MODELO: Traquair House Ale
ESTILO: Scotch Ale (7'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Escocia
CARACTERÍSTICAS: Una de las cerveceras más antiguas de Escocia, fundada a principios del siglo XVIII, es la emplazada en Traquair House, mansión construida en la región de Tweeddale en el siglo XII y que afirma ser el edificio del país que más tiempo lleva habitado de forma continua. Esta fábrica interrumpió su actividad a principios del siglo XIX por la fuerte competencia a la que se vio sometida tras la apertura de múltiples cerveceras en Escocia, y no fue hasta la segunda mitad del siglo XX cuando el vigésimo terrateniente de Traquair House, Peter Maxweel Stuart, decidió retomar la elaboración de cerveza y, en colaboración con el entonces maestro cervecero de Belhaven, Sandy Hunter, creó la receta para una de las Scotch Ale más valoradas que existen, Traquair House Ale, que vió la luz en 1965.
De color marrón-granate, bastante opaco, crea una fina banda de espuma grisácea que vuela en pocos minutos, dando una impresión de tener la escasa carbonatación que se encuentra en muchas cervezas británicas. Su perfume es muy intenso, dominado por malta tostada, sirope de caramelo y mucha fruta, destacando ciruelas, higos y guindas, mientras la parte de sequedad que limita el dulzor la componen notas de cacao y frutos secos; quedan en un segundo plano recuerdos de frutas del bosque, suave azúcar moreno y té negro. Tras reposar un rato aparecen notas de vino y maderas bastante discretas, que evidencian la fermentación en roble y dan una nueva dimensión al conjunto.
Afortunadamente la exquisita sobriedad del aroma se mantiene íntegra en el sabor. En el comienzo predomina el dulce, se fusionan malta, caramelo y frutas oscuras, pero progresivamente ganan presencia frutos secos como nueces o almendras, cacao, pan negro y algún resquicio de madera, secando poco a poco el trago. El final esta dirigido por un contundente amargor que se instaura lentamente, áspero y terroso, con dejes de madera, quemado, notas de alcohol bien controladas que evocan al ron y mínimo humo, todo ello adornado de especia picante y lúpulo británico de carácter cítrico. Cerveza sabrosa y muy compleja, una demonstración de maestría en el manejo de las maltas que consiguen mantener el interés en todo momento sin extravagancias. Se trata de una de las cervezas predilectas de Michael Jackson, y también es una de las mías; todo un ejemplo de tradición, elegancia y buen hacer que la convierten en un clásico indiscutible.
NOTA:
Un 10???!!!! Tengo que volver a probarla porque lo hice hace bastante tiempo y, aunque me pareció muy rica y compleja, no me pareció tan exajeradamente buena.
ResponderEliminarSaludos!
Me he quedado como Rubén con la nota, jejeje! Me pareció una gran cerveza pero no hasta el punto de poderle dar un 10 O_o. Su Jacobite por ejemplo me gustó más que ésta... Eso sí, si tengo ocasión la reprobaré.
ResponderEliminarUn abrazo Hugo!
Bueno, no es una bomba como puede ser alguna Scotch moderna, por ejemplo Ballast Point de Brewdog, pero mi impresión es que no lo pretende. Simplemente es una elaboración noble, elegante y seria, y ese papel lo cumple a la perfección. A mí siempre me ha parecido una cerveza fascinante, de una sobriedad apasionante.
ResponderEliminarJacobite también me parece muy buena, pero tengo menos experiencia con ella.
¡Un saludo a ambos!