MODELO: Lausitzer Porter Schwarzes
ESTILO: Schwarzbier (4'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: ¿Qué probabilidad hay de encontrarse en 2 meses con 3 cervezas alemanas a las que apenas puedes darles un par de tragos? Empiezo a tener la sospecha de que soy víctima de algún tipo de maldición que me hace toparme con las peores cervezas oscuras de este país porque esto no es ni medio normal. En esta ocasión la responsable es una "Porter" de la cervecera Bergquell, una fábrica centenaria situada en Löbau, una localidad sajona de 15.000 habitantes muy cercana a Görlitz, donde se elabora otro de los espantos cerveciles que he tomado este año. ¿Casualidad? No sé muy bien que pensar...
A diferencia de las otras dos esta consigue no hacer saltar las alarmas gracias a un aroma razonablemente interesante, dominado por potente malta tostada acompañada por caramelo y suaves notas de café y toffee, y un toque de lúpulo herbal. Resulta un poco neutro aunque, a pesar de un mínimo recuerdo metálico que enturbia un poco el conjunto, tampoco se podría calificar como desagradable.
Ojalá siguiesen así las cosas en el sabor, pero esta cerveza no ofrece ni un segundo de tregua y desde el primer segundo un líquido algo pastoso de dulzor excesivo satura las papilas con una mezcla de caramelo, té negro, chocolate con leche, azúcar moreno y similares, recordando en cierta medida a un flan de vainilla. No hay evolución alguna, desde que toca la lengua hasta que pasa la garganta este sabor empalagoso es todo lo que se puede encontrar, hace falta fuerza de voluntad para no tirarla inmediatamente al fregadero. Todo un despropósito, muy imaginativo hay que ser para clasificar esta cerveza como una Porter... y no quiero ni imaginarme como serán las de fresa y de cereza que comercializa también esta fábrica.
A diferencia de las otras dos esta consigue no hacer saltar las alarmas gracias a un aroma razonablemente interesante, dominado por potente malta tostada acompañada por caramelo y suaves notas de café y toffee, y un toque de lúpulo herbal. Resulta un poco neutro aunque, a pesar de un mínimo recuerdo metálico que enturbia un poco el conjunto, tampoco se podría calificar como desagradable.
Ojalá siguiesen así las cosas en el sabor, pero esta cerveza no ofrece ni un segundo de tregua y desde el primer segundo un líquido algo pastoso de dulzor excesivo satura las papilas con una mezcla de caramelo, té negro, chocolate con leche, azúcar moreno y similares, recordando en cierta medida a un flan de vainilla. No hay evolución alguna, desde que toca la lengua hasta que pasa la garganta este sabor empalagoso es todo lo que se puede encontrar, hace falta fuerza de voluntad para no tirarla inmediatamente al fregadero. Todo un despropósito, muy imaginativo hay que ser para clasificar esta cerveza como una Porter... y no quiero ni imaginarme como serán las de fresa y de cereza que comercializa también esta fábrica.
NOTA:
5 comentarios:
Jajaja! Hombre una maldición no sé, pero tienes que reconocer que muy buena pinta tampoco es que tenga la etiqueta, así que... XD
Anda y bebe alguna de esas francesitas que acabo de ver por twitter... ;P
Reconozco que no, pero una Schwarzbier mediocre ya podía haber sido, tampoco pedía más :(
Te haré caso, y esta misma noche además. Como no ha habido votos puedo optar por la que quiera ^^
Con la de cantidad de buenas fábricas de cerveza que hay en Alemania, ya es mala suerte, sí. Al igual que sucede con las buenas, con las malas hay que tenerlas también bien vigiladas, para no pecar de incautos. Por cierto, yo también tengo ganas de que nos cuentes algo acerca de alguna francesa de las que tienes en la recámara,jejeje. Salu2!
Pues la siguiente que comentaré es francesa, y adelanto que bastante buena.
En Alemania ,hay de todo buenas y malas. Hay mucha cerveza industrial que no vale un pimiento
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