante, repleto de cítricos y flores, fuertemente especiado y que abre hueco para que se evidencie la levadura. Termina con un regusto amargo, muy lupulado, perfectamente nivelado y de duración ilimitada, consiguiendo una cerveza fácil de beber pese a sus casi 9º de alcohol y sin embargo suficientemente compleja. Al primer trago me pareció impecable, a los pocos minutos "solo" excepcional, así que finalmente la voy a dejar como casi perfecta... aunque puede que me arrepienta. De todas maneras me pregunto como sería recién salida de fábrica, pues a esta botella no le quedaba demasiado tiempo hasta la fecha de consumo preferente.
NOTA:
CARACTERÍSTICAS: Un poco al azar me hice con un ejemplar de esta archiconocida marca, dejándome llevar esta vez únicamente por el dibujo de su etiqueta. La elegida es la Raging Bitch, cuya criatura protagonista sería el resultado de un dibujo en pareja de Dalí y Francis Bacon. Como era de suponer, no ha tenido un mal resultado.
Luce un color dorado levemente bronceado a través del cual se ve todo, ya que es muy cristalino. La espuma es blanca algo manchada, y forma una capa esponjosa, duradera y abundante. El líquido que la sostiene no tiene carbonatación visible.
En el aroma se puede percibir enseguida una nota herbal, con delicioso lúpulo. Deja paso al toque floral y a la malta, que se presenta muy intensa. Es afrutado, pero muy delicadamente. Se entienden matices de melocotón, miel, almibar y muy en el fondo especias algo picantes. No se me asemeja tanto a una wit como esperaba al leer el comentario de Embracing, pero el cítrico y el herbal tocan la cima.
Tras esta presentación entra con ganas. El trago deja notas de malta dulce, que se entremezclan con el lúpulo, el toque afrutado y el herbal. Destaca la levadura y la naranja, aunque ese matiz cítrico adopta gran cantidad de formas. El alcohol complementa muy bien el trago, aunque enseguida se hace notar en la cabeza. El final es herbal, seco e intenso. El regusto es ardiente, afrutado y levemente amargo, dejando un paladar bastante ágrio, muy agradable.
Coincido con Embracing en el punto final: se presenta con fuerza, pero poco a poco va perdiendo un poco de fuelle. No obstante es una muy buena cerveza.
Luce un color dorado levemente bronceado a través del cual se ve todo, ya que es muy cristalino. La espuma es blanca algo manchada, y forma una capa esponjosa, duradera y abundante. El líquido que la sostiene no tiene carbonatación visible.
En el aroma se puede percibir enseguida una nota herbal, con delicioso lúpulo. Deja paso al toque floral y a la malta, que se presenta muy intensa. Es afrutado, pero muy delicadamente. Se entienden matices de melocotón, miel, almibar y muy en el fondo especias algo picantes. No se me asemeja tanto a una wit como esperaba al leer el comentario de Embracing, pero el cítrico y el herbal tocan la cima.
Tras esta presentación entra con ganas. El trago deja notas de malta dulce, que se entremezclan con el lúpulo, el toque afrutado y el herbal. Destaca la levadura y la naranja, aunque ese matiz cítrico adopta gran cantidad de formas. El alcohol complementa muy bien el trago, aunque enseguida se hace notar en la cabeza. El final es herbal, seco e intenso. El regusto es ardiente, afrutado y levemente amargo, dejando un paladar bastante ágrio, muy agradable.
Coincido con Embracing en el punto final: se presenta con fuerza, pero poco a poco va perdiendo un poco de fuelle. No obstante es una muy buena cerveza.
NOTA:
No te lo vas a creer pero me estoy empunjando una de estas mientras que leo la entrada, aunque esta muy buena me quedo con la Snake Dog.
ResponderEliminarPues yo también la tengo, pero bien resguardada para un momento especial. Y después de leerte más aún... Menuda notaza!!!!
ResponderEliminarpues yo me la estoy bebiendo ahora mismo, 15 dias pasada de consumo preferente, y no me gusta nada, muy acida,que mal sabor de boca, de las peores cervezas que he probado.
ResponderEliminarno soy un entendido, y todas las que suelo probar me gustan, pero esta tiene un sabor a fruta que no me va nada.
saludos
eduardo
Hola, Eduardo. Que no te guste la cerveza no es cuestión de ser entendido o no serlo, sino que más bien entra dentro de los gustos personales. Hay mucha gente a la que las IPA se le atragantan, y lo mismo pasa con las Lambic o cualquier otro estilo.
ResponderEliminar¡Un saludo!