lunes, 30 de marzo de 2020

Alvinne Phi

MARCA: Alvinne
MODELO: Alvinne Phi
ESTILO: Flanders Red Ale (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: La primera vez que probé una cerveza de Alvinne fue en el 2012, cuando Gabriel de Zombier tuvo el detalle de enviarnos varias botellas coincidiendo con la apertura de su tienda online. Esa experiencia fue tan interesante como desconcertante, y desde entonces me siento capaz de identificar cualquier cerveza de Alvinne a ciegas, dada la personalidad que le da la levadura Morpheus a todas sus elaboraciones. Dentro de su extenso repertorio tiene una trilogía a cuyas referencias han dado el nombre de 3 letras griegas: Omega, Phi y Sigma. La que comento hoy es la segunda, con un 40% de trigo, que sirve como base para la elaboración de la reputada Cuvée Sofie.

A pesar de que se describe como Blonde su color es más pardo que dorado, muy transparente y limpia. Esto permite que se vea a través del líquido una carbonatación tremenda, que genera medio dedo de firme espuma blanca de burbuja pequeña. El aroma es el característico de la levadura Morpheus; avinado, balsámico, algo mineral, parecido, quizá, al de Rodenbach Grand Cru. De fondo queda el dulzor de la malta con cereal crudo, pan blanco, algo de frutos rojos maduros, todo ello regado por notas de establo, heno y especia picante, sobretodo pimienta.

A pesar de que los elaboradores no concretan el estilo, a mí me recuerda mucho a una Flanders Red. Desde el principio del trago es ácida sin paliativos, especiada y con toneladas de manzana verde, limón, más suave lima y pomelo. Con el avance salen los balsámicos, intensos recuerdos de vino y más mineralidad. Junto a los balsámicos viene un dulzor de fondo en forma de galleta, malta, suave miel y masa de pan que equilibra el conjunto. Final seco, áspero, con un regusto avinado eterno, te acuerdas de ella horas después. Quizá no sea del gusto de todo el mundo, estos estilos pueden ser difíciles, pero aquellos que se les encienda la mirada con sólo escuchar los nombres de Rodenbach o Liefmans no deberían perderse esta gran cerveza.

NOTA:


martes, 24 de marzo de 2020

Amager / Surly Todd the Axe Man

MARCA: Amager / Surly
MODELO: Amager / Surly Todd the Axe Man
ESTILO: India Pale Ale americana (6'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Dinamarca

CARACTERÍSTICAS: Amager Bryghus es la única cervecera que se encuentra localizada en la isla con la que comparte nombre, en la zona sur de Copenhague. Fue fundada en el año 2007 por Morten Valentin Lundsbak y Jacob Storm en un almacén que antes era propiedad de la Iglesia de la Cienciología, y actualmente es una de las fábricas danesas más conocidas a nivel internacional. Hace algunos años inundaron España con su Sinner Series, compuesta por 7 cervezas representando los 7 pecados capitales, y desde entonces se les ha visto bastante menos en las estanterías de las tiendas especializadas. Respecto a la cerveza que comento hoy, es una IPA con Mosaic y Citra que se elaboró por primera vez colaboración con Surly Brewing de Minnesotta, y que estos últimos han incorporado definitivamente a su catálogo habitual. Su nombre es un pequeño homenaje a Todd Haug, antes maestro cervecero de esta fábrica, quien es también guitarrista de Vulgaari y de Powermad.

Es una cerveza de color amarillo pajizo, pese a lo cual es totalmente opaca. La carbonatación es muy importante, pese a lo cual tan solo queda algo de espuma blanca adherida a la pared del vaso y algo cubriendo en parte la superficie. El aroma es una pasada, realmente delicioso, con grandes cantidades de lúpulo que se manifiestan en forma de maracuyá, mango y melocotón en almíbar, aunque también dejando hueco para cítricos, sobretodo lima, cáscara de limón y más suave naranja. La malta queda de fondo con un dulzor limitado, notas de masa de pan, y un punto de jengibre algo picante.

Por desgracia la sensación que tuve al probarla es que en boca se queda corta. Desde el principio presenta mucha carbonatación, recuerda al sidral. Empieza con algo de malta, pan blanco, suave cereal, y en seguida el lúpulo despliega potente lima, cáscara de limón, mucho pino, hierba, resina, y leves notas tropicales. De cuerpo medio, cierra con un amargor marcado, cargado de cítricos, pino y resina, un generoso golpe de especias como pimienta blanca y jengibre, mucho mineral y la calidez del alcohol. Regusto largo, áspero, cítrico, herbal y mineral. Al principio me pareció un poco descompensada, pero si se vacía entera la botella la levadura apacigua al lúpulo y queda más resultona. No obstante es una cerveza que no me mata, todo el protagonismo se lo lleva el lúpulo y no le veo que tenga nada más debajo.

NOTA:

martes, 17 de marzo de 2020

Karg Weizen-Bock

MARCA: Karg
MODELO: Karg Weizen-Bock
ESTILO: Weizenbock (7% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Los orígenes de la cervecera Karg datan de hace aproximadamente un siglo, pues fue en 1912 cuando su fundador, Andreas Karg, adquirió la fábrica Hirschvogel en Murnau, una localidad situada al Sur de Munich junto al lago Staffel. Andreas se jubiló en el año 1960, y a partir de entonces de tres de sus hijos, Centa, Franziska y Andreas, tomaron el relevo. Sin embargo, a partir de 1976 se hizo cargo del negocio familiar Franz Schubert Jr, fruto del matrimonio de la primogénita Rosina Karg con Franz Schubert. Por último, para concluir esta especie de telenovela germana, desde el año 2005 la 4º generación se ha incorporado también a la empresa familiar. Dentro de las 7 cervezas que elaboran actualmente, todas de trigo, hoy ataco su Weizenbock, que conseguí en Líquidos de Zaragoza allá por Navidades.

Es de color pardo brillante, más anaranjada en base, con una generosa espuma beige de aspecto delicioso, como crema, alimentada por una carbonatación constante. El aroma es muy potente y viene repleto de esteres en forma de plátano maduro y más suave manzana golden. Se acompañan de una buena ración de chocolate con leche y galleta, leve caramelo, recuerdos de dulce de leche y malta de tueste ligero. De fondo queda bastante cereal y tostados, con un deje terroso que va de la mano con algo de clavo. Tiene lo esperable de una Weizenbock, pero sin alcanzar la contundencia de las reputadas Aventinus o Aloysius.

El trago no resulta tan goloso como esperaba, y quizá incluso le falte algo de redondez. En la entrada predominan malta, dulce de leche, toffee, y más suave chocolate con leche, haciendo que al principio pueda incluso resultar algo empalagosa, aunque en seguida se corrige al aumentar la temperatura y permitir que otros sabores más sobrios compensen el dulzor. El plátano maduro se presenta también exuberante en boca, acompañado de leve miel, un punto de canela e incluso algo de alcohol especiado. Final de amargor considerable, sirve para compensar el dulzor aunque solo en parte, ya que el alcohol tira en dirección contraria. Regusto largo con plátano, minerales y miel que se arrastran desde el amargor final. Aunque desafía el equilibrio creo que es una buena cerveza. No tendría problema en repetir si me la ofreciesen, pero dentro de este estilo llegan a España referencias de tan alto nivel que no le encuentro mucho sentido a buscar esta en concreto.

NOTA:

martes, 10 de marzo de 2020

Krušovice Černe

MARCA: Krušovice
MODELO: Krušovice Černe
ESTILO: Schwarzbier (3'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: República Checa

CARACTERÍSTICAS: Tenía la impresión de que habían pasado pocas Schwarzbier por aquí, pero revisando el archivo del blog he visto que no es así en absoluto, simplemente resulta que una parte importante de las representantes que he probado no me han dejado muy satisfecho. Esto me hace plantearme si quizá sea que el estilo no encaja demasiado con mis gustos, aunque también es verdad que disfruto mucho las referencias más clásicas como Köstritzer o Mönchshof, así que es posible que todo haya sido cuestión de mala suerte. El caso es que Krušovice me pareció una apuesta bastante segura para volver a atacar algo del estilo, no es la mejor cervecera checa pero por lo general hacen las cosas como se debe, así que me llevé a casa esta botella esta botella que encontré en Líquidos las pasadas Navidades.

Es una cerveza negra brillante, opaca, cubierta por una espuma beige de burbuja microscópica que se reduce con rapidez, quedando un anillo firmemente adherido al vidrio. Al acercar la nariz me di cuenta de que echaba de menos las Schwarzbier, al ser recibido por un perfume fresco, delicado, con malta tostada, chocolate negro y café del grano torrefacto, adornado por aromático lúpulo herbal y mineral. Nada que ver con la potencia y profundidad de cervezas negras de alta graduación, esto apunta a sencillez, a beber sin complicaciones. 

Como es habitual en boca es muy ligera, de textura casi acuosa; el medio litro se puede hacer corto, y además la baja graduación alcohólica ayuda. La entrada es fácil, con un dulzor moderado en forma de chocolate, suave malta, café solo marcado, y un ahumado muy ligero que se hace algo más prominente al final. Cierra con un amargor medido, lúpulo mineral y levemente herbal, un toque de acidez especiada y discretas notas de regaliz que parecen dirigir el regusto. Muy fácil de beber y con pocas cosas que objetar, sigue el estilo con rigor. Si se están buscando emociones fuertes posiblemente no sea esta (ni ninguna del estilo) tu mejor opción. Sin embargo, si lo que se quiere es disfrutar del torrefacto sin complicarse la vida, adelante con total tranquilidad.

NOTA:

lunes, 2 de marzo de 2020

Rodenbach Alexander

MARCA: Rodenbach
MODELO: Rodenbach Alexander
ESTILO: Flanders Red Ale macerada con cerezas (5'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS: Rodenbach Alexander se empezó a elaborar en 1986, coincidiendo con el 200 aniversario del nacimiento de Alexander Rodenbach, uno de los fundadores de la fábrica. Cuando la empresa fue adquirida por Palm NV se dejó de elaborar, y no fue hasta el año 2016 cuando recuperaron esta receta en forma de edición limitada, aunque parece que finalmente se ha incorporado al catálogo de la marca. Consiste en la mezcla de un 33% de cerveza joven y el resto madurada durante 2 años en fudre de roble, macerada con cerezas.

Es una cerveza mate, de color rojo marronáceo y muy turbia. Si a esto le sumamos una espuma blanca muy escasa, que se limita a un anillo adherido a la copa y algún resto de la misma en el interior, la verdad es que el aspecto no es el más apetecible. Por suerte con Rodenbach no hay lugar para la desconfianza, y el aroma deja claro desde el primer instante que nos encontramos ante una cerveza de máximo nivel. El conjunto es agridulce, con un fondo cítrico y herbal muy fresco, como asidrado, en contrapunto al núcleo de malta tostada, frutos secos, pan negro, suave caramelo y gran cantidad de frutas rojas, sobretodo cereza y frambuesa, también algo de fresas, e incluso bayas y arándanos. Claros recuerdos de madera y Brettanomyces, notas de limón y leve heno, cerrando así un perfume complejo y muy atractivo.

En boca es extremadamente refrescante. Entra con mucha fruta, y ahí es evidente la cereza belga, sin olvidar tampoco a los otros frutos rojos. Después el dulzor gana peso con malta, algo de caramelo, toffee, quizá notas de higo. Tras esta curva surge la acidez que será la tónica predominante al final, asidrada, balsámica, y que seca las encías. En ella se encuentra mucha cereza, como no puede ser de otra manera, recuerdos de vino rosado, manzana verde, notas de granero y levadura salvaje. Regusto eterno, con cereza, frambuesa y levaduras, dejando una aspereza un poco quemante en la garganta. Es una cerveza extraordinariamente compleja y muy bien equilibrada, adjetivos que servirían para describir también a otras referencias de la marca. Para los que disfrutan de las Flanders Red Ale, esta es una de las que no hay que dejar escapar.

NOTA: