MODELO: Bavaria Weizenbier Hefe-Dunkel
ESTILO: Dunkelweizen (5'3% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: Eder & Heylands es una cervecera alemana situada en las proximidades de Frankfurt que lleva desde su fundación en 1872 bajo la dirección de la familia Eder. Empleando cebada del valle del Rin y lúpulo del sur de Alemania y Chequia elaboran principalmente dos marcas distintas, Schlappeseppel y Bavaria, siendo esta última la más accesible en España. Ambas dos han sido galardonadas en diversas ocasiones, de lo que por supuesto se enorgullecen sus responsables.
No sé por qué motivo nunca he tenido demasiado interés por esta cerveza, pero como la ví de oferta en el supermercado me animé a cogerla y nada más llegar a casa la serví en un vaso alto, pudiendo ver una cerveza de color pardo, madera, con una capa de espuma entre blanca y beige muy cremosa. El perfume que despide es intenso y meloso, muy afrutado, con notas de platano maduro sobre un fondo de chocolate con leche, muy sutil, a lo que se suman fuertes matices de canela y especias picantes. Realmente es un aroma exquisito, muy apetitoso.
Por desgracia este estupendo inicio es eclipsado por completo por el que es probablemente el sabor más hueco que he encontrado en una Dunkelweizen, carente de esa densidad en el trago tan común en las cervezas de trigo y que tanto me gusta, de manera que parece que se esté bebiendo agua. Se aprecia una leve acidez, un mínimo afrutamiento y malta suave, y el regusto es igual de vacío, carente de todo interés, con un amargor casi inexistente y, con suerte, se intuyen las especias, aunque casi más por convencimiento que otra cosa. Menos mal que solo pillé uno de estos aburrimientos embotellados, pero aun así me quedé con una duda: si compras el pack, ¿qué haces con las otras 3 cervezas?
No sé por qué motivo nunca he tenido demasiado interés por esta cerveza, pero como la ví de oferta en el supermercado me animé a cogerla y nada más llegar a casa la serví en un vaso alto, pudiendo ver una cerveza de color pardo, madera, con una capa de espuma entre blanca y beige muy cremosa. El perfume que despide es intenso y meloso, muy afrutado, con notas de platano maduro sobre un fondo de chocolate con leche, muy sutil, a lo que se suman fuertes matices de canela y especias picantes. Realmente es un aroma exquisito, muy apetitoso.
Por desgracia este estupendo inicio es eclipsado por completo por el que es probablemente el sabor más hueco que he encontrado en una Dunkelweizen, carente de esa densidad en el trago tan común en las cervezas de trigo y que tanto me gusta, de manera que parece que se esté bebiendo agua. Se aprecia una leve acidez, un mínimo afrutamiento y malta suave, y el regusto es igual de vacío, carente de todo interés, con un amargor casi inexistente y, con suerte, se intuyen las especias, aunque casi más por convencimiento que otra cosa. Menos mal que solo pillé uno de estos aburrimientos embotellados, pero aun así me quedé con una duda: si compras el pack, ¿qué haces con las otras 3 cervezas?
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