MODELO: Sládkův Měšťan (Lehké Svetlé)
ESTILO: Pale Lager (3'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: República Checa
CARACTERÍSTICAS: Modelo producida por la cervecera Staropramen, cuyo bajón de calidad desde que fue absorbida por la gigante InBev parece estar en boca de muchos. La compré casi regalada en un supermercado en Praga, antes de coger mi tren a Zurich, y me decidí a probarla ya en casa, un Domingo de esos que no te apetece hacer absolutamente nada.
El aspecto es muy típico, un color dorado y brillante que indica que está filtrada, coronado por una capa de espuma que desaparece por completo en cuestión de segundos. Al acercarme a beber me sucedió un fenómeno que nunca antes había experimentado, me pareció percibir un aroma ligeramente frutal, algo dulzón, totalmente atípico en esta clase de cervezas, que me sugestionó muy positivamente, haciéndome pensar que me había hecho por pura casualidad con una cerveza excelente.
Y nada más lejos de la realidad, el primer sorbo arrasó con todas mis esperanzas, al notar un sabor nada agradable, ni siquiera refrescante, con una agresividad extrema debido al excesivo amargor, conjuntado con un cuerpo inexistente, que encima es muy duradero y llena la boca por completo. Ante esta situación, no pude volver evitar volver a centrar mi atención en el olfato, y en efecto, lo más probable es que en el primer momento tuviese un lapsus, porque como por arte de magia el olor se convirtió en el propio de las lager de supermercado.
Desencantado, tomé algunos tragos más, más por poder hacer una reseña en condiciones que por gusto, percibiendo ese sabor amargo, plano, aburrido, que pasa bastante desapercibido para la lengua y se centra en castigar al paladar, con una efervescencia que persiste en el regusto, donde deja una sensación que junto con el sabor recuerda a las aspirinas. Por algún motivo, este modelo me ha hecho acordarme de La Ronda 1.
El aspecto es muy típico, un color dorado y brillante que indica que está filtrada, coronado por una capa de espuma que desaparece por completo en cuestión de segundos. Al acercarme a beber me sucedió un fenómeno que nunca antes había experimentado, me pareció percibir un aroma ligeramente frutal, algo dulzón, totalmente atípico en esta clase de cervezas, que me sugestionó muy positivamente, haciéndome pensar que me había hecho por pura casualidad con una cerveza excelente.
Y nada más lejos de la realidad, el primer sorbo arrasó con todas mis esperanzas, al notar un sabor nada agradable, ni siquiera refrescante, con una agresividad extrema debido al excesivo amargor, conjuntado con un cuerpo inexistente, que encima es muy duradero y llena la boca por completo. Ante esta situación, no pude volver evitar volver a centrar mi atención en el olfato, y en efecto, lo más probable es que en el primer momento tuviese un lapsus, porque como por arte de magia el olor se convirtió en el propio de las lager de supermercado.
Desencantado, tomé algunos tragos más, más por poder hacer una reseña en condiciones que por gusto, percibiendo ese sabor amargo, plano, aburrido, que pasa bastante desapercibido para la lengua y se centra en castigar al paladar, con una efervescencia que persiste en el regusto, donde deja una sensación que junto con el sabor recuerda a las aspirinas. Por algún motivo, este modelo me ha hecho acordarme de La Ronda 1.
4 comentarios:
Desde luego, muy reñidos estamos con esta marca. Con leer tu crítica me he acordado de la básica del mercadona de Staropramen, y he sentido el mal gusto que tiene.
Ayayay!!! Te llevaste una de las peores cervezas del mercado! Origalmente se elaboraba en Měsťasnský Pivovar Praha, que hoy ha sido transformado en en un edificio de departamentos de lujo. No es más que una marca barata de Braník, a su vez una versión barata de Staropramen, a su vez convertida en una versión barata de Stella... Todo dicho....
Creo que los únicos que toman esta cerveza son los borrachos...
Borrachos con bastante mal gusto, supongo, porque para esto casi es mejor gastarte 5 CZK más y beber algo medianamente apetecible. xD
Ay, tengo que volver a Praga, hecho de menos las del Pivovarsky y en general las checas no importadas.
PD: Sabía que aparecerías por aquí para abominar de ella. xD
Este esperpento embotellado es una viva muestra de que cervezas de porquería se pueden conseguir en cualquier lado. Porque ésta es fea con orgullo.
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