jueves, 30 de julio de 2020

Tensina Peña Roya

MARCA: Tensina
MODELO: Tensina Peña Roya
ESTILO: Amber Ale (5.7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: España

CARACTERÍSTICAS: La cervecera Tensina fue fundada por Daniel y Laura en el año 2016. Como su nombre sugiere las instalaciones están en el Valle de Tena, en pleno Pirineo Aragonés, concretamente en la localidad de Tramacastilla de Tena, a orillas del río Gállego. Sus 3 cervezas habituales llevan el nombre de montañas de la zona, y esta que comento hoy hace referencia a un pico de 2.578 metros en la sierra de Tendeñera. Se trata de una Amber Ale americana, y para poner los dientes largos a los fanáticos diré que es monovarietal de Mosaic.

Tiene un color pardo rojizo, muy apropiado para el nombre de la cerveza, con una turbidez bastante alta, más de lo que me esperaba. Genera al servirla una capa de espuma beige amarillenta, cremosa y muy compacta, con una retención excelente. El aroma es dulce, goloso, claramente dominado por malta tostada, sin quemar, y acompañado por intensas notas de caramelo y toffee, frutas maduras como ciruelas negras y pasas, y un toque de té negro. Tampoco pasa desapercibido el lúpulo, que aporta marcados recuerdos tropicales, naranja y hierba, dándole un carácter norteamericano muy evidente.

De cuerpo medio, pone algo más de peso en los tostados que en nariz, aunque el lúpulo también empuja. Se presenta con malta oscura, pan negro, toffee y suave caramelo, con frutas como naranja madura, albaricoque y melocotón que endulzan un poco. Este dulzor no dura mucho porque sale en seguida el lúpulo y genera un final amargo, verde, con marcadas notas herbales, especia picante, algo de pino y un toque mineral, que queda en el largo regusto junto a un deje tropical sutil. Buen nivel creo yo, elaboración de corte moderno, bien hecha y con gancho. Con más peso del cereal quizá habría sido más acorde a mis gustos, pero igualmente es una muy buena cerveza.

NOTA:

domingo, 26 de julio de 2020

Ayinger Frühlingsbier

MARCA: Ayinger
MODELO: Ayinger Frühlingsbier
ESTILO: Dortmunder (5.5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Siendo una de las pocas cervezas de Ayinger que todavía no había probado, la Frühlingsbier me resultaba especialmente tentadora por su nombre, que significa Cerveza de Primavera. En la propia fábrica la describen tan solo como una Lager sin filtrar, y con tanto misterio alrededor de esta cerveza no tuve más remedio que agenciarme un par de botellas... por si hacía falta insistir para entenderla y disfrutarla bien. Bueno, y con la intención de llenar un maß, que es algo que de cuando en cuando me apetece.

Su color es amarillo pajizo, y es algo velada. La espuma es blanca, brillante, aproximadamente medio dedo y con buena retención. En nariz es dulce, repleta de malta, toffee y toneladas de miel, que se combinan con fruta madura, destacando manzana golden, algo de pera y membrillo. Queda todo envuelto en un fresco perfume floral aportado por el lúpulo, con un deje mineral.

En boca es más seca, evidentamente no es una Helles. Combina malta, cereal crudo, masa de pan y algo de frutos secos, con un dulzor limitado y haciendo énfasis en los cereales. A continuación se suman membrillo en fruta, manzana poco madura y un toque de limón. Final seco, cítrico marcado, cereales, notas de levadura, un punto de especia, y lúpulo de intenso carácter mineral y más suavemente herbal. Buena cerveza, como no podía ser de otra forma, muy refrescante y fácil de beber. Bien equilibrada aunque personalmente prefiero cuando se apoyan más en la malta, está claro que tengo a Baviera como punto de referencia para las cervezas rubias y quizá esta se inspire en las de Dortmund.

NOTA:
 

martes, 21 de julio de 2020

VanderGhinste Cuvée des Jacobins Rouge

MARCA: VanderGhinste
MODELO: VanderGhinste Cuvée des Jacobins Rouge
ESTILO: Lambic madurada en barrica (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Esta referencia de la cervecera VanderGhinste recibe su nombre de la calle de París en la que Omer Vanderghinste, único miembro de la segunda generación de la familia desde que fundaron la empresa, se refugió durante la Primera Guerra Mundial, la Rue des Jacobins. Me llegó por cortesía del cófrade Iñaki, quien a sabiendas de mi amor por las ácidas belgas me regaló una botella en una reunión poco antes del confinamiento. Él no la había probado todavía y yo no conocía las características de la cerveza más allá de que había recibido algún premio en el World Beer Awards, así que estabamos ambos convencidos de que se tratada de una Flanders Red Ale, tal y como sugiere su imagen. Pronto comprobaría que esta no era la realidad.

A pesar de su nombre el color es más bien marrón roble, aunque al trasluz sí que salen reflejos rojizos, además de demostrarse su gran turbidez. Genera escasa espuma beige, y en pocos minutos se reduce hasta casi desaparecer. El aroma es muy interesante y bastante complejo. El núcleo fundamental es de malta tostada, intenso caramelo, cacao y un punto de azúcar moreno, rodeado de guindas y mermelada de frambuesa en abundancia. No obstante se nota la presencia de las levaduras salvajes, con un claro golpe de cáscara de cítricos, y el reconfortante toque avinado y balsámico de la barrica. Es algo más golosa de lo que me esperaba para el estilo pero en ese momento no me quejé, ni mucho menos.

Al probarla sin embargo tuve que revisar las características de lo que estaba bebiendo, porque si bien me esperaba algo parecido a una Rodenbach, con su delicadeza y equilibrio, me encontré con una acidez extrema propia de las Lambic. En efecto resultó que se trataba de una Lambic pura añejada en barrica durante 18 meses, lo cual explica perfectamente mis hallazgos. Desde el principio se presenta seca, con algo de pan integral, intensísimas notas de cereza silvestre y manzana verde, también grosellas, cáscara de limón y pomelo. Aparecen notas de vinagre, que se acentúan en el paso por boca, tanino potente y afilado de la barrica, y toneladas de levadura salvaje. Final áspero, muy ácido, cargado de levadura, intensos recuerdos minerales, algo de barrica, grosellas y notas herbales, quedando un regusto eterno rebosante de frutos rojos, balsámicos y madera. Buenísima y extremadamente compleja, aunque es mejor ir sobreaviso porque es una cerveza difícil, más aún si se toma sin pretenderlo.

NOTA:

viernes, 17 de julio de 2020

Witkap-Pater Tripel

MARCA: Witkap-Pater
MODELO: Witkap-Pater Tripel
ESTILO: Tripel (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Fundada en el año 1860 por Emmanuel Slaghmuylder, la cervecera que lleva su apellido es una de las clásicas de Bélgica. Se trata de una empresa familiar que se ha transmitido durante generaciones, habiendo tenido además lazos con miembros de otras familias intimamente relacionadas con el mundo de la cerveza belga como por ejemplo Van Roy. A lo largo de su historia han elaborado tanto cervezas de fermentación baja como de fermentación alta, aunque en los últimos años parecen haberse centrado en las segundas, siendo que son las únicas disponibles para exportación. Entre ellas hoy comento su Tripel, una elaboracion fiel a la tradición belga.

Es una cerveza de un dorado ligeramente pálido y con muchísima carbonatación, todo el líquido son burbujas. La espuma es blanca, cremosa y con una retención ejemplar, con lo que el aspecto es, en resumen, impecable. En nariz también tiene una presentación fantástica, con una carga importante de cítricos y manzana verde, que le da un gran frescor, sobre una base de masa de pan, cereal crudo, malta y suave galleta. La levadura belga también juega un papel fundamental, con intensas notas lácteas y también algo de especia picante en forma de pimienta.

El equilibrio sigue siendo protagonista en boca, revelándose como una cerveza de altísimo nivel. Entrada dulce, con malta, pan blanco y suave bizcocho que se acompañan de frutas como manzana golden, peras y uva blanca. Tiene además un punto cítrico que se refuerza al final, a la vez que surge el amargor del lúpulo, algo seco, francos recuerdos de vino blanco, notas minerales y herbales, y abundante especia picante. En el larguísimo regusto, empapado de lúpulo herbal y cítrico, se nota el agradable calor del alcohol junto con un deje de pimienta. Una Tripel resultona, refrescante, compleja, equilibrada hasta niveles al alcance de pocos maestros cerveceros y con mucha personalidad. Obligatoria para los amantes de lo clásico, y una buena referencia de cómo debe ser el estilo.

NOTA: