lunes, 17 de febrero de 2020

EKU 28

MARCA: EKU 28
MODELO: EKU 28
ESTILO: Doppelbock (11% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: En el año 1872 se fundó en Kulmbach, en la Alta Franconia, la cervecera Erste Kulmbacher Unionbrauerei, a lo que corresponden las siglas EKU. Tienen en su repertorio 6 cervezas distintas de corte clásico germano, que elaboran siguiendo la Reinheitsgebot, y entre ellas la más popular en nuestro país es con diferencia la que comento hoy, puesto que durante mucho tiempo ha estado en las estanterías de diferentes supermercados (aunque en mi caso compré esta botella en La Vinoteca). Tiene 11º de alcohol y un extracto original del 25%, y durante un tiempo fue mi archienemiga: era incapaz de terminarme la botella. Volví a probarla años después con una impresión más positiva, y esta semana me apeteció dedicarle un rato para desempatar.

Es una cerveza de color marrón pardo con un brillo rojizo, ligeramente velada. Genera al servirla una escasa espuma blanca, y en segundos ha desaparecido absolutamente toda, pese a lo cual se ve una potente carbonatación ascendiendo hasta la superficie. En nariz es tan potente como dulce, con malta tostada, toneladas de toffee, bizcocho y suave chocolate con leche, que se juntan con ciruelas sobremaduras, algo de guindas, higos e incluso recuerdos de dátiles. El lúpulo aporta un toque herbal discreto, todeado por pimienta contundente, apoyada por el calor del alcohol, y algo de canela. Muy golosa, preludio del sabor.

Yo de verdad creo que no es una cerveza para todo el mundo, y definitivamente no es para mí. Entra en boca con toda la artillería, toneladas de caramelo, dulcísima malta tostada, bizcocho de chocolate, higos muy maduros, ciruelas pasas y dátiles. Cuerpo completo, incluso textura algo viscosa. En el final termina de explotar con una carga de dulce todavía mayor, con recuerdos de crema catalana, algo de azúcar quemado, sale alcohol calido y goloso, y una generosa carga de especia picante. El amargor final está eclipsado, aunque se intuye algo de cítricos y minerales, antes de concluir en un largo regusto con cacao y un leve toque quemado. Así transcurrió el desempate, y finalmente creo que gana mi "yo" del pasado... no creo que sea una cerveza espantosa, pero a mí me sigue empalagando. Prefiero Doppelbock más equilibradas, y no necesito tanto alcohol para nada.

NOTA:

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