MODELO: Kirin Ichiban
ESTILO: Pale Lager (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Japón
CARACTERÍSTICAS: Hace poco un amigo me habló de una tienda de alimentación de productos asiáticos en la que había atisbado un reducido pero interesante grupo de cervezas de japón y china, que podían ser de mi interés. Agradecí la información con una palmada en el hombro y me dispuse a conquistar esas tierras desconocidas para mí. Mi montaraz no había mentido: dentro de una interesante tienda de productos asiáticos había una pequeña selección cervecil que me iba a sacar del bache momentáneo de ausencia de cervezas. Tal fue mi emoción que en casa voló hasta el suelo un ejemplar de Sapporo. Por suerte, Kirin Ichiban permaneció intacta.
Kirin Ichiban es una pale lager japonesa que ha extendido su imperio hasta territorios europeos y americanos, elaborándose por ejemplo en Reino Unido por Wells & Young's Ltd o Anheuser-Busch Inc. en América. La fábrica japonesa data de 1885, fundada por un noruego residente en japón.
Es una cerveza al uso, muy típica. Tiene un color amarillo pálido, cristalino, transparente como el agua Cientos de burbujas suben a la superficie convirtiéndose en una capa fina de espuma blanca y sedosa, que no tarda en desaparecer. Su aroma es muy leve, dejando entrever notas de malta, maiz y una breve presencia del alcoho. Su sabor sigue en la línea, destacando el deje maltoso y el final lupulizado y seco, sin grandes pretensiones. Muy ligera y muy estandar, no deja de ser una cerveza que seguramente entrará con gusto en plena tarde de verano. Pero en días como los que atravesamos, no aporta nada nuevo.
Kirin Ichiban es una pale lager japonesa que ha extendido su imperio hasta territorios europeos y americanos, elaborándose por ejemplo en Reino Unido por Wells & Young's Ltd o Anheuser-Busch Inc. en América. La fábrica japonesa data de 1885, fundada por un noruego residente en japón.
Es una cerveza al uso, muy típica. Tiene un color amarillo pálido, cristalino, transparente como el agua Cientos de burbujas suben a la superficie convirtiéndose en una capa fina de espuma blanca y sedosa, que no tarda en desaparecer. Su aroma es muy leve, dejando entrever notas de malta, maiz y una breve presencia del alcoho. Su sabor sigue en la línea, destacando el deje maltoso y el final lupulizado y seco, sin grandes pretensiones. Muy ligera y muy estandar, no deja de ser una cerveza que seguramente entrará con gusto en plena tarde de verano. Pero en días como los que atravesamos, no aporta nada nuevo.
NOTA: