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viernes, 21 de junio de 2024

Krušovice Ležák 12

MARCA: Krušovice
MODELO: Krušovice Ležák 12
ESTILO: Pilsener
PAÍS DE ORIGEN: República Checa

CARACTERÍSTICAS: Durante un tiempo pensaba que Krušovice Imperial, que comentamos hace unos cuantos años, era la misma cerveza que esta Ležák 12, sin embargo parece que, pese a que la graduación alcohólica es la misma, el ESP de esta última es algo superior, alcanzando el 12.3%. Esta botella la encontré, la verdad es que de forma bastante inesperada, en una pequeña tienda local de Hondarribia durante las últimas vacaciones, y automáticamente me llevé una botella.

Visualmente es imponente, es cristalina, de un color dorado intenso, brillante, con una capa de espuma blanca y cremosa de un par de centímetros de grosor. Aroma simple y directo pero no por ello falto de interés, combina pan blanco, cereales y malta, con un punto de hierba recién cortada que parece gritar Saaz a los 4 vientos.

Sigue el mismo patrón en boca, predomina la malta aunque no renuncia al frescor. La entrada está dominada por el grano y los recuerdos de pan, y suave manzana de fondo. Dejando claro que se trata de una Pilsener, termina con un amargor final firme, rebosante de las notas herbales y terrosas propias del lúpulo Saaz, con un punto cítrico, que cierra en un regusto largo y lupulado. Cerveza sabrosa, fresca y fácil de beber, para engullir varias jarras seguidas.

NOTA:


martes, 10 de marzo de 2020

Krušovice Černe

MARCA: Krušovice
MODELO: Krušovice Černe
ESTILO: Schwarzbier (3'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: República Checa

CARACTERÍSTICAS: Tenía la impresión de que habían pasado pocas Schwarzbier por aquí, pero revisando el archivo del blog he visto que no es así en absoluto, simplemente resulta que una parte importante de las representantes que he probado no me han dejado muy satisfecho. Esto me hace plantearme si quizá sea que el estilo no encaja demasiado con mis gustos, aunque también es verdad que disfruto mucho las referencias más clásicas como Köstritzer o Mönchshof, así que es posible que todo haya sido cuestión de mala suerte. El caso es que Krušovice me pareció una apuesta bastante segura para volver a atacar algo del estilo, no es la mejor cervecera checa pero por lo general hacen las cosas como se debe, así que me llevé a casa esta botella esta botella que encontré en Líquidos las pasadas Navidades.

Es una cerveza negra brillante, opaca, cubierta por una espuma beige de burbuja microscópica que se reduce con rapidez, quedando un anillo firmemente adherido al vidrio. Al acercar la nariz me di cuenta de que echaba de menos las Schwarzbier, al ser recibido por un perfume fresco, delicado, con malta tostada, chocolate negro y café del grano torrefacto, adornado por aromático lúpulo herbal y mineral. Nada que ver con la potencia y profundidad de cervezas negras de alta graduación, esto apunta a sencillez, a beber sin complicaciones. 

Como es habitual en boca es muy ligera, de textura casi acuosa; el medio litro se puede hacer corto, y además la baja graduación alcohólica ayuda. La entrada es fácil, con un dulzor moderado en forma de chocolate, suave malta, café solo marcado, y un ahumado muy ligero que se hace algo más prominente al final. Cierra con un amargor medido, lúpulo mineral y levemente herbal, un toque de acidez especiada y discretas notas de regaliz que parecen dirigir el regusto. Muy fácil de beber y con pocas cosas que objetar, sigue el estilo con rigor. Si se están buscando emociones fuertes posiblemente no sea esta (ni ninguna del estilo) tu mejor opción. Sin embargo, si lo que se quiere es disfrutar del torrefacto sin complicarse la vida, adelante con total tranquilidad.

NOTA:

domingo, 20 de octubre de 2019

Krušovice Imperial

MARCA: Krušovice
MODELO: Krušovice Imperial
ESTILO: Pilsener (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: República Checa

CARACTERÍSTICAS: Krušovice es el nombre de una diminuta localidad de la región de Bohemia Central, y da nombre a una de las cerveceras más antiguas del mundo, fundada en 1581. En 1583 fue comprada por el emperador Rodolfo II, motivo por el cual mantienen la corona de Austria en la etiqueta. En 1685 pasó a manos de la familia noble Valdštejn hasta que en 1945, con la llegada del Comunismo, fue incorporada al Estado. En 1993 fue privatizada de nuevo, y pasó a formar parte del gigante Heineken en el año 2007. Dentro de su catálogo, bien provisto de elaboraciones clásicas, esta es una Ležák de 12º Plato que creo que en el mercado checo lleva el nombre Královská.

Es de un color dorado intenso, brillante, totalmente transparente, con bastantes burbujas que suben de forma aislada. Tiene medio dedo de cremosa espuma blanca, bastante homogénea. En nariz es todo malta y masa de pan, dulce, cálida, con un punto de bollo, algo de toffee y frutas maduras como manzana y pera. El lúpulo suma un perfume floral, con notas de miel, y un deje cítrico y mineral, dándole una cierta complejidad muy interesante.

En boca es exactamente como uno esperaría de este tipo de cervezas. Lo primero en salir es la malta, dulce pero no demasiado, masa de pan, algo de cereal y suave toffee. Se acompaña con las mismas frutas de antes, aunque los cítricos destacan algo más que en el aroma. El nivel de carbonatación y el cuerpo están clavados. Termina con un final amable, de amargor medio, con un marcado carácter mineral, flores, cítricos, leve especia picante y un punto medicinal. Repleta de sabor, es más seca que sus hermanas bávaras pero la jarra se vacía igual de rápido. La verdad es que me ha gustado mucho, y soy plenamente consciente de que hay cervezas mucho mejores en República Checa.

NOTA: