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domingo, 11 de noviembre de 2012

Luchs Bio Bier Kellerbier

MARCA: Luchs Bio Bier
MODELO: Luchs Bio Bier Kellerbier
ESTILO: Kellerbier biológica (5'6% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Recordaba haber visto esta marca hace unos 5 años en alguno de los bares de Zaragoza, quizá en Juan Sebastian Bar, gracias al llamativo lince (si me equivoco que algún biólogo me de una paliza) de su etiqueta. No había vuelto a toparme con ella hasta hace escasas semanas, cuando Ana (a.k.a. "la Musculosa) me la trajo a casa un par de botellas que encontró por casualidad, entre ellas esta Kellerbier a la que decidí hacer reseña. Está elaborada por Michael Brauerei, una pequeña cervecera de unos 100 años de antigüedad emplazada en la diminuta localidad de Weißenstadt, a unos 30 kilómetros de otras más conocidas por temas cerveceros como son Bayreuth y Kulmbach.

Es una cerveza de color pardo rojizo, velada, cubierta por 2 dedos de espuma amarillenta que desaparece con rapidez. Reconozco que por ser "Bio" no esperaba gran cosa de ella, este tipo de cervezas suelen dejarme algo frío por ser poco intensas, y me sorprendió la densidad de su aroma, bien cargado de frutas maduras como ciruelas, pera e incluso dátiles, sobre un trasfondo de malta tostada y sirope de caramelo, dulce y sugerente. Termina de adornar su perfume un soplo de lúpulo, vestido de naranja y flores, con suaves dejes de canela y limón.

Quizá no resulta tan sabrosa en boca y se evidencia cierta falta de cuerpo, como es habitual en las cervezas "Bio" alemanas, aunque no se acerca, ni mucho menos, a niveles desastrosos. La malta se presenta firme, acompañada de frutos secos y suaves notas de dátiles y caramelo, que se acentúan levemente al final intercalándose con recuerdos de manzana golden. Como no podía ser de otra manera termina con suavidad y delicadeza, conformando un mínimo amargor especialmente frutal y floral, salpicado de discretas pinceladas de cítricos, canela y clavo. En algún momento se echa en falta algo más de contundencia, incluso tratándose de una Keller, pero la verdad es que se disfruta tanto que al final la botella se hace pequeña.

NOTA: