domingo, 20 de febrero de 2022

Leikeim Urstoff

MARCA: Leikeim
MODELO: Leikeim Urstoff
ESTILO: Dunkel Lager (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Muy conocida por su popular Steinbier, de los pocos ejemplos de este estilo que se pueden encontrar, la cervecera Leikeim inició su actividad en 1887 en Altenkundstadt, en la Alta Franconia. El fundador fue Johann Leikeim, de profesión carnicero y tabernero, y actualmente es la 5º generación la que está al cargo. En este momento su repertorio cuenta con 10 cervezas distintas, y la que comento hoy es el estilo estrella de Franconia, una (otra) Dunkel.

A nivel visual no se le puede recriminar nada, es fantástica. Se trata de una Dunkel algo más oscura de lo habitual, totalmente opaca, de un color marrón roble. Tiene dos dedos de una espuma color beige, tan compacta que no se distinguen las burbujas, es una auténtica crema. Es muy aromática, más bien dulce, con dominio de malta tostada y sirope de caramelo, bien acompañada de frutas oscuras sobremaduras y llegando a aparecer algún recuerdo de dátiles. Tiene también una parte más sobria, que no predomina pero tampoco se disimula, con cacao y frutos secos caramelizados, con el broche del lúpulo mineral.

Curiosamente el enfoque cambia de forma radical en boca. Aquí se presenta como una Dunkel muy apoyada en los tostados, pudiéndose pensar en algún momento que incluso hubiese algo de torrefacto. De cuerpo medio, empieza con malta oscura, nueces, cereales y mínimo bizcocho, con un dulzor moderado que se apaga cuando entran notas de cacao y café. Final seco, con amargor herbal y terroso, y claros recuerdos de cacao puro y café que conforman el regusto. Estaría entre las Dunkel más secas que he probado, y mis favoritas tienden a hacer algo más de hueco a la malta, pero bien a gusto me bebería un par de jarras de esta, no hay nada que reprocharle.
NOTA:

martes, 15 de febrero de 2022

Monográfico Weiherer

Tras varios años dando la tabarra con las cervezas franconas (¿he comentado ya que me parecen excelentes?) tocaba hacer un monográfico de alguna fábrica de esta zona, cosa nada fácil porque es raro verlas fuera de su zona. Por suerte, entre que uno de los lotes de La Vinoteca de Pamplona incluía 5 referencias de Weiherer y que yo tenía también alguna botella en la despensa, al final me ha quedado un número bastante razonable para el artículo con esta marca.

Kundmuller no se encuentra entre las cerveceras más conocidas de Franconia, aunque sí entre las que tienen un repertorio más amplio. Fue fundada en 1874 por Michael Bayer en Viereth-Trunstadt, en la Alta Franconia, más concretamente en la aldea de Weiher, que da nombre a la marca. En el año 1908 la empresa fue adquirida por Michael Grunthäler, y sigue en manos de la familia desde entonces aunque bajo el nombre Kundmuller debido a que la nieta de Michael, Anna Grunthäler, se casó con Erwin Kundmuller en los años 60 y pasaron a hacerse cargo del negocio, tanto la cervecera como la taberna. 

El maestro cervecero actualmente es Roland Kundmüller, quien se incorporó al negocio familiar en 1989. Entonces la única cerveza que se elaboraba en la fábrica era Weiherer Lager, y sólamente estaba disponible de grifo. Fue él quien introdujo la deliciosa Weiherer Bock, y en 1997 además empezaron a embotellar las cervezas, lo que evidentemente ha favorecido la expansión de la marca.

Los años siguientes supusieron un importante salto para la cervecera, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. Respecto a lo primero, progresivamente se han incorporado nuevas referencias a su catálogo hasta alcanzar un total de 26 cervezas distintas, 13 de estilos tradicionales incluyendo alguna con certificación ecológica, y 13 de orientación más moderna o utilizando técnicas e inspiraciones ajenas a la tradición cervecera francona. Y en cuanto a calidad, esto se ha reflejado en el gran número de galardones que han recibido sus cervezas, 13 premios del World Beer Awards y 11 del International Craft Beer Award tan sólo en el año 2021.




- Weiherer Bock: potente, densa y acaramelada, una cerveza perfecta para los meses más fríos del año, aunque una segunda jarra nos puede poner en apuros. No es difícil encontrar Maibock o Doppelbock en España, sin embargo Bock a secas no es tan frecuente, y es una pena. 

- Weiherer Hopfenweizen: a pesar del nombre no hay que esperar una cerveza como la TAP5 de Schneider Weisse, sino más bien una Hefe-Weißbier algo más cargada de lúpulo, con claros recuerdos tropicales y de fruta de hueso, pero alejarse excesivamente de la línea clásica. Muy refrescante y nada estridente, para repetir mil veces.

- Weiherer Keller: tan aromática como sabrosa, toneladas de malta, cereales, miel y levadura anegan los sentidos. Aún así, gracias a la importante carga de lúpulo, especialmente fresco, es capaz de mantener una ligereza, una facilidad de trago, que permitiría beberse varias jarras sin sufrir. Fantástica.

- Weiherer Keller Märzen: una cerveza muy delicada, algo acaramelada como le corresponde a una Märzen y con la textura sedosa propia de una Kellerbier. Termina en un final rebosante de miel y flores que casa muy bien con el estilo de la cerveza.

- Weiherer Keller Pils: refrescante y sabrosa, pero quizá de las que menos me han enganchado. Poco punzante para una Pils, demasiado ligera para una Keller, no me acaba de encajar con ninguno de los dos estilos.

 - Weiherer Kräusen Hell: cuenta con las virtudes tanto de las Helles y de las Kellerbier, y todo ello bien empapado en malta por si las moscas. Además la técnica Kräusen la hace especialmente refrescante y fácil de beber. 

- Weiherer Rauch: multipremiada Rauchbier, menos oscura que referencias populares como la de Spezial o Schlenkerla, y con una intensidad del ahumado entre estas dos. Muy redonda y equilibrada, el humo está perfectamente integrado entre el resto de matices. 

- Weiherer Rauchbock: la calidez de la malta envuelve al ahumado, más de madera en el aroma y que recuerda a la carne a la brasa en el sabor. Cálida y reconfortante, no se me ocurren mejores compañeras para una barbacoa invernal.

- Weiherer Schwärzla: excelente interpretación francona de una Stout, quizá con algo de distancia de las referencias clásicas de este estilo por menor énfasis en el torrefacto, pero con una estructura y un equilibrio para quitarse el sombrero.

- Weiherer Urstöffla: Dunkel muy centrada en el cereal y no tanto en la malta como otras, la importancia de los tostados es evidente e incluso se le puede sacar algo de frutos secos quemados.  Muy sabrosa, sobria y directa.

- Weiherer Weizen Hell: una de las Weißbier más densas y sabrosas que he probado, y también una de las que menos espuma tiene. Muy centrada en el papel de la levadura, con exuberantes notas de plátano, y bien apoyada por la malta, hasta que al final rompe un poco la línea con un amargor herbal claro.   


Mi percepción es que es una de las fábricas franconas, e incluso alemanas, más completas. No sólo tiene un repertorio muy amplio, sino que también incorpora algunas referencias más modernas, eso sí, sin perder de vista la tradición alemana, lo que les permite satisfacer a cualquier tipo de amante de la cerveza. Otro aspecto que considero muy favorable es que la estabilidad de la mayor parte de sus elaboraciones, yo siempre agradezco poder tomar con regularidad mis cervezas favoritas y, además, continuar realizando una receta permite afinarla y mejorar el nivel.

jueves, 10 de febrero de 2022

De Molen Keulen & Aken

MARCA: De Molen
MODELO: De Molen Keulen & Aken
ESTILO: Weizenbock (9'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Países Bajos

CARACTERÍSTICAS: Aunque ahora ya nos hemos acostumbrado a su existencia, hace no tantos años De Molen era un referente a nivel mundial del fenómeno de la cerveza artesana. Esta fábrica, que debe su nombre al molino De Arkduif en el que se encontraban sus instalaciones originales, fue fundada por Menno Olivier en el año 2004. Su popularidad fue creciendo gracias a cervezas de excelente reputación como Hel & Verdoemenis, Vuur & Vlam, Amarillo o Rasputin, posicionándose entre las mejores cerveceras del mundo en diferentes listados, mientras algunas de sus elaboraciones recibían premios de reconocido prestigio. En el momento actual forma parte del gigante empresarial Swinkels, antes conocido como Bavaria, quien adquirió el 35% de la compañía en 2015 y el resto en el 2019, aunque según el equipo de De Molen sin forzar ningún cambio en el funcionamiento de sus instalaciones ni, por supuesto, en la calidad de las cervezas.

He bebido unas cuantas De Molen en mi vida, algunas repito con frecuencia, pero esta no la conocía hasta la fecha. Se trata de una Weizenbock, estilo que me gusta mucho, con unos respetables 9.2º de alcohol, y que tiene alguna versión envejecida en barrica tanto de vino como de bourbon. Es de un color oro brillante, más cercana a Weizenbock más claras como Vitus, casi totalmente opaca y con 2 dedos de una espuma blanca cremosa. En nariz no es excesivamente expresiva, se presenta sobretodo con malta cruda y toffee, y también son claras las notas de plátano y levadura. Más de fondo está manzana golden, un punto cítrico y delicado lúpulo terroso y herbal. No está mal pero tampoco es que acabe de definir del todo, y cuando la abrí empecé a temerme un intento fallido de emular un estilo alemán.

Nada más lejos de la realidad, en boca sale airosa del lance, siendo una cerveza bastante fiel al estilo aunque algo subida de potencia. Es de cuerpo más bien alto, con una textura cremosa, en parte gracias al trigo malteado. Igual que el aroma, empieza con abundante malta y caramelos de toffee, también destacan frutas muy maduras, entre ellas dulce de membrillo, plátano, manzana golden y algo de pera. Hacia el final salen notas de melocotón y miel, se potencia el plátano, y surge un amargor con el calor del alcohol, una acidez de naranja madura, especia picante, suaves minerales y hierba, quedando la fruta en el larguísimo regusto. Una cerveza de mucho nivel, quizá algo menos delicada que referencias alemanas, pero a cambio de ello es directa y potente, sin transgredir el equilibrio.

NOTA:

viernes, 4 de febrero de 2022

Rittmayer Annafest

MARCA: Rittmayer
MODELO: Rittmayer Annafest
ESTILO: Märzen de Annafest (5'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: A finales de Julio se celebra en Franconia, y más concretamente en Forchheim, el festival Annafest, en honor a Santa Ana, y que consiste, a grandes rasgos, en comer, beber y escuchar bandas de música. Al igual que sucede en la Oktoberfest, en esas fechas las cerveceras locales lanzan sus elaboraciones propias de la celebración, con frecuencia bajo el nombre Annafestbier. Esta que comento hoy está elaborada por Rittmayer, una cervecera familiar que este año cumple su 600 aniversario, y que se encuentra en el municipio de Hallerndorf, dentro del propio distrito de Forchheim. 

Sin rodeos: es una pasada de cerveza. Al servirla podría pasar por una Keller, de un color dorado intenso, algo turbia, con un par de dedos de espuma finísima, como una crema. Huele a distancia, a malta dulce apenas tostada, a panadería, suave miel, quizá algún recuerdo de mazapán, y abundante fruta madura, sobretodo manzana y plátano. Todo está envuelto por sugerentes notas florales del lúpulo noble, consiguiendo un aroma irresistible. 

A pesar de tener un trago delicado gracias a su textura sedosa, es una cerveza contundente, con cuerpo, que llena la boca de sabor. De nuevo domina la malta dulce, ligeramente acaramelada, con algún toque de toffee y miel, que se acompaña por frutas como las mencionadas anteriormente y un deje almibarado. El final es también suave, y sobre un fondo de masa de pan y levadura se genera un amargor delicado, floral, mineral y un poco cítrico, que recuerda a naranja madura. El arquetipo de cerveza redonda, mucho sabor y equilibrio perfecto. La verdad es que me ha parecido deliciosa, incluso más de lo que esperaba... fuerte candidata a cerveza del año, ¡y acabamos de estrenar febrero!

NOTA: