MODELO: Domus Aurea
ESTILO: American Pale Ale (6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España
CARACTERÍSTICAS: Siguiendo con el breve recorrido de cervezas peninsulares toca el turno de Domus, cerveza toledana. Esta vez empecé por el último de los productos que habían sacado, Aurea, una IPA que haría de acompañamiento a una tarde trabajosa de montaje.
Domus nace en 2009, en un local del barrio de Santa Bárbara, en Toledo, de la mano de Fernando Campoy. Desde entonces ha lanzado tres cervezas distintas (Regia, Summa y Aurea), recogiendo cierto reconocimiento por el ámbito cervecero nacional. Tenía ganas de probarlas y gracias a los amigos de lupuloamansalva tengo en mi poder estas tres variedades.
Servir esta cerveza fue una catástrofe, ya que no calculé con precisión y la espuma se desbordó del vaso como si fuera un volcán (y eso que en el anterior post sugería un especial cuidado al servir una weizen), aunque he podido rescatar gran parte. En fin, la cerveza luce un color amarillo pajizo bastante turbio, con carbonatación media aparente y algunos sedimentos en el fondo del vaso y flotando en el caldo. La espuma, que al principio es muy abundante, poco a poco va desapareciendo.
El aroma es muy herbal y especiado, con el lúpulo muy presente. Sigue esa misma tónica en el trago: abundante amargor, un toque cítrico como a limón y la curiosa presencia de frutas tropicales, como a mango. El final es seco y algo ágrio, aunque no deja un mal regusto. Al cabo del rato el aroma de la cerveza me parecía algo desagradable, aunque el sabor no había variado. La terminé pero con cierto esfuerzo, a causa de este olor.
Peculiar, aunque no es demasiado de mi gusto.
NOTA:
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CARACTERÍSTICAS: La tercera cerveza que Domus lanzó al mercado consiguió colocarse en escasas semanas entre las cervezas nacionales más valoradas, y pese a que desde entonces al panorama cervecero español se han sumado bastantes marcas nuevas, incluso elaboradas por esta misma fábrica como por ejemplo su Europa, Domus Aurea sigue manteniendo su reputación. Yo la tenía en el punto de mira desde hacía tiempo, y finalmente fue gracias a Carmen y Mikele que la conseguí junto con sus otras dos compañeras, quedándome todavía Regia pendiente de reseñar.
Una potente
carbonatación alimenta su espuma blanca, con buena retención, que cubre
el líquido de color dorado anaranjado. Es sin duda una presentación más
que correcta, que se continúa además ofreciendo al birraespectador un
aroma delicioso, con malta, melocotón, mango, maracuyá y naranja de
sangre en primer plano, piña, limón y especias en segundo, todo ello
impregnado con la fuerza del lúpulo floral, con un punto de hierba,
obligatorio para cervezas de este tipo. Quizá esperaba una intensidad
aromática mayor, pero no puede decirse ni loco que resulte floja.
En cuanto a su sabor... debo reconocer que al principio me decepcioné un poco, esperaba una IPA y me pareció debido a su moderación me pareció más bien una Pale Ale americana.
No obstante, en dos tragos me di cuenta que el estilo era lo de menos,
el caso es que estaba buenísima. Comienza con malta, melocotón, mango y
caramelo en una mezcla equilibrada, aunque con un importante carácter
cítrico reforzado por el lúpulo. Este a medida que avanza el trago inunda la boca de claros recuerdos de uva blanca y hierba, antes de crear un amargor seco, bien controlado, donde afloran notas resinosas, de limón, pomelo y mínima naranja. Quizá al final de la botella, cuando va desapareciendo el gas, se tambalea un poco, pero la sensación del conjunto es buena.
NOTA: