MODELO: Perle
ESTILO: Dortmunder (5'4% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Francia
CARACTERÍSTICAS: El origen de Perle se remonta a 1882, cuando Pierre Höffel fundó esta cervecera en Schiltigheim, una pequeña comuna que forma parte del área metropolitana de Estrasburgo. La empresa cesó su actividad en el año 1971, y ha sido el tataranieto de Pierre Höffel, Christian Artzner, quien decidió resucitar la marca en el 2009. Inicialmente las cervezas se elaboraban en Bélgica y Alemania hasta que, tras la fundación de la fábrica en Estrasburgo en el 2015, la producción se ha trasladado allí. La cerveza que comento hoy es la rubia de la marca, una Lager elaborada con Strisselspalt de acuerdo a la receta de los antepasados de Christian Artzner.
De Perle esperaba una buena cerveza
pero sin extravagancias, me la recomendaron como una rubia muy bien
hecha... y no podría estar más de acuerdo. Su color es dorado
brillante, con una modesta capa de espuma blanca jabonosa que se
reduce con rapidez hasta quedar una membrana. A través del líquido
cristalino no se ve ascender ni una sola burbuja. El aroma viene
definido por la malta, es sin duda el principal componente, con notas
de grano crudo y pan recién hecho, acompañada de un comedido
cortejo de fruta, sobre todo manzana golden, membrillo y mínimo
limón, manteniendo en todo momento un dulzor muy moderado. De fondo
quedan recuerdos de miel y el perfume del lúpulo noble, floral y
ligeramente herbal. Queda claro que esta cerveza no busca innovación
sino calidad.
El paso por boca es limpio y bien
definido, con el cuerpo perfectamente adecuado para el estilo. Como
no podía ser de otra manera la entrada está dominada por malta,
cereales, pan blanco, de nuevo soportados por una base con las mismas
frutas mencionadas en el aroma. A medida que avanza el trago sale
algo más de fruta, se suma la miel, aunque siempre controlando el
dulce. Termina con un amargor floral, ligeramente cítrico, con un
levísimo toque de especia. Es una cerveza impresionante, sin nada
que envidiar a producidas en el país vecino, con todos los detalles cuidados al milímetro... seguro que Pierre Höffel estaría orgulloso. Si tuviese la oportunidad la mantendría
como mi cerveza de cabecera sin dudarlo.
NOTA: