El nuevo ciclo de catas de La Vinoteca titulado Fision Bier,
dedicado, como ya comenté anteriormente, a cada uno de los diferentes
componentes de la cerveza, tuvo un potente estreno el pasado mes de
Octubre, con una sesión centrada en el lúpulo. Al asistir a esa con el
papel de público casi se borró de mi memoria la sensación de inquietud
que produce tener que llevar la batuta, pero poco me duró la
tranquilidad porque escasas semanas después Rubén me ofreció volver a
codirigir una nueva cata.
Evidentemente no iba a decir
que no, es una actividad disfruto bastante a pesar de los nervios, pero
mucho menos cuando me enteré protagonista del evento: la malta. Este
tema me interesa especialmente porque, frente a la actual moda del
lúpulo, yo siempre he sido un firme defensor del cereal. No tengo
problemas, evidentemente, en tomarme de cuando en cuando una IPA de
estilo americano, pero a mí lo que me gusta es la cerveza que puedo disfrutar cada día, entre las cuales no se encuentran las muy lupuladas. De hecho, nunca he llegado a entender por qué, teniendo una tradición tan
rica y extensa en Europa, tantos elaboradores tienen esa tendencia a
beber de las modas (más recientes, por otra parte) del otro lado del charco. Pero bueno, como todo, es cuestión de gustos.
El caso es que estaba entusiasmado con la perspectiva de una nueva cata, pero casi salté de la silla cuando me llegó un e-mail de Rubén detallándome las 7 invitadas a la cata, que enumero a continuación:
- Augustinerbräu Lager Hell (Münchner Hell, 5'2% ABV)
- Ayinger Celebrator Doppelbock (Doppelbock, 6'7% ABV)
- Aecht Schlenkerla Rauchbier Weizen (Rauch Hefe-Weißbier, 5'2% ABV)
- Dupont Avec Les Bon Vœux (Saison, 9'5% ABV)
- Caracole Nostradamus (Brune, 9'5% ABV)
- Clown Shoes Genghis Pecan (Porter con nuez pacana, 7% ABV)
- AleSmith Wee Heavy (Scotch Ale, 10% ABV)
Al fin llegó el día D, de desembarco cervecil, y fue una sensación genial que cada cerveza fuese mejor que la anterior, y mejor que la siguiente, y mejor que ella misma. En mi caso, conocía sobradamente todas las cervezas con la excepción de la última, que me pareció una Scotch inconmensurable, digna de las mejores marcas británicas. (y lo mismo debió parecerles a los asistentes puesto que, a diferencia de las demás botellas, de esta marca no quedo ninguna sin vaciar)
La cata transcurrió realmente fluida, hasta el punto de que nos pasamos media hora larga del tiempo que teníamos para desarrollarla. Por mi parte, se notó un poco mi falta de experiencia en el homebrewing, que por otro lado fue suplida por los amplios conocimientos de algunos de los asistentes... y es que la teoría está muy bien, pero no tiene nada que hacer frente a la práctica. Por último, la organización fue tan buena como acostumbra en este local, con el único fallo de que alguna cerveza estaba algo más fría de lo idóneo... aunque este inconveniente solo requirió escasos minutos para corregirse.
En resumen, una cata perfectamente organizada y a un precio tan comedido como siempre, aunque con cervezas de un nivel que no había visto hasta ahora. Quizá no estuve especialmente fino, pero por lo general las cosas salieron bien. ¡En la próxima nos vemos!