MODELO: Liefmans Goudenband
ESTILO: Flanders Oud Bruin (8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Toca la octava edición del FFdA de Birraire, y la verdad es que ganas no me faltaban; en cada sesión llego con varias cervezas como candidatas para el evento y grandes dificultades para elegir cuál presentar, y más todavía en la convocatoria de final de otoño, cuando los primeros días fríos del año hacen más apetecible descorchar cervezas oscuras, las que en principio mejor aguantan el paso del tiempo. En esta ocasión, y cambiando la tónica de mis otras contribuciones a este genial evento, he optado por una cerveza de corte totalmente clásico y conocida por casi todos los amantes de la cerveza: Goudenband de Liefmans. Se trata de una elegante Oud Bruin, obtenida a partir de una cerveza fermentada en tinas abiertas mediante múltiples levadura y madurada durante entre 4 y 12 meses en bodega, que a continuación se mezcla con cerveza más joven para desencadenar una segunda fermentación en botella. Esta botella ha permanecido 9 meses en mi despensa, por cierto, sin ningún motivo concreto además... simplemente no he encontrado el momento de abrirla.
Es muy opaca, de un marrón caoba incluso algo más oscuro, y al servirla genera una espesa espuma gris de burbuja muy fina, que en pocos minutos se reduce hasta una membrana. Su aroma es dulce, denso y acaramelado, recuerda al de los vinos de Oporto, con grandes cantidades de malta oscura, sin llegar al torrefacto, que se combina con toneladas de dátiles, ciruelas pasas y más suave higo, azúcar moreno y un deje de té. En un segundo plano, aunque jugando un papel relevante, quedan los ásperos tostados, bastantes frutos secos y lo fundamental, la acidez esperable del estilo, que se penetra parcialmente en el conjunto.
Sin embargo, cuando uno da el primer sorbo queda claro que sabor y aroma están en distinto párrago. Desde el inicio se presenta una acidez moderada, que se refuerza en la punta de la lengua, y se opone al dulzor natural de esta cerveza, consiguiendo un contraste muy agradable y balanceado. Junto a las notas de lima de la acidez se posicionan intensos recuerdos de cereza picota, y algo más leves zarzamora y bayas, quedando de fondo malta tostada dulce, suave caramelo y algún toque licoroso o avinado. La fantástica complejidad y delicadeza del trago no se pierde al final, sino que aprovechando el amargor resurge una acidez controlada, con notas de manzana verde y cítricos, apoyada en algo de hierba y frutas del bosque, quedando cerezas, levísimo alcohol y una medida sequedad en la garganta una vez que ha pasado la bebida. No soy muy objetivo con esta cerveza, eso lo reconozco, pero cada vez que la tomo le veo más virtudes: es sabrosa, compleja, delicada, y tanto joven como añejada siempre me parece una de las más completas que se pueden tomar.
NOTA: