sábado, 28 de agosto de 2010

Gaffel Kölsch

MARCA: Gaffel
MODELO: Gaffel Kölsch
ESTILO: Kölsch (4'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: Esta botella de la cervecera fundada en 1908 con el mismo nombre fue objeto de debate etílico en Colonia, donde está emplazada la fábrica, mientras disfrutabamos de un peculiar concierto tumbados en el suelo, consecuencia del acérrimo empeño de uno de los participantes del blog de defender Gaffel frente a Gilden, mientras el otro insistía en lo contrario. ¿En qué quedó la discusión? En nada porque la botella de Gilden murió en la maleta, pero de todas maneras supongo que el que defendía Gaffel habría tenido las de perder (fuese quien fuese, no es necesario entrar en detalles), al menos teniendo en cuenta la impresión que me produjo al beberla en casa, con más calma y menos alcohol en la sangre.

Sorprende a primera vista la extrema carbonatación que observa ascendiendo por el líquido dorado, que consigue que los dos dedos de espuma blanca que se forman al inicio no parezcan reducirse un ápice al pasar el rato. Igualmente potente es el aroma, dulce y complejo, con malta dulce y manzanas asadas como plato principal, acompañadas de una cierta acidez con notas de limón, marcados recuerdos de miel y flores, y un soplo de canela y pimienta que se eleva por encima de los demás aspectos.

Por desgracia un inicio tan prometedor queda arruinado por un sabor que ya desde el principio es excesivamente dulce y que finalmente resulta falto de fuerza. Comienza con malta, notas de manzana madura, algo de picante y un leve toque cítrico que se acentúa hacia el final, donde se junta con un amargor medio, un soplo de alcohol que calienta la boca, suave miel y un deje metálico. Para mi gusto azucarada en exceso, y da en boca una sensación pastosa que tampoco ayuda demasiado a disfrutar del trago, una cerveza pasable pero no más.

NOTA:

jueves, 26 de agosto de 2010

Jenlain Ambrée

MARCA: Jenlain
MODELO: Jenlain Ambrée
ESTILO: Bière de Garde Ambrée (7'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: La botella achampañada que compré en un supermercado de Toulouse, que tenía un precio más bien barato, es la Jenlain Ambrée, otra de las Bieres de Garde de la zona norte francesa. El otro día la compartí con mis padres durante la comida, sobre todo con la intención de que probaran algo distinto a Ambar, su dieta básica en cuanto a maltas se refiere.

Esta cerveza tiene nacimiento en la cervecera Duyck, que produce además otros estilos bajo el nombre de Jenlain. La más afamada cerveza de esta fábrica es la Jenlain Ambrée, que data del año 1922 y cuya receta incluye tres tipos de malta y tres de lúpulo. Leí bastantes comentarios favorables al respecto de esta ale, y aunque no me encontré con una cerveza extraordinaria, no me llevé ningún chasco.

Con 7'5% de alcohol, Jenlain Ambrée tiene un color cobrizo oscuro, cristalino y sin carbonatación aparente. Sobre el líquido se posa una capa de espuma beix blanquecino, que aunque escasa, perdura. Su olor es altamente maltoso, floral, acaramelado y levemente afrutado. El trago entra de manera suave, dejando a su paso un dulzor penetrante, con toque a pasas, caramelo y malta, que al rato se funde con un amargor persistente hacia el final. Me deja con una sensación un tanto indiferente, aunque repito, no me ha resultado un fracaso, como lo fue La Goudale.

NOTA:

miércoles, 25 de agosto de 2010

König Pilsener

MARCA: König
MODELO: König Pilsener
ESTILO: Pilsener (4'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Alemania

CARACTERÍSTICAS: De la cervecera König, fundada por Theodor König en 1858 en Duisburg, es König Pilsener, una de las pocas cervezas que me quedan de las que me traje de Düsseldorf, y con diferencia la que menos me interesaba de todas, con pinta de ser la típica Pils alemana aburrida, sin nada interesante que contar... sin embargo, no había nada más interesante en el supermercado del Weeze y el equipaje no estaba a tope, así que hice de tripas corazón y la cogí, deseando que en caso de que la maleta recibiese un golpe en el avión fuese esta botella la que se sacrificase y salvase a alguna Alt o Kölsch. Cosa que, por cierto, no sucedió...

Leyendo que en los últimos 10 años fue adquirida primero por Holsten, grupo que después fué absorbido por Carlsberg, quienes recientemente se deshcieron de ella vendiéndola a Bitburger, pocas esperanzas me quedaban de que quedase algo de cerveza tras tanto ajetreo. Resulta que no me equivocaba, tras el aspecto típico de una cerveza, eso sí, bastante bien gasificada, no había otra cosa que una típica cerveza mediocre, que se presentaba con un dulce aroma a malta y cereales casi exclusivamente, con una suave acidez cítrica un tanto agria y un mínimo toque de hierba.

El sabor tiene el punto a favor de que es intenso, sin embargo en mi opinión le sobra amargor por todas partes, le quita casi toda la presencia a la malta y deja vivo cierto gusto a limón, bastante discreto pero que por suerte consigue aportarle algo de acidez. Tras pasar la fuerte efervescencia, acaba conduciendo a un final bastante seco de amargor intenso, donde también destaca un gusto metálico y la acidez cítrica que parece ganar fuerza, mientras que un moderado toque herbal se mantiene en segundo plano. He leido por ahí críticas muy positivas de esta cerveza con las que no puedo estar más en desacuerdo... si bien no me ha supuesto ningún suplicio beberla tampoco es algo que haya disfrutado demasiado.


NOTA:

lunes, 23 de agosto de 2010

Nueva Tienda en Zaragoza: Líquidos

NOTA IMPORTANTE: Esta tienda cerró en el 2015. Un nuevo proyecto de sus responsables fue abierto a lo largo de dicho año en la calle Santa Orosia de Zaragoza

No habíamos comentado hasta ahora ninguna tienda donde adquirir cervezas, en mi caso debido más que nada a que en Zaragoza, aparte de la estupenda selección del Corte Inglés y algunas tiendas rusas y sudamericanas no había gran cosa. Al menos eso creía yo hasta que yendo a cobrar un cheque a finales de Julio (bastante escaso, que nadie piense cosas raras) me pareció ver por el rabillo del ojo una botella de Schneider Weisse dentro de un escaparate en Avenida Goya número 23. Mirando mejor, no era la única cerveza interesante en ese escaparate, pero mirando aún mejor la tienda estaba cerrada, así que decidí pasarme otro día pues romper el cristal para ver qué más cervezas había en el interior me pareció a todas luces excesivo.

A la mañana siguiente ya estaba en la puerta, dispuesto a echar un vistazo y agenciarme cualquier cosa interesante que hubiese, aunque tampoco esperaba gran cosa. Craso error, aparte de un frigorífico nada más entrar con cervezas de importación en su interior, había una estantería a rebosar de botellas y junto a esta otra con menor cantidad, pero todas ellas cervezas de una calidad excepcional, entre las que se podían ver productos de Brewdog, Samuel Smith, Orval, Spitfire, Flying Dog, Chimay, Rochefort, La Chouffe, Blanche de Namur, Gulden Draak, y un largo etcétera.

El dueño fue tremendamente amable, como todas las sucesivas veces que he acudido a su tienda, charlamos un rato y me explicó que las de la estantería derecha van rotando y que procuran traer marcas distintas por lo menos cada mes, aunque habitualmente cada semana o dos semanas hay novedades. Ya estaba suficientemente entusiasmado con la tienda cuando a la hora de pagar llego la segunda sorpresa, dos Flying Dog, una Blanche de Namur y una Samuel Smith Imperial Stout y el precio no sobrepasaba los 10 euros. Y la tercera sorpresa, cada 4 botellas de importación una copa de regalo de entre las que estuviesen disponibles, lo cual siempre hace que te vayas más contento a casa. (nota: esta reseña fue hecha en el 2010, la promoción de la copa se eliminó unos meses después y los precios son ahora algo más elevados que entonces)

No es una tienda exclusivamente de cervezas sino que también venden refrescos, vinos y otros licores, pero está claro que la cerveza ocupa un lugar muy importante en ella. Además, un detalle que me dejo muy satisfecho es que el dependiente tiene amplios conocimientos en materia cervecil, por lo que conoce perfectamente los productos que vende y puede aconsejar en caso de duda sin ningún tipo de problema.


TIENDA: Líquidos
DIRECCIÓN: Avenida Goya, 23
POBLACIÓN: Zaragoza
PROVINCIA: Zaragoza

sábado, 21 de agosto de 2010

La Goudale Bière Blonde

MARCA: La Goudale
MODELO: La Goudale Bière Blonde
ESTILO: Bière de Garde Blonde (7'8% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia

CARACTERÍSTICAS: Una vez terminadas las alemanas del viaje a Düsseldorf (aunque he reservado una botella de Diebels para alguna ocasión especial), es momento de dar paso a las cervezas que me traje del viaje al sur de Francia. Al ser un tour en autobús, tuve la suerte de parar en un área de restaurantes donde también había un colosal hipermercado, el más grande que he visto hasta la fecha. Contaba con su zona de cervezas exquisitamente ordenadas (y de la de vinos ni hablemos), así que con gozo me agencié unas cuantas cervezas francesas, muchas de las cuales no había visto hasta entonces.

La Goudale, una de las cervezas que cayeron en esta parada, viene fabricada por la cervecera De Gayant, la misma que hace la "excepcional" La Bière du Demon (léase con voz de ultratumba), de la que Embracing y otros compañeros hablaron en su momento. Está situada cerca de Bélgica, en una zona bastante cervecera, y data de 1919. No quise leer nada de ella hasta después de probarla, y por lo que comprobé, no parece distar mucho de su compañera demoníaca.

La Goudale es una una Bière de Garde, viste un color ambarino dorado, con espuma blanca y suave que permanece sobre el líquido, y una elevada carbonatación. Tiene una presencia muy bonita. Desprende un olor maltoso y floral, con deje afrutado y presencia insistente del alcohol. Es una cerveza de 7'2% de alcohol, una de esas cervezas excepción, lager de alta fermentación. Su sabor se presenta intenso, caramelizado y dulzón, pero no se hace esperar una oleada alcohólica que empaña el trago. Sin duda olía mejor que sabía. Deja un final amargo con recuerdo del alcohol, bastante denso.

Toda una desilusión, su etiqueta desprendía apariencia de humildad y buen hacer, pero ha resultado una cerveza tirando a malucha. Por lo que he podido leer tiene más historia y misteriosos lúpulos que buen resultado. Mal comienzo el de las francesas, por suerte aún quedan muchas.

NOTA:

viernes, 20 de agosto de 2010

Flying Dog Old Scratch

MARCA: Flying Dog
MODELO: Flying Dog Old Scratch
ESTILO: Märzen (5'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Estados Unidos

CARACTERÍSTICAS: La verdad es que la historia de la americana Flying Dog es curiosa, pues según dicen en su web la idea del perro volador surgió en 1983, como metáfora de "conseguir lo imposible", tras una ascensión al Himalaya que resultó un fracaso absoluto. No fue hasta 1990 cuando se fundó la empresa en Colorado, en ese momento en forma de brewpub, y al poco tiempo "consiguieron lo imposible", convirtiendose en una de las cerveceras con más renombre a nivel mundial, reconocida por la alta calidad de sus productos.

Esta fue la otra botella de esta empresa que me llevé en mi última compra (y porque era la única que quedaba, sino me habría agenciado más), y tras una satisfacción con reservas con Kerberos me moría de ganas por probar esta. Servida es de color rojo brillante, con reflejos pardo anaranjados, coronada por un dedo de espuma beige de una cremosidad perfecta, tiene una pinta increible. Además al acercar la nariz se mantiene este nivel, con un dominio absoluto de malta dulce y caramelo, leves recuerdos de café, un destacable soplo herbal y dejes de chocolate y alcohol, mezclandose con maestría y consiguiendo un aroma sorprendentemente agradable.

El sabor quizá ya no es para tanto, pero en mi opinión tampoco hay nada que reprocharle. Se presenta desde el primer momento de forma muy similar al aroma, con malta tostada y caramelo, dulce, dando una sensación cremosa, pero muy nivelado, con abundante lúpulo herbal y algo de café negro. En el final el dulzor también es la tónica, con un moderado amargor alcohólico, una mezcla de galleta, caramelo y mucha hierba, y un marcado toque picante con notas de canela y clavo, que hace difícil soltar la copa. No es una cerveza sorprendente ni especialmente compleja pero demonios, está muy bien hecha.


NOTA:

jueves, 19 de agosto de 2010

San Lorenzo 2010

Hace un par de años (cómo pasa el tiempo) hice un comentario sobre aquellas fiestas de San Lorenzo que pasamos en Huesca, centrándome en un día completamente cervecil. Pues bien, hace pocos días terminaron las fiestas del 2010, que han tenido sus correspondientes noches de excesos, risas y bailes. Como hice esa vez, hablaré de un día (creo recordar que fue el jueves) en el que la cerveza se elevó por encima de todo, coincidiendo (casualmente) con la llegada de Embracing a Huesca.

Recibí su visita poco antes de las tres de la tarde, encontrándonos a los pocos minutos con una botella de Ambar en la mano. Mi hermano, como buen anfitrión, decidió ofrecer los restos de una botella de Jägermeister que deambulaba por casa, que nos terminamos con gusto, al ritmo de conversaciones de cine y filosofía aristotélica.

Al poco rato, servimos en copas jarras la botella con tapón de corcho que Embracing había traído en señal de paz: La Trappe Witte. Tras bebérnosla comenzó una encarnizada batalla a la wii, degustaciones de músicas varias y una competición final por ver quién presentaba al violinista/pianista más rápido en youtube. Para entonces habíamos vaciado la nevera de botellas de Ambar, y servimos la Keler 18 que nos habían mandado de Damm. Concluímos la fiesta en casa reponiendo el frigorífico y cogiendo otro par de botellas para el (largo) camino.

Nos dirigimos hacia la casa de Jara, punto de encuentro de cerveceros de todo el mundo, y por el camino nos agenciamos un par de menús arago-catalanes: Ambar Export y Voll Damm. Ya en casa de nuestra amiga, y pensando en el futuro cercano, Embracing adquirió varios pares de litros ambarinos para la fiesta de después. Tras unos cuantos caipiriña (que yo no probé), la selección cervecil en forma de sexteto y un par de cervezas que tuvimos que acabarle a mi amiga, salimos hacia el local donde todos los San Lorenzos se concentra la mayor cantidad de alcohol, diversión y gente nueva del lugar. Continuó la fiesta en el rellano del susodicho habitáculo, entre botellas de Ambar, hasta que se nos echó el tiempo encima y tuvimos que ir en manada hacia la zona de bares.

Reconozco que fue bastante lamentable, pero poco tiempo después, tras unos cuantos hectolitros más en la entrada de un bar, Embracing y yo nos batimos en retirada, completamente desorientados y rebosantes de alta carbonatación. Huímos como ratas, sí señor, pero salvamos la vida, descansando finalmente tras un incesante movimiento contínuo de botella en mano.

El resto de los días de fiesta también incluyen anécdotas, curiosidades y mucha bebida, pero esas son otras historias que contaremos en otra ocasión. Se espera con ganas el próximo San Lorenzo, al que estáis todos invitados.