MODELO: Jabłonowo Klasztorne Piwo
ESTILO: Brune (6'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Polonia
CARACTERÍSTICAS: En la periferia de Varsovia, dentro del área de la localidad de la cual tomó su nombre, se encuentra la cervecera Jabłonowo, fundada hace 20 años, en 1992, por Leon y Hubert Buksowicz y su amigo Włodzimierz Paro. Elaboran en la actualidad un número considerable de cervezas distintas, probablemente alcanzando la veintena, y de todas estas no sé qué consecución de casualidades me llevó a comprar la que por su autodenominación de "cerveza de monasterio estilo Trapense" es sin duda la más pretenciosa.
Es una Ale tostada no filtrada pero sí pasteurizada, y como tal es de color marrón roble, muy turbia, con un techo de cremosa espuma amarillenta, de burbuja microscópica. El aroma es verdaderamente interesante; la malta forma parte fundamental del mismo, pero intensos recuerdos de cáscara de naranja y frutas tropicales inician una placentera distorsión que el lúpulo floral continúa, mezclandose a su vez con especias picantes y suaves recuerdos de cilantro y hoja de limón. La fuerte presencia de especias y cilantro hacen imposible evitar la comparación con una Wit, aunque ésta es sin duda menos ligera.
En boca el nivel baja considerablemente y, la verdad, es una pena, puesto que no apuntaba mal. El principal problema es que caramelo y toffee tienen una potencia excesiva, de lo que resulta un sabor demasiado dulce, que además la baja carbonatación contribuye a darle una textura algo pastosa. Surgen alrededor notas de melocotón, mango y suave naranja, a las que al final se suman miel y frutas tropicales maduras, acotando un amargor mínimo salpicado de flores. La intención de la cerveza de asemejarse a las belgas es clara, pero se pasa de azúcar y hace corto en gas, quedando al final como un caldo plano, sin fuerza, del que en menos de dos tragos es fácil cansarse.
Es una Ale tostada no filtrada pero sí pasteurizada, y como tal es de color marrón roble, muy turbia, con un techo de cremosa espuma amarillenta, de burbuja microscópica. El aroma es verdaderamente interesante; la malta forma parte fundamental del mismo, pero intensos recuerdos de cáscara de naranja y frutas tropicales inician una placentera distorsión que el lúpulo floral continúa, mezclandose a su vez con especias picantes y suaves recuerdos de cilantro y hoja de limón. La fuerte presencia de especias y cilantro hacen imposible evitar la comparación con una Wit, aunque ésta es sin duda menos ligera.
En boca el nivel baja considerablemente y, la verdad, es una pena, puesto que no apuntaba mal. El principal problema es que caramelo y toffee tienen una potencia excesiva, de lo que resulta un sabor demasiado dulce, que además la baja carbonatación contribuye a darle una textura algo pastosa. Surgen alrededor notas de melocotón, mango y suave naranja, a las que al final se suman miel y frutas tropicales maduras, acotando un amargor mínimo salpicado de flores. La intención de la cerveza de asemejarse a las belgas es clara, pero se pasa de azúcar y hace corto en gas, quedando al final como un caldo plano, sin fuerza, del que en menos de dos tragos es fácil cansarse.
Al principio tenía buena pinta! Luego la cosa ha ido perdiendo fuerza... jejeje, me interesa mucho la tradición cervecera de Europa del Este, espero poder ir probando algunas poco a poco...Un saludo!
ResponderEliminarQué curiosa, una polaca "abelgada". La verdad que tiene un especto inmejorable (etiqueta maravillosa incluída) y por lo que dices una nariz muy sugerente. Una pena el bajón en boca... :(. Aún así me he quedado con ganas de probarla... ;P
ResponderEliminarOtra cerveza desconocida y muy curioso y como apunta Pau abelgada. Muy interesate
ResponderEliminarAniceto:
ResponderEliminarLo bueno de Europa del Este es que hay una infinitud de marcas de cerveza, además todas a precios asequibles. La parte mala es que, salvo en República Checa, la mayoría suelen ser lagers industriales, y las que no lo son habitualmente es algo más difícil conseguirlas. De todas formas, a mí también me sucede como a tí, esa zona me llama e incluso con dichas eurolager disfruto bastante.
Pau:
Curiosa sin duda, de hecho al ver "Trapistow" en la etiqueta fue lo que hizo decidirme por ella, aun a sabiendas de que es una apuesta algo arriesgada. (casi sería la primera vez que una cerveza que dice ser de abadía sin serlo realmente merece la pena) Mi sensación es que tenían claro lo que querían hacer pero no han sabido manejar el azúcar, aunque curiosamente especias tan difíciles de controlar como el jengibre no parece que les hayan supuesto problema alguno.
Alberto:
El placer del turismo cervecil es este, que si pones algo de atención te puedes encontrar rarezas como esta... o como las francesas, la de Palestina, etc
Saludos a los tres.
Reitero lo mismo que en mi comentario al post anterior. Una excelente colección de cervezas inéditas en nuestro país se esconden en las páginas de vuestro blog. A pesar de que algunas no merezcan demasiado la pena, me dais envidia sana por la suerte que tenéis de poder hacer turismo y descubrir esas cervezas tan peculiares de cada país. Salu2!
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