MODELO: La Divine
ESTILO: Tripel (9'5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: Después de una semana un tanto movida, retomo la actividad por aquí. Es el turno de una de esas deliciosas ale belgas, que pillé para el periodo prenavideño en La Maison. Ante todo, no confundir con la francesa St. Landelin La Divine, que lleva el mismo nombre. No tiene demasiado que ver, aquella es una bière de garde bastante floja y esta es una triple en condiciones.
Silly posee una fábrica que fue fundada en 1850 y que hoy es operada por la 5 ª generación de trabajadores. Es en 1990 cuando lanzan La Divine, cerveza que junto a Saison de Silly y Double Enghien contribuyó al crecimiento y renombre de esta cervecera.
Luce un color ambar rojizo, cristalino y con una carbonatación entre media y alta. La espuma es blanca y burbujeante, y no tarda en reducir su volumen hasta formar una fina capa sobre el caldo. Desprende un aroma muy intenso, con notas afrutadas, acarameladas, malta torrefacta, toque floral y ligeramente amargo.
La continuación en el trago es consecuente, destacando un sabor redondo, con el alcohol en su justa medida. Se aprecian matices maltosos y afrutados, como de melocotón y uvas. En su final es algo picante, toma presencia la levadura y acaba con el lúpulo de manera muy ligera. Es una textura sedosa, que deja un regusto agradabilísimo.
Gran elección, reafirmando esa gran baza que tienen los belgas con sus ales.
Silly posee una fábrica que fue fundada en 1850 y que hoy es operada por la 5 ª generación de trabajadores. Es en 1990 cuando lanzan La Divine, cerveza que junto a Saison de Silly y Double Enghien contribuyó al crecimiento y renombre de esta cervecera.
Luce un color ambar rojizo, cristalino y con una carbonatación entre media y alta. La espuma es blanca y burbujeante, y no tarda en reducir su volumen hasta formar una fina capa sobre el caldo. Desprende un aroma muy intenso, con notas afrutadas, acarameladas, malta torrefacta, toque floral y ligeramente amargo.
La continuación en el trago es consecuente, destacando un sabor redondo, con el alcohol en su justa medida. Se aprecian matices maltosos y afrutados, como de melocotón y uvas. En su final es algo picante, toma presencia la levadura y acaba con el lúpulo de manera muy ligera. Es una textura sedosa, que deja un regusto agradabilísimo.
Gran elección, reafirmando esa gran baza que tienen los belgas con sus ales.
3 comentarios:
En breves vamos a llenar esto de cosas belgas, me temo.
Mmmm... me encantan las ales de abadía belgas y del estilo, sobre todo, las triples y aún así no conocía esta. Me la apunto.
Esta me agrada bastante, en general todas las de este estilo belgas, esta además entra muy bien y resulta muy afrtuada
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