lunes, 24 de octubre de 2016

Skands Esrum Kloster

MARCA: Skands
MODELO: Skands Esrum Kloster
ESTILO: Brune con enebro, hoja de limón, jengibre, lavanda, anís y romero (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Dinamarca

CARACTERÍSTICAS: La cervecera Skands, desconocida para mí hasta este año, se fundó en el año 2003 en Brøndby, un pequeño municipio cercano a Copenhague. Su repertorio consta de al menos 10 cervezas distintas presentadas en formato de medio litro (cosa que es de agradecer), y la que comento hoy parece ser un homenaje a las cervezas de abadía, de hecho lleva el nombre del monasterio danés con el que han colaborado para la elaboración, habiendo empleado para este proceso hierbas y frutos de su jardín. Desconfío de las cervezas a las que se les han añadido varios ingredientes extraños, me suelen parecer demasiado estridentes, y debo reconocer que esta la cogí por pura casualidad, sin tener ni idea de las características de la misma... no obstante, y como voy a contar ahora, el resultado no ha sido malo.

Es de un color marrón grisáceo, oscura pero no totalmente opaca. Genera una espuma mínimamente teñida, de volumen muy escaso y que desaparece al instante por mucho esmero que se ponga en el acto de servirla. Dulce al olfato, se presenta repleta de malta tostada, caramelo y frutas oscuras maduras, principalmente ciruela negra y uvas pasas. Como soporte queda suave chocolate con leche, con algún recuerdo de frutas del bosque de fondo. El lúpulo, y posiblemente también la mezcla de hierbas, aportan un punto cítrico y especiado muy medido, con notas de anís y jengibre, aunque lo que predomina en el aroma es la calidez y densidad de la malta.

Sin sorpresas en boca. Es cremosa, con cuerpo contundente aunque sin resultar pesada, y muy sabrosa. Sigue el mismo esquema: entrada dulce con malta tostada, caramelo y ciruelas maduras, más suave frutos del bosque y un punto de chocolate. En un segundo plano quedan cereal oscuro y algo de frutos secos, que poco a poco van avanzando y contrarrestando el dulzor. Parece que es desde esta otra vertiente de donde emerge el amargor final, de intensidad moderada, en el que sobresalen anís y jengibre, acompañados por un toque de cítricos aportado por el lúpulo y un agradable soplo de alcohol. El trago es cálido y reconfortante, y 50 cl no se hacen excesivos en absoluto, se bebe con facilidad. Sorprende lo bien que han integrado tanta hierba en la cerveza, el riesgo de que saliesen una cerveza totalmente descompensada era alto y, sin embargo, a pesar de que al final la sequedad era mayor de lo que esperaba, parece estar todo bien controlado. 

NOTA:

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