MODELO: Wieninger Winter Festbier
ESTILO: Märzen de Navidad (5'8%)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Son 7 las generaciones que se han encargado de dirigir la cervecera Wieninger desde su compra por Philipp Wieninger en 1813, consiguiendo mantener en todo momento su autonomía. No obstante la historia de esta fábrica situada en Teisendorf, en Alta Baviera, se remonta bastantes años atrás, puesto que las primeras menciones de su existencia datan de principios del siglo XVII. Dentro de su catalogo actual cuentan con más de 20 variedades distintas, y la verdad es que nunca había tenido ninguna al alcance hasta que vi su cerveza navideña en las estanterías de las nuevas instalaciones de Líquidos a finales del pasado año. Como podéis imaginar me habría supuesto bastante esfuerzo no coger alguna botella y, puesto que a mí no me gusta sufrir sin motivo, hice caso a mi instinto.
Mientras que con los belgas uno sabe más o menos qué esperarse de una cerveza navideña, puesto que todas siguen un patrón similar (excepto Père Noel de De Ranke y alguna otra), las marcas germanas suelen ser una incognita, pudiendo uno encontrarse tanto cervezas rubias como oscuras y con una graduación alcohólica muy variable. En este caso se trata de una cerveza de un color dorado brillante, cristalina, coronada por una espuma blanca no muy abundante, aunque mantenida por su viva carbonatación. Dulce en nariz, maltosa, se combinan en su aroma galletas de mantequilla, bizcocho y fruta, principalmente manzana madura y membrillo. De fondo queda una firme base de cereal, con un deje cítrico, picante moderado y algo de canela y jengibre.
No pierde su temple y robustez en boca, su cuerpo es consistente, su textura cremosa y está cargada de sabor. Comienza con malta y fruta madura, aunque ya desde el principio se perciben cítricos y suaves soplos de especia. En segundo plano quedan galleta, bizcocho, algo más potente miel, cuyo dulzor se acentúa a medida que avanza el trago, y un deje de cereal. En final es muy floral y meloso, con también un importante componente frutal, amortiguando así un leve amargor que libera un regusto largo y amable. Es una cerveza francamente buena, a mitad de camino entre una Helles y una Oktoberfest o una Maibock, con un buen equilibrio que permite engullir una o dos jarras sin dificultad alguna. Para repetir otros años, si la encuentro.
NOTA:
Me la apunto por si la encuentro, me encantan las elaboraciones germanas de este tipo, y de esta no tenía ninguna referencia...
ResponderEliminarUn saludo.