domingo, 15 de enero de 2017

Black Market Rye IPA

MARCA: Black Market
MODELO: Black Market Rye IPA
ESTILO: IPA de centeno (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: La distribuidora catalana Crusat ha apostado recientemente por la importación de cervezas en lata, y para ensalzar las virtudes de este envase, que hasta hace poco no contaba con una reputación demasiado buena, ha lanzado la campaña #dandolalata. Hace un par de semanas nos mandaron varios ejemplos en este formato de tres marcas que acaban de ser incorporadas a su catálogo, Mike Hess, Stone Brewing y Black Market Brewing, y hoy me voy a centrar en esta última. Se trata de una pequeña cervecera de Temecula, en California, que dio sus primeros pasos en un garaje, al más puro estilo Schräder Bräu, siendo allí donde idearon su actual Weizen. Evidentemente no sólo cuentan con esta cerveza en su actualidad sino que su catálogo es interminable, y entre todas sus referencias la que he podido probar es una IPA de centeno con varios lúpulos, incluyendo Cascade, Citra y Columbus.

Su color es ocre con reflejos anaranjados, mientras que cubre el líquido una cremosa capa de espuma beige grisácea que se agarra al vidrio con fuerza... la verdad es que el aspecto es inmejorable. No sé si es por el envase o porque está recién elaborada, pero en nariz es una bomba atómica de lúpulo, con toneladas de mango, fruta de la pasión, sirope de limón y melocotón sobre una base de malta dulce, caramelo y algún deje de crema. Se funde en este conjunto recuerdos florales y cítricos, notas de miel y un leve soplo de especia picante, consiguiendo un nivel de complejidad importante. Impresiona el frescor con el que se presenta, parece salida del fermentador.

En boca cambia un poco, la entrada tiene más malta y grano, el caramelo está menos presente y se nota el tostado ácido característico del centeno. Tampoco falta la fruta, con intensas notas de lichi, muy llamativas, melocotón y mandarina. El lúpulo interrumpe de forma abrupta el desarrollo del sabor y ataca con un afilado golpe de cítricos y pino que acaba conduciendo al trago a un final de marcada astringencia, muy resinoso, cargado de especia picante, esta alimentada además por el alcohol, hierba, limón y pomelo. El sabor se graba a fuego en las papilas gustativas, mientras que en el estómago queda un calor reconfortante. Estoy seguro de que entusiasmará a los fanáticos de las IPA más extremas, a mí sin embargo me ha resultado demasiado desequilibrada y creo que posiblemente tras un tiempo de maduración que atemperase la fuerza del lúpulo me habría gustado más. Eso sí, al margen de preferencias personales, lo que me ha quedado claro es que la lata es un buen envase para la cerveza. ¡Gracias Crusat!


NOTA:

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