MODELO: Ciechan Porter
ESTILO: Baltic Porter (9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Polonia
CARACTERÍSTICAS: Si alguien en Polonia se embarca en la odisea de buscar cervezas tradicionales entre el océano de marcas industriales que anega el país, con toda probabilidad una de las primeras que encontrará será Ciechan, que toma su nombre de la localidad polaca en la que se elabora, Ciechanów. Esta marca, cuyos orígenes datan del siglo XIX, tiene una difusión tal que no solo es fácil encontrala en pequeñas tiendas o bares, sino que incluso se puede ver en algunos Carrefour del país; por desgracia esto no lo sabía cuando el primer día de mi viaje encontré una tienda especializada en cervezas en el Kazimierz cracoviano y me llevé esta botella, haciendo caso a la dependienta, junto a tres o cuatro rarezas.
No es un secreto mi debilidad por las cervezas oscuras, y ésta, siendo tan opaca como parece en la fotografía, con una firme capa de 2 dedos de crema beige, tenía todas las papeletas para gustarme. La perspectiva sin embargo cambió con su aroma extremadamente dulce, formado por un núcleo de caramelo, sirope, dátiles y frutas del bosque varias, y cuya extraordinaria potencia impide desarrollar los tostados. Queda si acaso algún suave deje de chocolate con leche y cacao en polvo, insuficientes para el estilo, cuya poca presencia auguraba que esta sería una más para la lista de Baltic Porter empalagosas que he probado, y la cual ultimamente está creciendo a un ritmo preocupante.
Corroborando a mi habilidad profética, que por lo que parece funciona a pleno rendimiento, el primer sorbo me golpeó con toneladas de azúcar en forma de malta tostada, sirope de caramelo, pasas y ciruelas, y si bien es cierto que en seguida aparecen notas de café negro, ni de lejos consiguen compensar este desequilibrio. Este exceso de dulces acaba siendo anulado a medida que se acerca el final del trago, pero solo para ser sustituido por una sequedad alcohólica bastante invasiva que deja un regusto a frutas oscuras. Poco a poco, a medida que pasa el tiempo, va ganando algo de fuerza los tostados y el café, incluso un suavísimo ahumado, pero ni siquiera así llegué a ser capaz de disfrutar la cerveza, el descontrol sigue siendo absoluto tanto en dulzor como en alcohol.
No es un secreto mi debilidad por las cervezas oscuras, y ésta, siendo tan opaca como parece en la fotografía, con una firme capa de 2 dedos de crema beige, tenía todas las papeletas para gustarme. La perspectiva sin embargo cambió con su aroma extremadamente dulce, formado por un núcleo de caramelo, sirope, dátiles y frutas del bosque varias, y cuya extraordinaria potencia impide desarrollar los tostados. Queda si acaso algún suave deje de chocolate con leche y cacao en polvo, insuficientes para el estilo, cuya poca presencia auguraba que esta sería una más para la lista de Baltic Porter empalagosas que he probado, y la cual ultimamente está creciendo a un ritmo preocupante.
Corroborando a mi habilidad profética, que por lo que parece funciona a pleno rendimiento, el primer sorbo me golpeó con toneladas de azúcar en forma de malta tostada, sirope de caramelo, pasas y ciruelas, y si bien es cierto que en seguida aparecen notas de café negro, ni de lejos consiguen compensar este desequilibrio. Este exceso de dulces acaba siendo anulado a medida que se acerca el final del trago, pero solo para ser sustituido por una sequedad alcohólica bastante invasiva que deja un regusto a frutas oscuras. Poco a poco, a medida que pasa el tiempo, va ganando algo de fuerza los tostados y el café, incluso un suavísimo ahumado, pero ni siquiera así llegué a ser capaz de disfrutar la cerveza, el descontrol sigue siendo absoluto tanto en dulzor como en alcohol.
A propósito, ya que no tengo intención de reseñarlas detalladamente, aprovecho para comentar que las demás cervezas de la marca me suscitan la misma opinión que esta. La de miel, Miodowe, era particularmente dulce... más allá que Barbar y similares.
ResponderEliminarUna auténtica pena, ya que siendo porter y polaca al menos me pintaba interesante. Aún así tengo que reconocer que me estás dando much envidia imaginándome todas las curiosidades con las que te habrás topado.
ResponderEliminarSaludos!
Bah, rarezas muchas pero ni una décima parte merecían atención, la mayoría lagers estándar que no dicen demasiado y alguna que otra Bock pasable. Las más oscuras si que merecían más la pena, por lo general, además de las cervezas de Pinta. (la marca)
ResponderEliminarSaludos
Conociendo la reputación excelente de algunas baltic porter que abundan en tierras polacas, y el aspecto que tenía una vez servida, esta prometía. Lástima que se quedara en agua de borrajas, y resultara tan descompensadamente dulce. La de cervezas de países del Este de Europa que habéis probado! Me dejáis habitualmente sorprendido con tantas rarezas ;). Salu2!
ResponderEliminarCreo que eso es culpa de mi falta de liquidez económica, que acaba dirigiendo todos mis viajes hacia los destinos más económicos, cuyos artículos rara vez llegan a nuestras tierras. La verdad es que, pese a que las cervezas no son tan impresionantes como en otros lugares más típicos, tiene su gracia el ir recolectando botellas de las que nunca habia oído hablar antes.
ResponderEliminar¡Un saludo!