miércoles, 6 de octubre de 2021

Monográfico Bird Brewery

Rik van den Berg y Ralph van Bemmel se conocieron en un curso de la certificación StiBON, un equivalente al famoso Ciccerone, en Amsterdam. En aquel entonces Rik formaba parte de la junta de la asociación cervecera 't Nieuweland, mientras que Ralph era el responsable de la tienda de cerveza online Bierlab.

De forma un poco espontánea, una noche de juega terminó con la decisión de que iban a hacer un crowdfunding para elaborar su primera cerveza, Rumoerige Roodborst. Esta convocatoria fue un auténtico éxito, habiendo vendido más de la mitad de la cerveza antes de que terminase el crowdfunding, lo que les animó a continuar con la elaboración de cerveza. Y así nacio Bird Brewery.

Los primeros lotes se produjeron en Kees Brouwerij, pero por falta de capacidad de esta fábrica pasaron a elaborar en Jopen Browerij. Cada cerveza está representada por un pájaro distinto, el nombre es siempre un juego de palabras (divertidísimo según aseguran sus responsables), y en sus coloridas etiquetas está escondido el logo de la fábrica, aunque a veces hay que buscar bien. Del diseño de las etiquetas se encarga el hermano de Ralph van Bemmel.

Ahora mismo trabajan 6 personas en la fábrica, y producen un buen número de cervezas distintas: 9 regulares, 3 estacionales, un montón de elaboraciones especiales, 3 envejecidas en barrica y algunas colaboraciones. Tienen además un compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente bastante curioso, y es que por cada 100 litros de cerveza que elaboran plantan un árbol... y han superado ya ampliamente los 60000.


Solo he podido probar algunas de sus cervezas regulares, pero me han bastado para tener una imagen bastante completa de la fábrica:

- Datisandere Koekoek: a pesar de los experimentos e innovaciones que diferentes fábricas vienen haciendo con este estilo en estos últimos años, esta se mantiene fiel al patrón clásico y consigue una Saison resultona, muy sabrosa, fresca, frutal y perfectamente equilibrada.

- Nog Eendje: por el "funky" me esperaba  algo ácidamente descompensado pero no es así en absoluto. Se trata más bien de una Blonde belga bien hecha, con un ligero toque de acidez que no sé si encontraría en si la etiqueta no me avisase, y que destaca sobretodo al vaciar la botella.

- Nognietar Huismus: una Brown Ale, la gran olvidada tanto de las fábricas clásicas como de las modernas. Por suerte hay algunas honrosas excepciones, como puede ser la de Samuel Smith, la de Anchor o esta. Muy elegante y sobria, todo frutos secos y cereal, aunque con un punto moderno que refuerza el carácter.

- Rumoerige Roodborst: más maltosa en aroma, con intensas notas de cereza picota, mientras que en el sabor se evidencia el perfil norteamericano, aunque más orientado hacia la Costa Este con frutas tropicales, y quizá algo de resina. Me ha encantado, me tomaría dos pintas bien a gusto.

- Zwaan Zinnig: una Wit impecable. Es refrescante y a la vez muy sabrosa, cargada de cítricos y con un buen soporte de malta. A la altura de referencias clásicas como Hoegaarden o St Bernardus.

La verdad es que es una fábrica que ha cosechado un  éxito más que considerable en los World Beer Awards, sin embargo la impresión que tengo es que en España es una gran desconocida. A mí me ha gustado mucho; hacen cervezas de estilos en su mayoría tradicionales y, aunque alguna vez transgreden esta tendencia, cuando esto sucede no pierden de vista el equilibrio como principal indicador de calidad. De precios, estupendo: alrededor de 2.5 euros. Repetiría, y repetiré.

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