MODELO: Schneider Weisse Tap 5 Meine Hopfenweisse
ESTILO: Weizenbock (8'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Pocos conceptos cerveciles pueden resultar tan interesantes como el que exhibe esta cerveza de G. Schneider & Sohn, al plantear lo que podría ser una fusión entre un estilo clásico como las Weizenbier y la relativamente reciente corriente de no escatimar en el empleo del lúpulo. A mí, a priori, me pareció una idea que podía dar muy buenos resultados, y eso sin tener en cuenta quienes se iban a encargar de hacerla realidad no eran otros que los responsables de una cerveza tan valorada como Aventinus, con la que muy pocas se pueden permitir medirse.
A pesar de ser una Weizenbock, cosa que por cierto no sabía antes de comprarla, no tiene el aspecto típico de este estilo sino que es más parecido a Weihenstephaner Vitus, con un color dorado intenso, rebosante de espuma con tenues reflejos amarillentos. El aroma es bastante dulce, como era de esperar con una GO de 18'5%, con una base de malta, caramelo y plátano maduro, bien envuelta en naranja, albaricoque y miel, pero en seguida el lúpulo cambia las reglas a mitad de partida e introduce un torrente de hierba y pino, intenso pero no desbocado, que se combinan notas más secundarias de clavo, canela, leves flores y un toque de hoja de limón.
Por tanto lúpulo esperaba una cerveza especialmente refrescante, y sin embargo no es el caso, puesto que la gran cantidad de malta y el alcohol arrastran el sabor hacia un espectro más dulce. No obstante, una vez asumido que no es una "IPA de trigo" desaparecen todos los problemas, y se empieza a disfrutar de la intensidad de la malta ligeramente tostada, plátano y manzana asada, acompañada de suaves recuerdos de pera, uva blanca y miel. A partir de aquí resucitan la hierba y las flores del lúpulo, a diferencia del aroma poniendo más énfasis en las segundas, con un leve toque levaduroso, que dan paso a un final mezcla de cítricos, hierbas, especias picantes, fruta madura y alcohol, todo ello ensamblado y equilibrado con maestría. Se despide con la calidez del alcohol, dejando huella de un cuerpo robusto y la sensación de haber podido probar un experimento con un muy buen resultado.
NOTA:
Me acuerdo la primera vez que tomé esta belleza. Había caído la mitad de la botella cuando de golpe, se me ocurrió mirar la etiqueta de atrás, casi me desmayo cuando vi que tenía 8.2% ABV. Lástima que TAP X no les salió tan bien como esta...
ResponderEliminarQue cerveza por Dios!! Tuve la posibilidad de tomarla tirada en el local que tiene Schenider en Munich, era para quedarse a vivir ahí adentro tomando TAP 5 Y TAP 6 todos los dias! Me compré una botella y la disfruté en Buenos Aires tambien! Una cerveza magnífica, hermosa de principio a fin!! Fran !
ResponderEliminarMe uno a las alabanzas a esta magnífica birra, una auténtica maravilla, creo que es original pero sigue siendo una cerveza alemana, compleja, muy bien hecha pero fácil de beber y como dice Pivni, no se nota en absoluto el alcohol. Un saludo!
ResponderEliminarMe uno al comentario de Pivni, en esta cerveza confluyen de forma soberbia el concepto de la clásica weizen bávara y el del gusto por las cervezas lupuladas, con el alcohol muy bien escondido. La Tap X, donde usaron el lúpulo neozelandés Nelson Sauvin, no logró el mismo resultado. Creo que el objetivo que buscaban lo lograron definitivamente con esta Tap 5. Muy buen trabajo de la gente de Schneider que a pesar de centrarse en fabricar weizen, a veces se reinventan con maravillas como esta. Salu2!
ResponderEliminarTodos de acuerdo, entonces. Lo cierto es que es algo bastante novedoso, y para mi gusto muy bien hecho ¿Alguna idea de cuál es el lúpulo que se utiliza en esta cerveza?
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