MODELO: Mönchshof Bayerisch Hell
ESTILO: Münchner Hell (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Pese a mi reciente viaje a Baviera, con contrabando cervecil incluido en el vuelo de vuelta, esta botella no la conseguí por esta vía sino que me la trajo la internista Vicky de ¿Stuttgart? (puede, no estoy seguro), donde cargó su furgoneta de botellas y de novios... o al menos de un novio, que llevaba varios meses por ahí perdido. La fábrica que la elabora, Kulmbacher, no es, ni mucho menos, mi favorita de esta región alemana... sin embargo sí que es cierto que varias de sus cervezas me fascinan, sobretodo la Eisbock y su Hefe-Weißbier Kapuziner.
Las Helles son un tipo de cervezas que últimamente estoy disfrutando mucho, aunque tienen el inconveniente de que hay que beberlas poco tiempo después de su elaboración para encontrarlas en su punto álgido, además de que no soportan demasiado bien los viajes. Quizá esto haya tenido parte de culpa, pero esta cerveza la verdad es que pareció tan buena como esperaba. Es dorada, con una espuma porosa no demasiado abundante, y emite un aroma de intensidad ligera, compuesto por una mezcla de malta dulce, cereales y pan fresco, entrelazados con notas de manzana golden, un punto de especia picante con un firme recuerdo floral, y un levísimo toque cítrico y levaduroso. Esta descripción podría encajar con muchas Münchner Hell, sin extraerse de su lectura ninguna característica negativa, aunque es cierto que tampoco sugiere tener unas cualidades excepcionales
Respecto a este tema, pasa exactamente lo mismo con el sabor, que sigue además unas líneas superponibles a las del aroma. Es también moderadamente dulce, con una base de malta y suave miel, algo picante gracias a la ayuda de la carbonatación, que da una leve efervescencia en la punta de la lengua. Se complementa con notas frutales, manzana golden sobretodo y más suave pera y cítricos, para terminar en un final de amargor discreto, claramente floral, con tenues recuerdos terrosos, minerales y especiados. No es la cerveza más compleja ni sabrosa, incluso se podría decir que es algo simple, pero no obstante resulta refrescante y disfrutable sin esfuerzos. Quizá no sea como para buscarla de propio, pero yo no le haría ascos si me la vuelvo a encontrar. ¡Gracias, Vicky!
NOTA:
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