MARCA: Lösch-Zwerg
MODELO: Lösch-Zwerg Würzig
ESTILO: Pale Lager (5'2% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania
CARACTERÍSTICAS: En oposición a las habituales marcas de cerveza alemanas de varios cientos de años de historia hoy toca comentar una que estará con total seguridad entre las más jóvenes del país, puesto que fue creada por su dueño, Josef Schimpfle, hace tan apenas 12 años. Elabora de forma artesanal, fermentando en cubas abiertas, además de esta 3 cervezas más: una Pils, que no me importaría probar, y dos modelos basados en la mezcla de cerveza y refresco, a las que, la verdad, no suelo ser muy aficionado (una de ellas una Weizen con cola, cuanto menos curioso).
Antes de servirla no da la impresión de ir a revolucionar el mundo cervecil, y no cabe duda que en este aspecto no resulta una sorpresa y solo da lo que cabe esperar de ella. Es una cerveza dorada algo apagada, con una espuma blanca escasa aunque suficientemente robusta. Exhibe su punto fuerte al olfato, con un intenso perfume cargado de cítricos, sobretodo limón, dejando a la malta un poco más de fondo, acompañada de muy sutiles toques de naranja y miel, y un medido toque de picante y hierba que termina de ajustar un aroma muy logrado.
Los cítricos pierden su fuerza en el trago, dejando paso a un dominio de la dulce malta, con claras notas de manzana y suave miel. Este dulzor inicial lo combate un amargor floral moderado, con un punto ácido y picante muy agradable, dejando en la boca un refrescante regusto frutal. En un principio resulta una cerveza realmente buena, la pena es que a los pocos minutos pierde algo de fuerza, se aplana y se vuelve un poco pesada... aunque disfrutable de todas formas. Creo que sus pretensiones no van más allá de una cerveza corriente para tomar en cualquier momento, y en ese papel se puede desenvolver sin demasiado problema.
Antes de servirla no da la impresión de ir a revolucionar el mundo cervecil, y no cabe duda que en este aspecto no resulta una sorpresa y solo da lo que cabe esperar de ella. Es una cerveza dorada algo apagada, con una espuma blanca escasa aunque suficientemente robusta. Exhibe su punto fuerte al olfato, con un intenso perfume cargado de cítricos, sobretodo limón, dejando a la malta un poco más de fondo, acompañada de muy sutiles toques de naranja y miel, y un medido toque de picante y hierba que termina de ajustar un aroma muy logrado.
Los cítricos pierden su fuerza en el trago, dejando paso a un dominio de la dulce malta, con claras notas de manzana y suave miel. Este dulzor inicial lo combate un amargor floral moderado, con un punto ácido y picante muy agradable, dejando en la boca un refrescante regusto frutal. En un principio resulta una cerveza realmente buena, la pena es que a los pocos minutos pierde algo de fuerza, se aplana y se vuelve un poco pesada... aunque disfrutable de todas formas. Creo que sus pretensiones no van más allá de una cerveza corriente para tomar en cualquier momento, y en ese papel se puede desenvolver sin demasiado problema.
NOTA:
