MODELO: Lindemans Cuvée René
ESTILO: Gueuze (5% ABV)
PAÍS DE ORIGEN: Bélgica
CARACTERÍSTICAS: El estilo Gueuze se obtiene de la mezcla de Lambic añejada con Lambic joven, y es gracias a los azúcares todavía no fermentados de esta última que las cervezas de este tipo sufren una refermentación en la bodega en la que se almacenen, lo que les aporta una mayor complejidad y da la posibilidad de añejarlas para conseguir una evolución aún mayor. Esta concretamente viene de la cervecera Lindemans, famosa por sus cervezas con frutas que se pueden encontrar por todo el mundo, y se comenzó a elaborar en 1930, a la vez que su Kriek.
Del líquido dorado, levemente turbio, emana un aroma con un leve deje dulzón que recuerda al vino blanco, sin embargo la acidez pasa a ser la tónica, con notas de limón y manzana principalmente, más secundario pomelo y mínimo membrillo, mientras notas de levaduras salvajes se infiltran por el conjunto, dando como resultado un perfume que recuerda a champán o a sidra asturiana, según el momento, con un soplo final de picante. De intensidad moderada, muy refrescante y no tan áspero como cabría esperar, muy rico.
El sabor comienza con una mezcla de manzana verde y pomelo, una consistente acidez amarga consistente acompañada por fuertes notas de limón, donde se aprecian las levaduras presentes durante todo el trago como de fondo y recuerdos como de barrica. Es muy ácida, por supuesto, pero no en exceso, mucho más controlada que otras Lambic de este estilo gracias a un levísimo dulzor que compensa un poco, y pese a no presentar ni una burbuja en la copa la sensación en boca no es en absoluto de falta de carbonatación, más bien al contrario. El final es achampanado, amargo y ácido por igual, llega a resultar algo astringente, y deja la boca seca, repleta de acidez cítrica y deseosa de dar otro trago. Probablemente una de las Gueuze de alto nivel más accesible que hay en el mercado, en mi opinión la mejor opción para un bautismo de fuego en este estilo.
Del líquido dorado, levemente turbio, emana un aroma con un leve deje dulzón que recuerda al vino blanco, sin embargo la acidez pasa a ser la tónica, con notas de limón y manzana principalmente, más secundario pomelo y mínimo membrillo, mientras notas de levaduras salvajes se infiltran por el conjunto, dando como resultado un perfume que recuerda a champán o a sidra asturiana, según el momento, con un soplo final de picante. De intensidad moderada, muy refrescante y no tan áspero como cabría esperar, muy rico.
El sabor comienza con una mezcla de manzana verde y pomelo, una consistente acidez amarga consistente acompañada por fuertes notas de limón, donde se aprecian las levaduras presentes durante todo el trago como de fondo y recuerdos como de barrica. Es muy ácida, por supuesto, pero no en exceso, mucho más controlada que otras Lambic de este estilo gracias a un levísimo dulzor que compensa un poco, y pese a no presentar ni una burbuja en la copa la sensación en boca no es en absoluto de falta de carbonatación, más bien al contrario. El final es achampanado, amargo y ácido por igual, llega a resultar algo astringente, y deja la boca seca, repleta de acidez cítrica y deseosa de dar otro trago. Probablemente una de las Gueuze de alto nivel más accesible que hay en el mercado, en mi opinión la mejor opción para un bautismo de fuego en este estilo.
NOTA:
Actualizado por Sir Asf:
Actualizado por Sir Asf:
CARACTERÍSTICAS: El otro día me decidí a hacer una prueba más con las lambic, que considero tan poco atractivas, y me llevé de La Maison una gueuze, esta Cuvée René belga. Hasta el momento no he encontrado una sola cerveza de este estilo que me agrade, y aunque este último intento me ha desilusionado todavía más, tengo pensado probar algo de Cantillon, como prueba definitiva.
Al descorchar la botella la habitación se llena de olor a champán. He de decir que no tolero esta bebida, siempre me ha resultado un tanto desagradable, no obstante había que darle una oportunidad. En copa luce un color anaranjado levemente turbio, con elevada carbonatación y espuma blanca y sedosa, no demasiado abundante, pero duradera.
El repentino aroma a champán no me auguraba nada bueno, pero en detalle se dejan ver matices de malta, afrutado, cítrico y levadura, entre otros. Es el trago el que acaba conmigo: un golpe ácido tremendo. Una primera impresión de beber limón exprimido, que deja camino a una mezcla de champán y vino blanco fuerte.
Allí acabó el intento por disfrutarla, y aunque la terminé no quedé nada convencido con el resultado. Dejo a un lado mi cruzada por entender las lambic y vuelvo a los estilos predilectos. No sé ponerle nota.
Al descorchar la botella la habitación se llena de olor a champán. He de decir que no tolero esta bebida, siempre me ha resultado un tanto desagradable, no obstante había que darle una oportunidad. En copa luce un color anaranjado levemente turbio, con elevada carbonatación y espuma blanca y sedosa, no demasiado abundante, pero duradera.
El repentino aroma a champán no me auguraba nada bueno, pero en detalle se dejan ver matices de malta, afrutado, cítrico y levadura, entre otros. Es el trago el que acaba conmigo: un golpe ácido tremendo. Una primera impresión de beber limón exprimido, que deja camino a una mezcla de champán y vino blanco fuerte.
Allí acabó el intento por disfrutarla, y aunque la terminé no quedé nada convencido con el resultado. Dejo a un lado mi cruzada por entender las lambic y vuelvo a los estilos predilectos. No sé ponerle nota.