Aufsesser Seidla Hell

MARCA: Aufsesser

MODELO: Aufsesser Seidla Hell

ESTILO: Münchner Hell (5'1% ABV)

PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Vuelvo a atacar a esta fábrica de la Alta Franconia de diseño sobrio y elegante que conocí hace un par de años, donde por cierto también se elaboran las cervezas Wegseidla. Es curioso como es la memoria: cuando compré esta botella no recordaba haber probado su Dunkel, y sin embargo sí que tenía la impresión de que era una muy buena marca. Debe de haber alguna parte del subconsciente dedicada a la cerveza de calidad.

Es una Helles muy pálida, de color pajizo blanquecino. Tiene una espuma blanca de burbuja gruesa y poco duradera, en escasos segundos ha desaparecido casi por completo. Sin complicaciones en aroma, y tampoco demasiada intensidad, con un núcleo de malta, masa de pan y cereales, acompañado por algo de manzana y pera.

Sorprende la textura, la burbuja es bastante gruesa y marcada para el estilo. El sabor es dulce, predomina la malta, más suave dulce de membrillo, manzana asada y caramelo de miel. Esta tendencia la rompe un amargor final, herbal, cítrico y algo mineral, bastante largo, que aporta un frescor importante y anima a seguir bebiendo. Es una Helles peculiar, es difícil que destaque a nivel de calidad teniendo en cuenta el nivel que hay en Franconia, pero está buena.

NOTA:

Aufsesser Dunkel

MARCA: Aufsesser

MODELO: Aufsesser Dunkel

ESTILO: Dunkel Lager (4'7% ABV)

PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: En la Alta Franconia, entre Bamberg y Bayreuth, se encuentra el municipio de Aufseß, que da nombre a la marca de cerveza Aufsesser. La fábrica fue inaugurada en 1886 por Johann Rothenbach y, dado que el equipamiento fue adquirido a un monasterio Franciscano en Gößweinstein, el primer lote se elaboró con ayuda de un monje. Actualmente es la sexta generación de esta familia la que se encuentra al cargo tanto de la cervecera como de la taberna vinculada a la misma. Comercializan 9 cervezas distintas de estilos tradicionales, y yo, por culpa de mi adicción a las Dunkel, opté por ese estilo para estrenarme con esta marca.

Además de oscura, con un color marrón roble y algún reflejo pardo, es una cerveza muy turbia, con una capa de 2-3 mm de crema de burbuja microscópica. La malta tostada protagoniza el aroma, y además se acompaña de media panadería: masa, pan blanco, bollería y galleta. Notas de ciruelas compensan un poco la parte más sobria del trago, aportando notas dulces que buscan redondear el conjunto.

En boca al principio pasa desapercibida, pero poco a poco se posiciona y acaba siendo una Dunkel más que resultona. Se mantiene la relevancia del grano, con una entrada con mucho tostado, malta, pan integral, generoso cacao frutos secos, más suave café y un mínimo toque de caramelo. De cuerpo medio, el final lo protagoniza un amargor herbal y muy mineral, donde el lúpulo noble es el rey. Es curioso, tiene el frescor de una Pils pero permitiendo que los tostados se expresen en plenitud, cualquier época del año le viene bien a esta cerveza.

NOTA: