MODELO: De Molen / Zombier Hierba & Tierra
ESTILO: Double IPA con romero (9'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos
CARACTERÍSTICAS: De la colaboración entre la fantástica cervecera De Molen y Zombier, una de las distribuidoras más activas de España, nació este año una IPA doble elaborada con romero. Su nombre, muy distinto a los impronunciables títulos a los que nos tiene acostumbrados esta fábrica holandesa, se decidió a finales de Julio mediante votación popular de entre una preselección de nombres en castellano, como homenaje a esta especia tan habitual en la cocina mediterránea. Salieron pocas unidades a la venta, pero tuve la suerte de tener hueco para un pedido a la tienda online justo cuando aún tenían unas botellas en stock, así que felizmente me lleve a botella a casa para probarla.
De un bello color marrón, con trazas de amarillo y naranja, revela una leve turbidez al trasluz, consiguiendo junto con su espuma beige, de burbuja pequeña y compacta, un aspecto perfecto, como es habitual en las cervezas de esta fábrica. Al acercar la copa irrumpen en la nariz aromas frutales a más no poder, mezcla de naranja dulce y un toque de limón con mango y maracuyá, sobre un lecho de malta, caramelo suave y un deje de miel. No falta el lúpulo, cargado de flores y clavo, que se junta con un perfume muy llamativo, supongo que aportado por el romero, que recuerda a jengibre más que a otra cosa. La verdad es que resulta curioso, jamás habría sospechado que esta planta pudiese dar esta clase de matices.
En boca es tan explosiva como en el aroma, la intensidad es máxima. No cabe duda de que las frutas tropicales están ahí, pero parecen derrotadas por los cítricos, con especial énfasis en naranja y limón, y el sabor del romero/jengibre, que colabora con ese toque tan curioso que hace de esta una IPA muy diferente a cualquier otra. Sin embargo es esta originalidad la que me acaba cansando y la segunda mitad de la botella se me hace un poco cuesta arriba; reconozco que no tengo mucho aguante para el jengibre. Durante el trago mantiene de fondo, incluso más sutil, malta dulce, pan y toffee, para terminar en un final de amargor marcado, aunque quizá no tan extremo como esperaba. Durante este libera notas de cítricos, hierba y especias, antes de dejar un leve recuerdo del romero, que queda en la boca durante largo tiempo adherido a la sequedad de rigor. Sin detectar ningún error grosero en la cerveza, y pese a no haberme desagradado, no encuentro nada que me enganche como para repetir. No me ha convencido del todo, la verdad.
El jengibre es uno de esos ingredientes que yo considero "peligrosos" de la cerveza, ya que los matices que puede aportar, en especial en el sabor, pueden resultar "saturantes" y provocar una sensación de hartazgo (aunque no lo lleve, pero si estén presentes claras reminiscencias). Esto mismo le pasa a la canela o algunas hierbas aromáticas. Si además nos encontramos con el uso de romero como es el caso, como bien dices, el productor los puede emplear con maestría, pero el despliegue de matices puede resultar un tanto abrumador. Lo cierto es que es una de las referencias de De Molen que se me han quedado pendientes, pero por tu opinión creo que mis temores entorno a ella se verían confirmados. En cualquier caso no me negaría a probarla. A ver si se presenta la oportunidad de alguna botella huérfana ;) Salu2!
ResponderEliminarA mí me resulta demasiado sabroso, no solo en la cerveza sino en general, salvo quizá en la comida oriental. La cerveza merece la pena probarla, no está mal hecha (raro sería esto de una cerveza de De Molen)... pero el sabor a jengibre he de reconocer que me agota.
ResponderEliminarUn saludo