MODELO: De Ranke Père Noël
ESTILO: Blonde de Navidad (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Mi primer contacto con la cervecería De Ranke no fue del todo satisfactorio, y es que su XX Bitter, ácida y amarga como pocas belgas, sobrepasó mi capacidad de disfrutar del lúpulo. Sin embargo en el segundo intento, unos cuantos meses después, algo debía haber cambiado en mis sentidos puesto que me pareció una de las mejores cervezas belgas que había tomado hasta la fecha, lo que instantáneamente me transformó en un adicto a sus lupulados productos. Esta reciente pasión por la marca fue lo que me ayudó a decidirme por esta entre el arsenal de cervezas navideñas que ofrecía Zombier, contando además con que esta sería una algo peculiar.
Del líquido naranja cobrizo, sorprendentemente bien filtrado, escapa un rico aroma bien cargado de frutas, sobretodo naranja, mandarina y albaricoque, que ocultan parcialmente a la malta, relegándola a un segundo plano. Por su parte las especias, con notas levadurosas y herbales adheridas, se encargan de afilar el aroma y darle intención, lo que le aporta una complejidad más que interesante.
Es en el sabor donde parece florecer el espíritu de De Ranke; desde el inicio pone especial acento en limón, pomelo y manzana verde, lo que a la vez realza las notas de levadura, clavo y pimienta, aunque poco a poco van emergiendo frutas tropicales, suave caramelo y mínima canela para compensar la acidez. Casi resulta incluso un poco dulce justo antes del final pero de nuevo atacan los cítricos, esta vez acompañados del intenso amargor del lúpulo, que dan punto y final a su labor dejando la boca seca, impregnada de hierba y picante. Atípica cerveza navideña y algo arriesgada, pero en mi opinión bastante resultona, totalmente recomendable para los adictos al lúpulo. (y por estos lares rondan unos cuantos)
Del líquido naranja cobrizo, sorprendentemente bien filtrado, escapa un rico aroma bien cargado de frutas, sobretodo naranja, mandarina y albaricoque, que ocultan parcialmente a la malta, relegándola a un segundo plano. Por su parte las especias, con notas levadurosas y herbales adheridas, se encargan de afilar el aroma y darle intención, lo que le aporta una complejidad más que interesante.
Es en el sabor donde parece florecer el espíritu de De Ranke; desde el inicio pone especial acento en limón, pomelo y manzana verde, lo que a la vez realza las notas de levadura, clavo y pimienta, aunque poco a poco van emergiendo frutas tropicales, suave caramelo y mínima canela para compensar la acidez. Casi resulta incluso un poco dulce justo antes del final pero de nuevo atacan los cítricos, esta vez acompañados del intenso amargor del lúpulo, que dan punto y final a su labor dejando la boca seca, impregnada de hierba y picante. Atípica cerveza navideña y algo arriesgada, pero en mi opinión bastante resultona, totalmente recomendable para los adictos al lúpulo. (y por estos lares rondan unos cuantos)
NOTA:
CARACTERÍSTICAS: Esta cerveza de navidad me llegó como regalo de la celebérrima Ana, a la que agradezco mucho el detalle. Ya le había echado el ojo cuando hice mi pedido de cervezas navideñas, pero las prioridades fueron otras y me quedé con las ganas, así que es un regalo muy bienvenido.
La cerveza tiene una etiqueta con Papá Noel como protagonista, abrazando bonachón a una copa sobre un fondo verde. Es una imagen muy acertada de la figura de Santa Claus, creo yo. Al servir la cerveza en la copa luce un color dorado algo oscuro, turbio pero sin rastro de sedimentos, con presencia de carbonatación. La espuma es de color blanco y forma una capa consistente, no demasiado abundante pero bastante duradera.
Su aroma hace presencia desde el primer momento. Destacan notas florales y afrutadas, con malta y levadura como base, y un deje dulzón compuesto de caramelos y lúpulo, muy característico de este estilo de cervezas belgas. En boca sobresale el caramelo, el melocotón, la malta y un toque a licor, con presencia del alcohol. En segundo término se aprecia un toque levaduroso y levemente picante, especiado. Hacia el final se torna levemente amargo, con mucha presencia herbal. Es espumosa en boca y bastante suave, aunque de matices intensos.
En general una buena cerveza muy fácilmente disfrutable, aunque nada fuera de lo normal (comparándola con otras del estilo).
La cerveza tiene una etiqueta con Papá Noel como protagonista, abrazando bonachón a una copa sobre un fondo verde. Es una imagen muy acertada de la figura de Santa Claus, creo yo. Al servir la cerveza en la copa luce un color dorado algo oscuro, turbio pero sin rastro de sedimentos, con presencia de carbonatación. La espuma es de color blanco y forma una capa consistente, no demasiado abundante pero bastante duradera.
Su aroma hace presencia desde el primer momento. Destacan notas florales y afrutadas, con malta y levadura como base, y un deje dulzón compuesto de caramelos y lúpulo, muy característico de este estilo de cervezas belgas. En boca sobresale el caramelo, el melocotón, la malta y un toque a licor, con presencia del alcohol. En segundo término se aprecia un toque levaduroso y levemente picante, especiado. Hacia el final se torna levemente amargo, con mucha presencia herbal. Es espumosa en boca y bastante suave, aunque de matices intensos.
En general una buena cerveza muy fácilmente disfrutable, aunque nada fuera de lo normal (comparándola con otras del estilo).
NOTA: