MODELO: Weiherer Rauch
ESTILO: Helles ahumada (5'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Los orígenes de la cervecera Kundmüller se remontan al año 1874, cuando fue fundada por Michael Bayer en la aldea de Weiher, parte del municipio de Viereth-Trunstadt, a pocos kilómetros de Bamberg. Fue adquirida por Adam Grünthaler en 1908, pasó a manos de Michael Grünthaler en 1960 durante escasas horas, ya que este falleció el mismo día de la transacción por un fallo cardiaco, y fue Michael Bayer, su hermanastro, quien se ocupó de la elaboración desde entonces. Ya en 1964 la hija menor, Anna Grünthaler, se casó con Erwin Kundmuller, y desde 1969 ambos se hicieron cargo de la fábrica y la taberna. La situación actual de la cervecera, con más de 20 referencias distintas entre clásicas, ecológicas y especiales, es fruto del trabajo de esta pareja y sus descendientes, vigentes propietarios de la empresa.
La cerveza que comento hoy es una Rauchbier que atesora más de una decena de premios, entre ellos el de mejor cerveza de Alemania de los World Beer Awards 2017. Servida en copa, se presenta con un color dorado un poco inesperado, cristalina, protegida por medio dedo de espuma blanca muy compacta y resistente. En nariz el ahumado es claro, con notas de cuero, tabaco, algún recuerdo de salsa barbacoa, pero menos dulce que otros ejemplos del estilo. De base, acompañando al humo en un segundo plano, se encuentra malta, cereal crudo, suave caramelo y frutas maduras entre las que destacan manzana golden, y más apagadas pera y membrillo. Se nota además un poco de especia picante, bien ligada al humo, y un deje herbal y mineral.
El sabor es predominantemente dulce, con mucho cereal, malta cruda, masa de pan, y algo de fruta, membrillo y manzana sobre todo. De cuerpo medio, el paso es sedoso, con una efervescencia amable. El ahumado sale después, con notas de madera quemada, domina el trago y acaba secando el final, donde se genera un amargor claro con una importante acidez, suave hierba y minerales, y más humo, áspero y picante aunque con un deje de barbacoa. Regusto largo, evidentemente con humo aunque también me ha recordado algo a la miel. Bien equilibrada y con el humo bien integrado con el resto de la cerveza, pese a lo difícil que siempre me ha parecido conseguir esto con las cervezas rubias. Ni tan dura como Schlenkerla ni tan fina como Spezial, sino situada en un apropiado punto intermedio que puede gustar a los fanáticos de cualquiera de estas dos marcas.
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