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martes, 1 de julio de 2008

Orval

MARCA: Orval
MODELO: Orval
ESTILO: Blonde Trapense (6'9% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica

CARACTERÍSTICAS:
La trucha y el anillo
Hacia 1076, la soberana de OrvalL era la condesa Mathilde, también duquesa de Toscana. Estando sentada en el borde de una fuente de claras aguas, por un descuido, dejó caer en ella su anillo nupcial, recuerdo de su difunto marido. Desesperada por haber perdido esta joya, la condesa rezaba a la Virgen María con gran fervor. De pronto, apareció una trucha en la superficie del agua, devolviéndole su preciado bien. Extasiada por el milagro, la soberana gritaba entonces: "¡He aquí el anillo dorado que estaba buscando!, ¡Bendito sea el valle que me lo devolvió!, ¡A partir de ahora y para siempre, quiero que sea llamado Val d'or!".
El símbolo de Orval "la trucha y el anillo de oro " ha conservado el recuerdo de esta leyenda. El agua de la fuente, su altivez, todavía alimenta el monasterio y su cervecería.

El monasterio de Orval fue fundado en 1070 y se integró en la orden Cisterciense en 1132. Destruido durante la revolución francesa, resurge de sus ruinas a partir de 1926.

La cerveza Orval tiene denominación de origen Trapense, una graduación de 6,2°, y es de alta fermentación, con dos fermentaciones en botella.
Orval no tiene otro envase que la botella de 33 cl en forma de bolo, que llamó mucho mi atención y sobre todo mi lado rolero, al recordarme a los dibujos de las pócimas mágicas y demás parafernalia. La forma de la botella ha sido especialmente diseñada para ofrecer la posibilidad de servir una cerveza transparente y brillante, dejando el poso de levadura en la botella al momento de servirla. Este poso, rico en vitamina B, se puede consumir posteriormente. Justo antes del embotellado se añade una pequeña dosis de azúcar líquido y levadura fresca.

El sonido de la apertura de la botella se hace notar, dejando un primer aroma dulzón y curioso. Tiene un sabor fuerte y robusto, con una combinación de amargos y dulces muy interesante. La espuma es blanca y abundante, densa, como si fuese nieve. Me parece que podría permanecer así, sin descomponerse, años. El color de la cerveza es entre ambar y caramelizada. No tiene un olor característico, pero lo dice todo con el sabor: una señora cerveza. Se merece una visita al monasterio, en Bélgica, donde los monjes trapenses preparan un menú de queso, pan y cerveza Orval que hace las delicias de todo viajero.

NOTA:




CARACTERÍSTICAS: Como ya ha dicho Sir Asf, el presentación de Orval es bastante peculiar, debido principalmente su botella de forma redondeada... pues pasa un poco lo mismo con la bebida en sí, puesto que pese a ser de denominación trapense, no comparte las propiedades de las otras marcas.


Al igual que en Chimay o La Trappe, lo presencia de matices afrutados es clara, pero mientras estas tienden hacia un gusto más dulce, melocotón, albaricoque, con fuerte relevancia del caramelo, en Orval predomina la acidez, pudiendose descubrir ya desde el primer momento un aroma cítrico intenso, espeso, que recuerda a naranja, manzana verde, suaves frutas tropicales, aderezado con cilantró y especias, que se desliza por las fosas nasales y las abarca por completo, eso sí, acompañado en todo momento por la malta que queda en un segundo plano, pero es perfectamente perceptible. Completa el conjunto intensos perfumes de lúpulo floral y cítrico, con un deje que recuerda bastante a las cervezas añejadas en barrica, como de vino blanco. El aspecto externo sí que será más similar, de color marrón claro con reflejos anaranjados, y cubierto por una espuma cremosa, muy blanca y abundante.


Tiene uno de los gustos más completos que he probado, que ha convertido a Orval en una de mis cervezas predilectas, con un cuerpo medio, muy adecuado, que permite que la cerveza entre con suavidad. El sabor es, por supuesto, frutal, algo esquivo entre la espuma para alcanzar finalmente la boca en toda su complejidad, con intensos matices a limón, más secundaria naranja ligeramente dulce y suave malta perfectamente acoplada. Las especias picantes se combinan con el gusto avinado en una mezcla sublime, para terminar nuevamente con cítricos, flores y la delicada calidez del alcohol en un largo y sabroso final. Con esta descripción, recuerda a las Faro belgas y bueno, a pesar de que obviamente no pertenece al estilo, tampoco es descabellado decir que tiene cierto parecido.


Este altísimo nivel se mantiene todo el rato, llegando finalmente a un regusto espectacular donde la fruta se permite dar el punto y final a una combinación de acidez y amargor ante la cual no cabe otra cosa que la admiración. No sé si Orval será una cerveza perfecta, pero si una de las mejores.


NOTA: