lunes, 25 de mayo de 2020

Weihenstephaner Vitus

MARCA: Weihenstephaner
MODELO: Weihenstephaner Vitus
ESTILO: Weizenbock (7'7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Es por todos sabido que Weihenstephaner comenzó su actividad en el año 1040, lo que la hace la fábrica de cerveza más antigua del mundo. Sin embargo el origen de la Abadía de Weihenstephan, donde está emplazada la fábrica, se remonta al siglo VIII, cuando San Corbiniano fundó un monasterio en honor a San Vito, que finalmente se acabó convirtiendo en la abadía. El nombre de esta cerveza hace referencia a ese santo, y es una de las elaboraciones más conocidas y reputadas de esta fábrica, además de una de mis cervezas favoritas. Con esto creo que ya dejo claro que mi valoración de la misma va a ser muy favorable.

En vaso de trigo su aspecto es imponente, de un color dorado pálido, brillante, se ve ascender un torbellino de burbujas que ocupan absolutamente todo el volumen del vaso. Esto hace que su espuma,  abundante y tan densa como un merengue, sea también muy duradera. En nariz lo que más llama la atención es el plátano maduro, hay toneladas. No obstante el aroma no se queda sólo en eso y también deja hueco a mucha malta dulce, masa de pan, bizcocho y más suave cereales, que se mezcla con marcadas notas de manzana asada y dulce de membrillo. Hay algo de presencia de lúpulo en forma de cítricos y minerales pero su papel es discreto, siendo el resultado final un perfume potente, complejo y muy apetitoso.

Con 16'5º Plato es, evidentemente, una cerveza con mucho cuerpo pero aun así resulta refrescante y es bastante fácil de beber. Tiene muchísimo sabor, y sigue siendo el plátano lo principal, envuelto en mucha malta dulce, galleta, manzana madura, y más suave dulce de membrillo, bizcocho y masa de pan. Es golosa, cálida, y se nota como llena la boca sin dejar un resquicio libre. Amargor final moderado, con clavo, suave pimienta, quizá algo de canela, que se junta con un delicado soplo del alcohol, plátano, y un toque de lúpulo cítrico y mineral. Cerveza impecable, muy completa y con un equilibrio perfecto. Cuenta además con una ventaja respecto a otras Weizenbock de alto nivel y es que, a pesar de su graduación, entra de maravilla aunque haga calor. Toda una demostración de maestría, para algo llevan mil años haciendo cerveza. 

NOTA:


domingo, 17 de mayo de 2020

Laugar Kiskale

MARCA: Laugar
MODELO: Laugar Kiskale
ESTILO: Brown Ale (7'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: Siempre es agradable encontrar una elaboración de corte clásico por una fábrica moderna, y con frecuencia uno descubre cosas interesantes. Kiskale tiene además el atractivo de ser una Brown Ale, estilo un poco olvidado para la mayoría de las fábricas, aunque con 7'3º de alcohol está claro que no sigue el patrón tradicional de referencias como Newcastle o la de Samuel Smith. Llevaba unas semanas buscando el momento de abrir esta botella, y al final lo encontré aprovechando los días lluviosos y frescos que han protagonizado las primeras semanas de Mayo en Navarra, clima que por algún motivo me abre el apetito de cervezas británicas.

Kiskale luce un bonito color roble con algún brillo pardo, y una gran turbidez. Su espuma beige es escasa, de burbuja microscópica, aunque parece muy cremosa. La verdad es que no destaca en absoluto por su aroma, la intensidad es leve, aunque se puede decir que está dominado por malta tostada y frutos secos, sobretodo nueces. También se detectan, aunque mucho más apagados, algo de caramelo, un punto de cacao y lúpulo cítrico, con una agradable mineralidad.

Toda la timidez que presenta en nariz desaparece en boca y se presenta como una cerveza potente, muy sabrosa, incluso quizá demasiado robusta para el estilo. Tiene una entrada cálida con malta dulce, delicioso toffee y brownie de chocolate, que se van a fusionar con ciruelas y más suave cerezas, pasas y melocotón. Compensan el dulce generosas notas de frutos secos y pan integral, quedando en un agradable punto intermedio. Final firme, seco, con cítricos, un punto de especia y mucho mineral, dejando recuerdos licorosos, cacao y naranja madura. Quizá no sea una Brown Ale ortodoxa pero tampoco acaba de romper con el estilo, y con el protagonismo que le dan a la malta y la redondez del trago seguro que, aunque se puedan llevar sorpresa, nadie se queda insatisfecho.

NOTA:

martes, 5 de mayo de 2020

Laugar Euskal Pale Ale

MARCA: Laugar
MODELO: Laugar EPA! (Euskal Pale Ale)
ESTILO: Pale Ale americana (5.2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

MARCA: EPA, Euskal Pale Ale (o incluso Euskadiko Pale Ale creo que llegué a ver en la etiqueta hace un tiempo) fue la primera cerveza de Laugar, y la protagonista de la fiesta de inauguración que hicieron en su fábrica de Gordexola en julio de 2014. Se trata de una APA muy moderada en cuanto a graduación alcohólica, elaborada con lúpulos Chinook, Colombus y Cascade. Curiosamente yo no la había probado todavía, y con la popularidad de la que goza en el mundillo de la cerveza artesana la verdad es que tenía ganas.

Es una cerveza dorada amarillenta, algo velada, con una cremosa espuma blanca bien pegada al vaso. En nariz apunta alto, cuenta con bastante soporte de la dulce malta, con bizcocho y un punto de toffee, sobre la cual emergen toneladas de frutas maduras, entre ellas mucho melocotón en almíbar, albaricoque, más suave naranja e incluso un punto tropical. Se nota además una agradable mineralidad y un toque de hierba. Cuando en el aroma ya se nota que los elaboradores no se han confiado únicamente al lúpulo las cosas pintan bien...

El paso por boca es fantástico, tanto cuerpo como gas están al nivel justo para el estilo. Sigue un patrón similar al del aroma, aunque forzando más los cítricos. La entrada depende de malta, cereal crudo, leve toffee, pero pronto se seca y sale la acidez con intensas notas de pomelo y cáscara de limón, quedando de fondo algo de naranja y albaricoque. Amargor final seco, astringente, muy cítrico, con marcados recuerdos herbales, y un deje mineral y medicinal. Quizá algo más áspera de lo que esperaba para la cerveza base de una fábrica, pero es muy buena elaboración y perfecta para días calurosos. Los locos del lúpulo seguro que la disfrutan como enanos, y tampoco creo que los amantes de cervezas más clásicas le pongan ningún problema porque el nivel es alto.

NOTA:

viernes, 1 de mayo de 2020

Rondadora India Pale Ale

MARCA: Rondadora
MODELO: Rondadora India Pale Ale
ESTILO: India Pale Ale americana con avena (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: En el Festival Rondadora 2019 los chicos de La Cabezonada presentaron publicamente una nueva incorporación al catálogo de referencias fijas, su primera India Pale Ale. La verdad es que resultaba curioso que todavía no tuviesen una cerveza de este estilo tras 5 años en activo, creo que serán de las pocas microcerveceras que les ha pasado esto. Se trata de una IPA tipo americano de 7º de alcohol, elaborada con lúpulos Centennial, Chinook, Citra, Columbus y Mosaic, alejada de la moda de las monovarietales (esto es casi lo contrario).

Exteriormente se podría confundir con una Helles muy bien hecha, de un color dorado intenso, totalmente cristalina, con medio dedo de espuma blanca bastante compacta. En nariz sin embargo está claro que tiene poco de este estilo, sino que más bien hace acordarse de una Sierra Nevada Pale Ale. Es muy golosa, con mucho maracuyá, mango, melocotón en almíbar y más suave naranja, sobre un fondo de malta sin tostar, galleta y un poco de pan. Si se deja reposar emerge una cierta mineralidad y resalta algo más el cereal, acompañado de un levísimo punto de jengibre. Es de estos aromas exuberantes, repletos de frutas tropicales, que auguran un paso por boca amable y sabroso.

En efecto así es, y el sabor sigue un patrón muy similar, quizá sea algo más punzante. Al principio surge malta dulce, cruda, masa de pan y un punto de toffee. En seguida las frutas toman el control, con predominio de mango, melocotón, maracuyá y más suave naranja sanguina, aunque se refuerza al final. Este concluye con un amargor medio, envuelto en la calidez del alcohol, con marcadas notas de jengibre y leve pimienta, e incluso un toque de pino. El regusto es largo, y graba a fuego el sabor de las frutas tropicales. Hacía tiempo que una IPA no me impresionaba, pero esta tiene todo lo que yo busco en este estilo: frescor, cierta complejidad más allá del lúpulo americano, y equilibrio. Prefiero una receta afinada y trabajada como esta, con estabilidad en el producto, que estas fábricas que te sacan una IPA (con cualquiera de sus apellidos) cada mes y lo único que pueden ofrecer es novedad. Junto con Onso se va a convertir en mi cerveza de referencia del Pirineo aragonés.

NOTA: